Mejores Prácticas en el Trabajo | Ike C. de la Peña • Michael C. Pan

Aprendizaje durante situaciones de estrés:

Optimización de las estrategias de aprendizaje basadas en la evidencia

El cambio brusco de las modalidades presenciales tradicionales a las plataformas alternativas de aprendizaje (como las clases en línea, los módulos auto guiados, la enseñanza por correspondencia, etc.), como consecuencia de la pandemia del coronavirus (COVID-19), ha afectado a muchos educadores y estudiantes de todo el mundo.1 Los estudiantes en particular, han luchado con problemas relacionados con el ámbito académico (adaptación a las nuevas modalidades de aprendizaje) y la salud mental (depresión, ansiedad y pensamientos suicidas).2 No es de extrañar que muchos se hayan retrasado en su aprendizaje.3

A medida que el mundo entra en diversas etapas de recuperación del COVID-19, los estudiantes (y los maestros) se enfrentan a nuevos retos. Los estudiantes pueden experimentar ansiedad por el regreso a clases y estrés cuando visitan otros lugares.4 Además, otros pueden seguir lidiando con el duelo o el trauma por la pérdida de un ser querido o la recuperación de una discapacidad debido al COVID-19 o por el largo periodo de confinamiento debido a los cierres por pandemia y el distanciamiento social.

¿Cómo pueden los profesores ayudar a los alumnos en el regreso a clases? ¿Qué estrategias pueden emplear para ayudar a los alumnos a recuperarse de la “pérdida de aprendizaje” durante la pandemia?5 ¿Cómo pueden los educadores ayudar a los alumnos a aprender durante situaciones de estrés en general?

Centrarse en el bienestar de los estudiantes es fundamental para ayudarlos a aprender y tener éxito en medio de situaciones de aprendizaje difíciles.6 Por lo tanto, enseñarles a las técnicas de control del estrés y la ansiedad es tan crucial como introducir formas eficaces para que aprendan y estudien. En este artículo, primero analizamos las estrategias que los educadores pueden utilizar para proporcionar apoyo a los estudiantes durante las situaciones de estrés. A continuación, describimos las estrategias de enseñanza y aprendizaje basadas en la evidencia que pueden aplicarse junto con las técnicas de control del estrés o después de aplicarlas, con el fin de promover que los estudiantes mejoren su aprendizaje a pesar de las circunstancias estresantes.

Optimizar el aprendizaje mediante el control del estrés

Al mantener el estrés de los alumnos en niveles manejables o adaptables, los educadores pueden aumentar la disposición de sus alumnos a aprender. Las siguientes técnicas de control del estrés pueden presentarse a los estudiantes durante sus clases como actividades especiales para promover el bienestar, o en programas de recuperación, y aplicarse durante su tiempo libre. También pueden incluirse como parte de los servicios de apoyo psicosocial a nivel escolar. E igualmente importante, los profesores también pueden utilizar estas estrategias para controlar su propio estrés, ya que su salud mental también puede afectar el aprendizaje de los alumnos.7

Fomentar el autoconocimiento

Las reacciones de estrés pueden ser resultado de varios factores desencadenantes. Un paso importante para afrontar el estrés es fomentar el autoconocimiento.8 Para ello, los maestros pueden ayudar a los alumnos a explorar e identificar sus reacciones físicas, emocionales, conductuales y cognitivas cuando se sienten estresados, así como las circunstancias de las que surgen estas reacciones.9 También se puede pedir a los alumnos que exploren sus fortalezas para conscientizarse de los recursos internos que pueden utilizar para controlar eficazmente el estrés.10

Una herramienta útil para fomentar el autoconocimiento y la necesidad de cuidarse es responder a las siguientes preguntas: “¿Tengo hambre? ¿Estoy enojado? ¿Estoy solo? ¿Estoy cansado?”11 Si un alumno responde “sí” a alguna o a todas estas preguntas, se le anima a reflexionar sobre las situaciones que desencadenan estas reacciones. A continuación, se pueden aplicar las siguientes técnicas de manejo del estrés según sea necesario, ya sea antes o cuando surja el estrés.

Controlar las emociones difíciles

Los pensamientos negativos como “Este trabajo o tarea es demasiado para mí” pueden provocar sentimientos negativos (como el desaliento), que podrían intensificarse aún más con los acontecimientos estresantes. Reformular estrategias o mirar una situación desde una perspectiva diferente, es una técnica de regulación de las emociones que puede utilizarse para gestionar los pensamientos negativos y sus resultados, así como las emociones difíciles.12 El reformular estrategias puede provocar emociones más saludables y, en consecuencia, comportamientos más adaptativos.13

Para implementar esa reformulación de estrategias, pida a los alumnos que identifiquen primero los pensamientos negativos que subyacen a una emoción negativa (por ejemplo, la soledad o la preocupación). Después, pídales que reformulen estos pensamientos, según su perspectiva individual (véase el Recuadro 1). Por último, indague más pidiendo a los alumnos que reflexionen sobre cómo esa reformulación los ayudó a cambiar sus pensamientos y comportamientos anteriores. Al poner en práctica esta técnica, los profesores deben tomar nota de las respuestas, comportamientos o experiencias de sus alumnos para identificar a los estudiantes crónicamente estresados14 cuyo funcionamiento diario se ha visto gravemente perturbado por el estrés, así como aquellos que pueden convertirse en una amenaza para sí mismos o para los demás. Se puede remitir a estos alumnos para que sean evaluados y que reciban intervención por profesionales de la salud mental calificados. Sin embargo, decidir cuándo y a quién remitir puede ser más difícil en algunas ocasiones. Los profesores pueden beneficiarse de recibir una formación adicional sobre la salud mental de los alumnos y la prestación de servicios de apoyo psicológico básico (véase el Recuadro 3).

Ejercitar las emociones positivas

Esta estrategia gira en torno a alimentar activamente emociones positivas como la compasión y la gratitud (Filipenses 4:8). Una forma de practicar la compasión y la bondad es visualizarse a uno mismo y a los demás (seres queridos, amigos o incluso enemigos) y pronunciar repetidamente (de forma verbal o mental) deseos de buena voluntad y amor a la(s) persona(s) que se tiene(n) en mente.15 Esto podría hacerse durante los ejercicios de respiración, meditación o en cualquier otro momento que determine la persona. Para ejercitar la gratitud, uno puede simplemente reflexionar sobre los acontecimientos del día (por ejemplo, antes de dormir por la noche) y recordar meditativamente las cosas por las que se está agradecido, como sucesos extraordinarios o incluso cosas sencillas como que haya un buen clima.16 También se puede incorporar a este ejercicio otras formas de expresar la gratitud que se practiquen en la cultura de cada individuo.

Los maestros también pueden fomentar el uso de esta técnica cuando se trata de llegar a los alumnos que se encuentran en situaciones de emergencia, por ejemplo, cuando están varados en refugios temporales (como instalaciones de evacuación o aislamiento). En última instancia, el objetivo es fomentar la reflexión y los pensamientos y emociones positivos.

Cultivar la espiritualidad

Al cultivar la espiritualidad, los individuos pueden recibir un apoyo psicosocial más completo, que es especialmente significativo en tiempos de crisis, calamidades o transiciones vitales estresantes. Las intervenciones espirituales se han asociado a resultados psicosociales positivos en estudiantes17 y pueden aplicarse en el ámbito escolar para ayudar a los estudiantes a enfrentarse a entornos de aprendizaje difíciles y a diversos retos personales.

Las instituciones de aprendizaje pueden ofrecer a los estudiantes programas de apoyo espiritual y acceso a oportunidades que les ayuden a mantener una espiritualidad sana mientras se enfrentan a sus luchas. Los profesores y administradores pueden modificar los programas existentes en la escuela o iniciar actividades de bienestar espiritual aplicables a las crisis existentes. Sin embargo, estas actividades deben planificarse cuidadosamente para que tomen en cuenta y respeten las diferentes orientaciones espirituales y tradiciones religiosas de cada alumno. Las técnicas de manejo del estrés descritas anteriormente no son más que medidas complementarias que los educadores pueden introducir y utilizar en sus aulas y no pretenden sustituir a los servicios formalizados que abordan los problemas más graves de salud mental de los alumnos. Las escuelas que no cuentan con programas de apoyo académico pueden iniciarlos, mientras aquellas que cuentan con servicios de apoyo pueden necesitar racionalizar y movilizar más activamente sus programas para hacer frente a las circunstancias actuales.

Enseñanza de estrategias de aprendizaje basadas en evidencias

Las estrategias de aprendizaje efectivas y basadas en evidencias, que son aplicables en una variedad de situaciones de aprendizaje (presencial o en línea)18, pueden ayudarlos a aprender mejor durante los momentos de estrés. También pueden aumentar el compromiso de los estudiantes,19 lo que será útil para los educadores que se ocupan de los alumnos que regresan a las aulas cuya motivación y moral se han visto afectadas por la pandemia y el aislamiento en casa.

Práctica de recuperación

También llamada “efecto de prueba”, la práctica de recuperación es una estrategia cognitiva que consiste en recordar información memorizada. El propio acto de recuperación refuerza la memoria y facilita un aprendizaje más profundo y el almacenamiento de la información a largo plazo. Se ha demostrado que la práctica de recuperación mejora el aprendizaje de estudiantes de todas las edades, desde el nivel preescolar hasta el universitario.20 Además, se ha demostrado que esta técnica disminuye la carga cognitiva, mejora la metacognición y aumenta la confianza de los estudiantes.21 Para los estudiantes que experimentan ansiedad y estrés durante el regreso a clases, la práctica de recuperación es una de las mejores técnicas que los profesores pueden introducir, dado que esta estrategia también reduce la ansiedad ante los exámenes.22

En lugar de reescribir y subrayar los apuntes de la presentación del profesor o del libro de texto, lo cual es pasivo y requiere mucho tiempo, se puede pedir a los alumnos que creen tarjetas para memorizar a partir de sus apuntes, que completen exámenes prácticos o que creen y respondan a sus propios cuestionarios de práctica. Para utilizar las prácticas de recuperación de forma atractiva, los maestros pueden emplear el método socrático de enseñanza (enseñar con preguntas en lugar de decirles)23 o herramientas en línea durante sus clases, como Kahoot!, Flipgrid, PollEverywhere y Quizlets (véase el Recuadro 2). Para maximizar los beneficios de la práctica de la recuperación, los maestros deben instruir a los estudiantes para que piensen en los exámenes como una herramienta para mejorar, en lugar de controlar, el estado de su aprendizaje.24 Las tecnologías en línea mencionadas anteriormente también pueden utilizarse como herramientas de recuperación en lugar de actividades competitivas para maximizar la participación de los estudiantes y reducir la ansiedad.

Práctica espaciada

Los beneficios de la práctica de recuperación pueden aumentarse cuando se utilizan junto con la práctica espaciada, otra estrategia de aprendizaje muy eficaz. La práctica espaciada, que es lo opuesto al estudio aglomerado, consiste en estudiar el material de forma distribuida (repartiéndola a lo largo del calendario académico) en lugar de en una sola sesión larga.25 El espaciamiento promueve “un poco de olvido”, lo que en realidad es útil para la codificación y el almacenamiento de la información a largo plazo, ya que el proceso de recuperar o el recordar la información almacenada refuerza las conexiones neuronales y ayuda a solidificar lo aprendido.

Para los estudiantes que acaban de regresar a las aulas después de la pandemia, los cuestionarios diarios pueden intensificar aún más su estrés y ansiedad. Los educadores pueden, en cambio, planificar el uso de pruebas y evaluaciones de práctica para reducir el estrés de los estudiantes e incorporar eficazmente tanto la práctica espaciada como la de recuperación. También pueden capacitar a sus alumnos (especialmente a los más jóvenes) para que diseñen sus propios horarios de estudio y utilicen eficazmente la práctica espaciada. Además, comenzar una clase con un breve repaso de los materiales anteriores y realizar evaluaciones acumulativas son estrategias eficaces para facilitar el recuerdo de los materiales aprendidos de la clase, la semana, la lección o el semestre anterior. Asignar tareas sobre temas anteriores también puede garantizar que la información ya adquirida se mantenga fresca en la mente de los estudiantes.

Intervalos

A los alumnos estresados les puede resultar muy difícil aprender materias complejas y difíciles, como las matemáticas y el cálculo. La estrategia de aprendizaje por intervalos, que consiste en presentar o estudiar los materiales de forma mixta y no por bloques o secuencia, es un método que puede ayudar a los alumnos a enfrentarse a las asignaturas que implican cálculos o que requieren habilidades de resolución de problemas.26 Los intervalos entrenan la mente para decidir qué estrategia utilizar para resolver un problema concreto y para identificar similitudes y diferencias entre ideas y conceptos.27

Los maestros pueden utilizar esta técnica incorporando herramientas en línea como aplicaciones (p. eje. Quizlet, Quiz Champ, etc.) que ofrecen algoritmos para intercalar contenido (véase el Recuadro 2).  También pueden enseñar personalmente a sus alumnos a utilizar esta estrategia de forma eficaz (es decir, a combinar materiales de aprendizaje diferentes pero relacionados, en lugar de otros no relacionados, como problemas de matemáticas y temas de vocabulario).28 Los maestros también pueden idear de forma creativa herramientas de enseñanza y ayudar a los alumnos a diseñar métodos y horarios de estudio que combinen las estrategias de aprendizaje antes mencionadas con intervalos.

Codificación doble

La codificación doble consiste en utilizar palabras e imágenes para enseñar o aprender contenidos. Esta técnica, sin embargo, no implica evaluar el estilo de aprendizaje de cada uno (p. eje. auditivo, visual, cenestésico) y estudiar según ese “estilo”, lo que realmente no acelera el aprendizaje del alumno.29

Los maestros pueden utilizar la codificación doble combinando textos e imágenes/ilustraciones en sus presentaciones/conferencias. El uso de infografías, diagramas, tiras cómicas y videos son formas llamativas y atractivas de utilizar esta técnica. Los estudiantes pueden utilizar este enfoque para reescribir textos de los libros y crear elementos visuales que acompañen a los textos. También se les puede enseñar a recrear los elementos visuales de memoria y a describirlos mediante el texto, para integrar la codificación doble y la práctica de la recuperación.

La lista anterior no es ciertamente exhaustiva y décadas de investigación han identificado otras estrategias de enseñanza y aprendizaje basadas en evidencias.30 Nótese, sin embargo, que la eficacia de las estrategias de aprendizaje descritas anteriormente ha sido demostrada en entornos “normales” de laboratorio o de aula; y por lo tanto, se necesitan estudios para establecer su eficacia en medio de situaciones estresantes. En estos momentos difíciles, pueden introducirse habilidades de apoyo psicosocial y de manejo del estrés para optimizar la eficacia y facilitar el uso continuo de las estrategias de aprendizaje basadas en evidencias por parte de los estudiantes. En todo caso, los maestros deben informar a los alumnos que las estrategias de aprendizaje basadas en evidencias crean “dificultades deseables” (p. eje., una cantidad de esfuerzo considerable pero deseable), que subyacen a sus resultados beneficiosos.31

Como educadores cristianos, es nuestra responsabilidad formar a nuestros alumnos para que se conviertan en “pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres”.32 El uso de estrategias de aprendizaje basadas en evidencias puede facilitar un procesamiento más profundo de los contenidos y transformar a los alumnos en aprendices activos con más probabilidades de éxito en sus esfuerzos de aprendizaje.

En conclusión, el aprendizaje de los estudiantes suele verse afectado por las condiciones de estrés. Los educadores pueden desempeñar un papel importante en la creación de un entorno de apoyo para los estudiantes, uno que emplee estrategias basadas en evidencias y alimente la salud mental positiva para maximizar eficazmente el aprendizaje en medio de situaciones difíciles.


Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Ike C. de la Peña

Ike C. de la Peña, PhD, es profesor asistente de ciencias farmacéuticas y administrativas de la Facultad de Farmacología (LLUSP, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Loma Linda, en Loma Linda, California, EE. UU. Obtuvo su Doctorado en Farmacología en la Universidad de Sahmyook en Corea del Sur, y realizó internados postdoctorales en neurocirugía y reparación cerebral en la Universidad del Sur de Florida, y en neurofarmacología en la Universidad de Loma Linda. Como neurocientífico, el Dr. De la Peña lleva más de una década realizando investigación aplicada en adicción a las drogas, trastornos de neurodesarrollo y lesiones cerebrales en adultos. Como educador, está interesado en desarrollar formas innovadoras de enseñar las virtudes para avanzar en la educación farmacéutica. Actualmente enseña el curso Fundamentos de las ciencias biomédicas y un curso optativo sobre estrategias para mejorar el aprendizaje y la memoria en la Facultad de Farmacología.

Michael C. Pan

Michael C. Pan, MA, es profesor asistente de psicología en la Universidad de Filipinas-Visayas Tacloban College, en Tacloban City, Filipinas. Ha trabajado como consultor para organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en el diseño y la implementación de servicios de salud mental y apoyo psicosocial. También ha prestado servicios de primeros auxilios psicológicos y de intervención basados en la resiliencia y otras formas de apoyo psicosocial a los sobrevivientes de sucesos traumáticos. Durante su estancia en Corea del Sur, apoyó activamente a grupos de inmigrantes y otras organizaciones en la promoción de la salud mental y el bienestar. Es Licenciado en Psicología por la Universidad de Filipinas y tiene un Máster en Psicología Clínica y Consejería por la Universidad de Corea en Seúl, Corea del Sur.

Citación recomendada:

Ike C. de la Peña y Michael C. Pan, “Aprendizaje durante situaciones de estrés: Optimización de las estrategias de aprendizaje basadas en la evidencia,” Revista de Educación Adventista 83:2 (2021).

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Nicole Johnson, George Veletsianos, and Jeff Seaman, “U.S. Faculty and Administrators’ Experiences and Approaches in the Early Weeks of the COVID-19 Pandemic,” Online Learning 24:2 (2020): 6-21. doi.10.24059/olj.v24i2.2285 ; Xiaomei Wang et al., “Investigating Mental Health of US College Students During the COVID-19 Pandemic: Cross-Sectional Survey Study,” Journal of Medical Internet Research 22:9 (September 2020): e22817. doi.10.2196/22817.
  2. Wang et al., “Investigating Mental Health of US College Students During the COVID-19 Pandemic,” ibid.
  3. Per Engzell, Arun Frey, and Mark Verhagen, “Learning Loss Due to School Closures During the COVID-19 Pandemic,” Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 118:17 (2021): e2022376118. doi.10.1073/pnas.2022376118.
  4. Martha Pelaez and Gary Novak, “Returning to School: Separation Problems and Anxiety in the Age of Pandemics,” Behavioral Analysis in Practice 13:3 (2020): 1-6. doi.10.1007/s40617-020-00467-2.
  5. Ibid.
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  9. “Stress Effects: How Is Stress Affecting You?” The American Institute of Stress: https://www.stress.org/stress-effects#effects.
  10. Ibid.
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  12. James J. Gross, “The Emerging Field of Emotion Regulation: An Integrative Review,” Review of General Psychology 2:3 (1998): 271-299. doi.10.1037/1089-2680.2.3.271.
  13. Ibid.
  14. Ibid.
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  21. Ibid.
  22. Ibid.; Maya M. Khanna, “Ungraded Pop Quizzes: Test-Enhanced Learning Without All the Anxiety,” Teaching of Psychology 42:2 (2015): 174-178. doi.10.1177%2F0098628315573144.
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  25. Ibid.
  26. Ibid.
  27. Ibid.
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  29. Ibid.
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  31. Ibid.
  32. Ike de la Peña, Kathryn Knecht, and Paul Gavaza, “Pharmacy Students’ Perception of an Elective Course on Evidence-based Learning Strategies,” American Journal of Pharmaceutical Education (November 5, 2021): ajpe8232. doi.10.5688/ajpe8232.
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