Editorial | Faith-Ann A. McGarrell

Bola curva y limonada:

Sobrevivir al cambio en tiempos difíciles

¿Qué hacemos cuando la vida nos lanza una bola curva? Algunos dirían: "¡Pégale!" Otros responderían: "¡Quítate de en medio!" El término bola curva, tomado del béisbol, es un modismo de uso frecuente en el inglés estadounidense. En el béisbol, un lanzador puede lanzar una bola curva para confundir al bateador. Aunque se lanza a baja velocidad (normalmente 8 kilómetros por hora menos que una bola rápida normal), el lanzamiento tiene un gran efecto, lo que hace que tome un arco repentino e impredecible al acercarse a la base y al bateador.1 La velocidad y el giro repentino hacia abajo engañan al bateador para que sobrestime la trayectoria de la bola, lo que a menudo provoca un strike o, peor aún, que sea golpeado por la bola. Por eso, como expresión idiomática, el término significa “una situación complicada, difícil e inusual debido al cambio de dirección en un lugar inusual”.2

A principios de 2020, el mundo recibió una bola curva global. El COVID-19 surgió lentamente, tomó impulso y sigue dibujando arcos que nadie puede predecir. Al igual que el bateador en la base, cada uno de nosotros debe decidir cuándo y cómo batear y qué hacer después. Una cita muy conocida dice: “Cuando la vida te lanza una bola curva, ¡sácala del estadio!”3 O, quizá te resulte más familiar el proverbio “Cuando la vida te dé limones, haz limonada”. En teoría, ambos aforismos pueden sonar reconfortantes; la perspectiva de cambiar algo terrible en algo bueno nos llena de optimismo y esperanza. Sin embargo, en la realidad, la imprevisibilidad de la vida puede provocar ansiedad, preocupación, miedo, angustia, tristeza y una serie de otras emociones que pueden dejarnos agotados, abrumados y sin esperanza. Por eso, encontrar formas prácticas de atravesar periodos muy oscuros es esencial para sobrevivir. He aquí algunas que me han resultado útiles:

1. Encontrar un ancla. Los seguidores de Cristo podemos encontrar un ancla en las promesas bíblicas. Podemos pasar tiempo con nuestra ancla, Jesucristo, a través de la oración, el estudio bíblico diario, y permanecer conectados con personas positivas y que son de apoyo en nuestras vidas. La escritora de himnos Priscilla Owens lo menciona en el himno: “Cuando sopla airada la tempestad y la barca en grave peligro está”, y nos recuerda que “Ancla tenemos que nos dará apoyo firme en la tempestad; en la Roca eterna fija está”.4 Las Escrituras nos aseguran que “tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza” (Hebreos 6:19, NVI).5 Para el cristiano, la esperanza es Jesús: que vino como nuestro Redentor y Salvador6 y, al hacerlo, prometió ser suficiente para cualquier desafío que podamos encontrar hasta su regreso.

2. Percibir las sensaciones. A veces, hacemos un home run y experimentamos la euforia y el regocijo que produce la superación de un reto inmediato. Otras veces, sin embargo, todo sale mal, y hacemos strikes, o la vida da un giro horrible, y no tenemos poder para detenerlo; incluso puede derribarnos o desequilibrarnos. En esos momentos difíciles, debemos permitirnos pasar por el proceso de duelo por la pérdida y experimentar sentimientos de malestar. Debemos reconocer nuestras limitaciones como seres humanos que viven en un mundo pecador y aceptar la gracia que sólo Dios puede dar (2 Corintios 12:9). Las personas que toman tiempo para procesar las experiencias difíciles y traumáticas son más capaces de soportar las dificultades en el futuro.7

3. Mantenerse conectado. Es importante encontrar formas de conectarse con otros, colaborar y compartir la carga a pesar de las circunstancias. Las prácticas de distanciamiento social fueron necesarias durante la pandemia; sin embargo, esto condujo a un mayor aislamiento social. Estos dos últimos años han sido difíciles para casi todo el mundo, especialmente para los adultos mayores y las poblaciones de riesgo.8 Muchos de nosotros hemos perdido a nuestros seres queridos debido a la pandemia y no hemos podido tener duelo de la manera tradicional, como reuniéndonos en persona con familiares y amigos para llorar, consolarnos y apoyarnos mutuamente. Algunos perdieron su trabajo y, como resultado, no pudieron mantener sus hogares, pagar las matrículas escolares o ponerse al día con el seguro médico y los gastos de la vida diaria. Algunas escuelas cerraron, mientras que otras cambiaron a modelos híbridos de enseñanza y, en medio de todo ello, todos lucharon por encontrar formas de seguir conectados.

Para existir necesitamos estar conectados con otras personas. La periodista Tracy Brower entrevistó a Jeanie Stewart, consultora del Instituto de NeuroLiderazgo de Nueva York, quien observó que nuestro sentido de conexión y pertenencia está profundamente ligado al grado de identificación con un grupo: “Estar rodeado de otros seres humanos no garantiza el sentido de pertenencia. Pertenecer significa identificarse como miembro de un grupo y la alta calidad de interacciones que se derivan de ello. Son las interacciones a lo largo del tiempo las que nos apoyan como seres humanos plenos y auténticos”.9 Como individuos que navegan por este difícil período de la historia, construir y mantener las conexiones dentro de nuestros hogares, escuelas, lugares de trabajo y de culto es esencial para nuestra supervivencia.

4. Ser adaptable, flexible y receptivo. Casi todos los días oímos declaraciones y preguntas sobre cuándo volverán las cosas a la normalidad. Desde el ominoso que dice “Los tiempos han cambiado” hasta el optimista “¡Esta es la nueva normalidad!”, muchas personas se preguntan si la vida volverá a ser como antes del COVID-19.10 El mundo ha cambiado. El filósofo griego Heráclito dijo: “El cambio es la única constante en la vida”.11 Pero, antes de Heráclito, el rey Salomón reflexionó sobre las estaciones de cambio: “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. Procedió a catalogar estas estaciones de cambio: nacer y morir, plantar y cosechar, construir y derribar, la guerra y la paz (Eclesiastés 3:1-11). El apóstol Santiago nos desafió a reconocer que nuestras vidas son vapores; no sabemos lo que nos depara el futuro. Escribió: “¡ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece” (véase Santiago 4:13-15). El cambio es inevitable. En nuestras vidas individuales, debemos aprender a adaptarnos y estar abiertos a esos cambios para sobrevivir y marcar la diferencia en nuestros hogares, lugares de trabajo y lugares de culto.

5. Expresar gratitud. Por último, busque algunas maneras de expresar su gratitud cada día. Encuentre intencionadamente algo por lo que estar agradecido, por pequeño que sea. Las investigaciones demuestran que la gratitud cambia el cerebro con el paso del tiempo generando más actividad en el córtex prefrontal medial, la zona del cerebro donde se toman las decisiones. La gratitud también tiene un impacto fisiológico en la salud mental y cardiaca; estimula la disminución de la presión arterial, el azúcar en la sangre, el colesterol y el cortisol; promueve un mejor sueño, etc.12 En la Biblia se nos anima a dar gracias en toda ocasión (Salmo 118; Filipenses 4:6, 7). Dios ha prometido “una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento” (véase Isaías 61:1-3). Cuando la vida es amarga e imprevisible, puede parecer contradictorio expresar gratitud, pero hay poder en reflexionar sobre lo positivo mientras enfrentamos lo negativo. El salmista David dijo: “Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad. El Señor está conmigo, y no tengo miedo” (Salmo 118:5, 6). En medio de circunstancias muy sombrías, podemos experimentar confianza y calma en la presencia de nuestra ancla, Jesucristo.

Esperamos que los artículos de este número inspiren y estimulen en cada lector ideas que mejoren la instrucción, nutran el crecimiento espiritual en sus escuelas y conecte con las comunidades que rodean sus instituciones. Sobre todo, que encuentre formas de motivarlo mientras navega en este tiempo difícil al estar anclado en Jesucristo, experimentando conexiones sólidas con otros, y celebrando con expresiones de gratitud por los muchos regalos que Dios ha proporcionado.

Faith-Ann A. McGarrell

Faith-Ann A. McGarrell, PhD, es la editora de la Revista de Educación Adventista®. Su correo electrónico es [email protected].

Citación recomendada:

Faith-Ann McGarrell, “Bola curva y limonada: Sobrevivir al cambio en tiempos difíciles,” Revista de Educación Adventista 83:3 (2021).

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Glosario de las ligas mayores de béisbol (2021): https://www.mlb.com/glossary/pitch-types/curveball; Merriam-Webster Online, “Curveball” (2021): https://www.merriam-webster.com/dictionary/curveball.
  2. Everyday Idioms: http://idioms.languagesystems.edu/2015/10/curveball.html.
  3. Curveball Sayings and Quotes (2000-2021): https://www.wisesayings.com/curveball-quotes/.
  4. Priscilla J. Owens, “We Have an Anchor,” Hymnary.org: https://hymnary.org/text/will_your_anchor_hold_in_the_storms_of_l.
  5. Hebreos 6:19. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Nueva Versión Internacional (NVI) de la Biblia. Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Bíblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Bíblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
  6. Ellen G. White, The Great Hope (Hagerstown, Md.: Review and Herald, 2011), 38; Salmo 18:1, 2; Salmo 34:17, 18.
  7. Paula Davis, “How Adversity Makes You Stronger,” Forbes (March 2020): https://www.forbes.com/sites/pauladavislaack/2020/03/26/adversity-makes-you-stronger/?sh=6eefd4175709; Angela Duckworth, Grit: The Power of Passion and Perseverance (New York: Scribner, 2018).
  8. Julieanne Holt-Lunstad, “The Double Pandemic of Social-Isolation and COVID-19: Cross-Sector Policy Must Address Both,” Health Affairs (June 2020): https://www.healthaffairs.org/do/10.1377/hblog20200609.53823; Tzung-Jen Hwang et al., “Loneliness and Social Isolation During the COVID-19 Pandemic,” International Psychogeriatrics 32:10 (October 2020 Special Issue): 1217-1220. doi.10.1017/S1041610220000988.
  9. Tracy Brower, “Missing Your People: Why Belonging Is So Important and How to Create It,” Forbes (January 20, 2021): https://www.forbes.com/sites/tracybrower/2021/01/10/missing-your-people-why-belonging-is-so-important-and-how-to-create-it/?sh=4406e2687c43.
  10. Bryan Lufkin, “Is Going ‘Back to Normal’ Even Possible?” BBC-Worklife (July 2021): https://www.bbc.com/worklife/article/20210707-is-going-back-to-normal-even-possible.
  11. Goodreads, “Heraclitus Quotes,” Goodreads (2021): https://www.goodreads.com/author/quotes/77989.Heraclitus.
  12. Sherri Gordon, “The Importance of Gratitude in the Time of COVID-19,” (March 30, 2021): https://www.verywellmind.com/why-gratitude-is-important-during-covid-19-5097076; Eric Lindberg, “Practicing Gratitude Can Have Profound Health Benefits, USC Experts Say,” USC News—Health (November 25, 2019): https://news.usc.edu/163123/gratitude-health-research-thanksgiving-usc-experts/; Joshua Brown and Joel Wong, “How Gratitude Changes You and Your Brain,” Greater Good Magazine (June 6, 2017): https://greatergood.berkeley.edu/article/item/how_gratitude_changes_you_and_your_brain.