Los educadores de las escuelas adventistas se enfrentan a retos que plantean las influencias del secularismo en la educación pública al elegir libros de textos, buscar videos ilustrativos e incluso al seleccionar artículos para sus alumnos. La dificultad viene a menudo de la desalineación de la fe con teorías ampliamente aceptadas de una disciplina, lo que lleva a la pregunta: “¿Cómo sitúo mi fe cristiana cuando busco entender los principios de disciplina?

Los educadores cristianos se distinguen de seculares en varios aspectos. Los educadores cristianos creen que la Biblia es la palabra de Dios y aceptan como verdad que Jesús es la manifestación terrenal del Dios creador y el Hijo ungido de Dios. También se dedican a estudiar la Biblia para buscar entendimiento, para su devoción personal y desarrollo espiritual. Creen que Jesucristo vino a la Tierra para salvar a los pecadores y aceptan la verdad de la Biblia como su guía de pensamiento y vida.

El proceso de pensamiento puede adoptar muchas formas, como por ejemplo, preguntas simples, juicios útiles de autoregulación,1 escepticismo reflexivo2 y el pensamiento activo que más allá de las limitaciones humanas mediante la búsqueda de la comprensión de Dios y su sabiduría.3 Estos educadores buscan constantemente entendimiento para abordar cuestiones dentro de su disciplina, y tratar de conciliar su fe en las verdades bíblicas con las áreas de sus disciplinas que están influenciadas por el pensamiento secular. En este artículo analizaré el movimiento de pensamiento crítico en desarrollo y las implicaciones del enfoque secular para la fe y la práctica religiosa.

Antecedentes y objetivos seculares de la educación

En las últimas décadas, muchos movimientos educativos han afectado la práctica y la política educativa. Y, a medida que las teorías se convierten en práctica, estos movimientos continúan teniendo un impacto en los educadores cristianos quienes buscan alinear los principios bíblicos con el contenido de asignaturas y cuestiones de aprendizaje, tales como la necesidad de mejorar habilidades de pensamiento y resolución de problemas, y la motivación y el impacto de la baja autoestima de los estudiantes en su capacidad de aprendizaje.

Un ejemplo importante es el movimiento de la autoestima, que se remonta a 1969 y al influyente libro de Nathaniel Branden, La psicología de la autoestima. En esta obra, Branden afirmaba que la clave del éxito en la vida es desarrollar la autoestima positiva de los niños. Con la publicación de sus reflexiones, la tarea de la crianza y educación se transformó en la misión de fomentar la confianza en las siguientes generaciones de estudiantes. Una forma de acrecentar esta confianza es enseñar a los niños a pensar en forma crítica sobre el mundo que los rodea.

Más tarde, en la década de los 80 surgieron nuevas expresiones de movimientos de autoestima y pensamiento crítico mediante su incorporación a los planes de estudio. Desde principios de década, he estado reflexionando sobre lo que estas enseñanzas significarían para la formación de una generación que maduraría en el siglo xxi.

Pues bien, ahora, a dos décadas de este siglo, el pensamiento crítico y la autoestima han convergido en una expresión generacional del yo que frecuentemente desprecia la influencia de autoridades externas. La prisa por abrazar la autoexpresión y el rechazo de las limitaciones a las opiniones personales parecieran estar incrustadas en la autoridad del autoconocimiento.

La historia de los ciegos y el elefante es conocida. Muchas tradiciones también cuentan la historia de la hormiga que desde la parte inferior de un elefante mira hacia arriba y declara que no hay cielo porque el pelo oscuro del elefante es todo lo que puede ver. La perspectiva es limitada en cualquier contexto.

Ya sea que una restricción sea creada por límites naturales del entendimiento individual, por la falta de conciencia o por delimitaciones contextuales de la visión, cualquier restricción desafía los puntos de vista personales, incluyendo la forma en que los cristianos piensan sobre las Escrituras y la vida. Es difícil que la persona que sobrevalora la autoexpresión entable un diálogo significativo con la persona que trata de emprender una reflexión desde diferentes puntos de vista.

El enfoque relativista de la verdad se une a menudo con otro concepto común que muchos consideran nuevo: el concepto de “mente abierta” o tolerancia. Para muchos, una característica de la mente inteligente es la capacidad de tener la mente abierta, de estar disponible mentalmente para nuevos descubrimientos y nuevas ideas. Creen que la verdad está en constante evolución; por lo tanto, una mente estrecha se autolimita, mientras que una mente abierta es progresiva y está en constante aprendizaje.

El concepto de mente abierta no es un concepto nuevo para el siglo xxi. Es común en la educación y particularmente en la enseñanza superior. Según destacados pensadores como John Dewey y Bertrand Russell,4 el concepto de mente abierta es uno de los objetivos fundamentales de la educación y de los enfoques del pensamiento crítico.

El pensamiento crítico y el aprendizaje

El pensamiento crítico tiene muchas definiciones, que van desde la capacidad de emitir juicios útiles y autorreguladores5 hasta la amplia capacidad de interpretar la información y enfocar los problemas correctamente,6 o la simple capacidad de analizar argumentos.7 Los educadores han hecho un llamado a la enseñanza de habilidades del pensamiento crítico; sin embargo, los resultados de implementarlo en el plan de estudios no ha demostrado de forma concluyente que los pequeños avances no fueran simplemente el efecto del aprendizaje en general, y no ha sido demostrado que estos avances fueran el resultado de la enseñanza específica del pensamiento crítico.8 Independientemente de las definiciones y de los aumentos reportados en las habilidades de pensamiento crítico,9 el movimiento de pensamiento crítico ha reemplazado ahora el movimiento de autoestima que arrasó en las escuelas de Estados Unidos en todos los niveles educativos durante las décadas de 1980 y 1990.10

Los educadores y administradores consideran que el pensamiento crítico (por ejemplo, el pensamiento, el análisis y la resolución de problemas) es una habilidad esencial para la vida y el trabajo. Este interés por el pensamiento crítico se pone de manifiesto en un número de universidades,11 incluida la Universidad de Oakwood en Hunstville, Alabama, EE. UU., donde rindo mis servicios, prestan atención especial en la consecución de resultados de aprendizaje específicos en materia de pensamiento crítico. Esto se demuestra a través de la escritura12 y el deseo de los administradores de contar con empleados competentes en estas habilidades para el análisis y la resolución de problemas.13

Los enfoques para enseñar y evaluar las habilidades de pensamiento crítico varían. Al momento de enseñarlo, algunos instructores guían el proceso de pensar sobre el propio pensamiento con objetivos que varían desde la imparcialidad hasta la evaluación. Otros adoptan un enfoque más centrado en la disciplina14 y guían el pensamiento dentro de una disciplina o profesión, como el razonamiento científico dentro de las disciplinas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Pensar sobre el propio pensamiento es una necesidad crítica tanto para formarse como para ser un empleado altamente productivo y un ciudadano informado. La necesidad de individuos que posean habilidades de pensamiento y de resolución de problemas va en aumento. Sin embargo, en lo que respecta a los marcos del movimiento de pensamiento crítico, los maestros seculares y a menudo antirreligiosos son dominantes en las escuelas y universidades de todo el mundo (véase la Figura 1).

El pensamiento crítico y la fe

A menudo se presenta el pensamiento crítico como si estuviera en tensión con la fe religiosa o con cualquier forma de pensar que permita aceptar la Biblia como la verdad. A primera vista, los términos “pensamiento crítico” y “fe religiosa” parecen bastante dispares, especialmente para la mente secular. Los cristianos ven una relación, siendo la Biblia la fuente de la verdad, con la que la mente se compromete a entender el mundo y a creer que el significado se origina en las Escrituras. Siendo estas el fundamento de la vida, las contribuciones humanas al pensamiento deben considerarse secundarias respecto a los principios derivados de las Escrituras. La Biblia comienza con el principio de todo y termina con el plan definitivo de Dios para esta vida y la vida eterna, y en medio se encuentra la guía para el camino del cristiano. Aborda los mismos asuntos que la filosofía humana: desde el origen hasta el fin de la vida, y cómo debemos pensar y comportarnos durante nuestra vida.

Lo que tratamos en este artículo es la forma en que las escuelas adventistas deben integrar la Biblia en la vida y la convivencia, y enseñar a los alumnos a hacer lo mismo. Esta orientación filosófica tiene su origen en las Escrituras (véase la Figura 2) y forma la cosmovisión del cristiano, que dice que la fe es uno de los absolutos en la vida del cristiano y que esta fe en lo invisible puede coexistir con la razón.

La mente abierta es un elemento de pensamiento que ha reaparecido en el siglo xxi y parece ser el más atractivo para los Mileniales.15 Como todas las demás formas de pensamiento, la mente abierta es una práctica que debe ser criticada. La mayoría de las personas pueden estar de acuerdo en que, antes de formarse una opinión, hay que estudiar los distintos aportes a la idea. La forma de tolerancia que existe hoy es la que dice que el racionalismo y las formas científicas de conocimiento son superiores a la creencia en lo sobrenatural y descarta la Biblia cristiana como la fuente de la verdad. De hecho, la mente está actualmente condicionada en algunas estrategias educativas a aceptar solo el conocimiento basado en la evidencia y a permanecer constantemente abierta a ideas novedosas, permaneciendo siempre en el modo inquiridor.

Entre los muchos líderes del movimiento del pensamiento crítico, la fundación del Pensamiento Crítico [Foundation for Critical Thinking] es bien conocida por su posición de rechazo hacia la religión. Esta fundación ve a la religión como antagonista del pensamiento crítico, considerando las enseñanzas bíblicas como un dogma y una limitación o barrera para el pensamiento crítico. Sin embargo, a los cristianos que ven la Biblia como la verdad, la Palabra de Dios, se les aconseja que también practiquen la tolerancia; una apertura mental que está abierta a la revelación divina y guiada por ella. En el libro Mensajes para los Jóvenes, Elena G. White insta que “en el estudio de la Palabra, dejen en la puerta de la investigación sus opiniones preconcebidas y sus ideas heredadas del ambiente y cultivadas individualmente. Nunca descubrirán la verdad si estudian las Escrituras para vindicar sus propias ideas. déjenlas a la puerta y acérquense con el corazón compungido para oír lo que el Señor tiene que decirles. El humilde indagador de la verdad se sentará a los pies de Jesús para aprender de él la Palabra que le dará entendimiento. Cristo dice a los que son demasiado sabios en su propio concepto para estudiar la Biblia: ‘Si quieren hacerse sabios para la salvación, deben hacerse mansos y humildes de corazón’”.16 Aunque esta afirmación se refiere principalmente a la mala interpretación de las Escrituras, se aplica al nivel de apertura mental que se exige a los pensadores críticos. Este enfoque sugiere que la apertura mental es un tipo de humildad intelectual necesaria para persistir y encontrar nuevas soluciones a problemas persistentes como el desarrollo de vacunas para nuevas infecciones virales (como el COVID-19) y otras enfermedades como el cáncer o el resfriado común.

Se anima a los cristianos a ajustarse a la autoridad de la Palabra: “No lean la Palabra a la luz de opiniones anteriores; en cambio investíguenla cuidadosamente y con oración, con una mente libre de prejuicios. Si al leerla se produce la convicción y ven que las opiniones que han acariciado no están en armonía con la Palabra, no traten de hacer concordar la Palabra con esas opiniones. Hagan concordar sus opiniones con la Palabra. No permitan que lo que han creído o practicado en lo pasado gobierne el entendimiento. Abran los ojos de su mente para contemplar maravillas en la ley. Descubran lo que está escrito, y después afirmen sus pies en la Roca eterna”.17 Y desde esa postura, pasar a comprender los problemas que se abordan, permitiendo que el fundamento de la Escritura guíe su manera de pensar.

Se fomenta un cierre que proviene de la confianza en la Palabra como verdad cuando la Escritura habla del tema. Los cristianos están llamados a ser conscientes, a ser pensadores siempre, y no meros reflectores del pensamiento de los demás.18 Esta vocación significa que los cristianos, y especialmente los educadores, deben tener cuidado con lo que ocupa los ojos, los oídos y la mente. Los sentidos están siempre ocupados, y a veces asaltados, a menudo sin que las personas hayan decidido apartar o introducir en su psiquis las cosas que desean o que influyan en lo que son y llegarán a ser.

Además, al abordar un problema, es útil para el proceso de descubrimiento reconocer que el cierre puede ser prematuro. Ya sea en el laboratorio o sobre el campo, la mente abierta le permite al investigador permanecer en una postura de aprendizaje, incluso cuando un método o una triangulación de métodos sugieren seguridad en el hallazgo.

Sostengo que el pensamiento crítico es deseable para el cristiano, ahora más que nunca. Y la llamada a la apertura mental no es solo una vocación intelectual, sino la del creyente. Sin embargo, para el intelectual cristiano, la mente abierta ha de ser sometida a un análisis crítico para que pueda apoyarse en las verdades fundamentales de la Biblia y ser eclipsada por el llamado bíblico a la obediencia, el amor, la justicia y la misericordia. La mente del cristiano nunca se permite divagar de forma abierta; la Biblia llama a todo cristiano a pensar y a ser. Permítame explicarle.

Los profesionales académicos son, por naturaleza, integracionistas, y los académicos cristianos no son diferentes. En primer lugar, creen en la verdad (la esencia) de la Biblia. Con la Biblia como fundamento, y la orientación del creyente, los académicos examinan el mundo que los rodea desde la perspectiva bíblica. Cuestionan incluso cosas inocuas y elementales de su mundo. El académico cristiano ve los acontecimientos actuales y se pregunta: “¿Qué significado aporta mi fe basada en la Biblia a este asunto para que pueda entender mejor cómo quiere Dios que piense y responda?

Fundamentos bíblicos para el aprendizaje

Es cuando la “Verdad” es fundamental para la “verdad” que los fundamentos de la fe se integran con la vida. Al pensar en el pensamiento crítico, los educadores adventistas deben comprender que no solo se fomentan los elementos del pensamiento, sino también la orientación filosófica hacia el pensamiento y la conducta. El humanismo, el racionalismo, el método científico y sus enfoques inherentes a la construcción del conocimiento son algunas de las filosofías dominantes que ya en el siglo xx han tenido un impacto en el pensamiento y la acción, especialmente occidental. El proceso de la educación, el conocimiento y el ser, tienen principios y enfoques fundacionales del pensamiento crítico.

Por ejemplo, la Fundación para el Pensamiento Critico19 se opone a la Biblia como la base del pensamiento. Y aunque los elementos de pensamiento propugnados por Richard Paul y Linda Elder, miembros fundadores de la Fundación para el Pensamiento Crítico, pueden ayudar al pensador a profundizar y ampliar su perspectiva, es el rechazo de la Biblia como verdad lo que resulta problemático y hace que el modelo general sea inapropiado para desarrollar la mente y el corazón del cristiano. La vida tiene su fuente en Dios y la Biblia es la palabra revelada de Dios. La Palabra es la verdad y registra el propósito de Dios de redención, salvación y restauración. El cristiano20 no es un mero reflector de los pensamientos de los demás; el cristiano debe pensar más alto de lo que el pensamiento más alto puede alcanzar.21 Y ese pensamiento más alto es, de hecho, el ideal de Dios para su pueblo: “La meta a alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios”.22

Los padres deben ser los primeros maestros de sus hijos, desarrollando el rigor mental mediante el cultivo de las “facultades morales e intelectuales”. Sin embargo, la escuela, ha pasado a tener el rol predominante en la formación del carácter con intencionalidad de enseñar enfoques seculares del pensamiento crítico. Por lo tanto, debemos prestar atención a lo que las escuelas adventistas enseñan como verdad y el posible impacto de las enseñanzas en la fe del estudiante en la Palabra de Dios.

La enseñanza, el aprendizaje y la fe

Estudios recientes24 revelan que cuando los estudiantes que profesan una fe religiosa entran en la universidad, aunque pueden perder la fe, al final la recuperan si permanecen conectados a su comunidad de fe mientras asisten a una universidad secular. Los estudiantes que entran sin fe no ganan fe mientras estudian en un entorno secular. Ciertamente, aplaudimos al primer grupo porque recupera algo de fe. Lo más preocupante es el hecho de que durante un período significativo, mientras están en una universidad secular, pierden su fe personal. Y al graduarse no han aumentado su fe, algunos solo han recuperado algo de fe y otros han perdido toda la fe. La maduración de la fe que muchos estudiantes experimentan durante la adolescencia tardía (los años de formación del adulto) pueden perderse en la universidad. Este triste resultado es la consecuencia de la secularización del conocimiento, de un enfoque en el método científico como fundamento de la verdad y de un sesgo prevaleciente contra Dios y contra la Biblia en gran parte de la educación secular.

El propósito del cuestionamiento es impulsar la investigación, no detener el descubrimiento; el cuestionamiento ayuda al descubrimiento. El pensador crítico cristiano busca saber: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá” (Mateo 7:7, NVI).25 El deseo de conocer, sustentado en el estudio profundo, la oración y la reflexión, conducirá al estudiante cristiano a una relación más profunda con Cristo. “Somos llamados a restaurar la educación centrada en Cristo”.26 Esta restauración conducirá a los estudiantes, en primer lugar, a una relación con Jesucristo; y, en segundo lugar, introducirá eficazmente una visión del mundo distintivamente adventista diseñada para proporcionar los fundamentos bíblicos para la toma de decisiones morales y éticas.27

Un ejemplo de la Universidad de Oakwood

Todo el espectro de las escuelas Adventistas del Séptimo Día, desde el nivel preescolar hasta el nivel de postgrado, tiene una oportunidad de mayordomía. Uniendo fuerzas con la iglesia y el hogar, la escuela puede ofrecer intencionalmente una educación con base bíblica que gradúe a individuos con una fe sólida. Leslie Pollard, rector de la Universidad de Oakwood, es conocido por comentar en diferentes oportunidades que la educación adventista prepara a los estudiantes “no solo por cuatro años, sino hasta 40 años y finalmente para siempre”. Sí, los años de matriculación y preparación profesional son importantes, pero lo fundamental son los años cuando los estudiantes aplican la educación transformadora recibida mientras están en los campus de los colegios y universidades adventistas: los años posteriores a la universidad y que conducen a la eternidad.

Después de todo, el propósito de la educación y la redención son uno: salvar las almas perdidas. El llamado es el de un enfoque bíblico del pensamiento crítico. Y hay que advertir. No se puede asumir que el simple hecho de ser una escuela adventista es una garantía de que se está desarrollando la fe. Una serie de preguntas pueden ayudar a estimular la reflexión sobre el desarrollo de la fe. Por ejemplo:

¿Es la misión de la escuela explícitamente adventista y bíblica en sus resultados deseados?

¿El objetivo de la escuela y de su plan de estudios es discipular, transformar a los alumnos y fortalecer la fe en el mensaje adventista?

¿Cómo informa la escuela a los padres, a los alumnos y a los constituyentes sobre el logro de su misión y de sus objetivos?

Es con este enfoque misional que la Universidad de Oakwood estudió modelos seculares y desarrolló lo que la administración de la universidad, los docentes y el personal creen que es un modelo bíblico integral (véase la Figura 3) para el pensamiento crítico, el análisis y la resolución de problemas (TAPS: Thinking Analyzing Problem Solving) [Pensar, Analizar, Solucionar Problemas]. El fundamento de este modelo se centra en la Palabra de Dios, la lógica de apoyo se basa en la Palabra y el proceso de llegar a una comprensión y síntesis ampliada también se basa en la verdad bíblica.

Durante el Instituto de Verano para el Desarrollo Profesional de la universidad bajo el tema “Fundamentos bíblicos en las disciplinas”, los docentes principales reciben formación para examinar los fundamentos filosóficos de las respetivas disciplinas en las que enseñan, investigan y sirven. Los facilitadores del Instituto invitan a los docentes a comparar la cosmovisión bíblica y sus presuposiciones, supuestos y enseñanzas, con los fundamentos seculares sobre los que suelen descansar sus disciplinas. Este proceso de deconstrucción bíblica de conocimientos que sustentan las disciplinas y la reconstrucción que lo acompaña es liberador para los docentes.

El uso del Modelo TAPS, ayuda a los docentes a integrar su carrera y su vida espiritual. Los docentes vuelven a sus departamentos académicos y trabajan con el decano para entrenar a profesores compañeros a cómo pensar bíblicamente en las disciplinas que albergan sus departamentos. Esto se hace en el contexto de la fe Adventista del Séptimo Día. Una vez establecido el fundamento bíblico, los docentes aprenden a comunicar a integración de la fe con la disciplina académica mediante el modelo y la instrucción (véase el Recuadro 1).

El modelo de pensamiento crítico de la Universidad de Oakwood se origina en la creencia y la comprensión de que la verdad debe ser fundamentada en la Verdad, tanto escrita como encarnada. El modelo es cristocéntrico y se basa en el principio de que “en el sentido más elevado, la obra de la educación y la de la redención, son una, pues tanto en la educación como en la redención, ‘nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo’”.29 Jesucristo fue y es hecho carne y fue y es la máxima revelación de Dios, que señala a Dios como Creador, Salvador y Señor. En el libro Nuestra Elevada Vocación, Elena G. White escribió: “Cristo, su carácter y su obra, es el centro y la circunferencia de toda verdad. El es la cadena a la cual están unidas las joyas de la doctrina. En él se encuentra todo el sistema de la verdad”.30

El modelo de la Universidad de Oakwood (Figura 3) presenta a Cristo como centro y circunferencia del proceso de pensamiento.31 Durante la orientación de los docentes, el rector Pollard ofrece una orientación teológica y afirma que los educadores adventistas deben responder al desafío centenario de Elena G. White para la educación superior en una pregunta: “¿Es conveniente para nosotros mantener nuestra mente fija sobre el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús?”32

Conclusión

La perspectiva individual es limitada en cualquier contexto. La forma en que los educadores cristianos piensan sobre las Escrituras y la vida, es limitada sin la guía del Espíritu Santo hacia toda la verdad.33 El enfoque cristiano es preguntar primero: “¿Qué dice la Palabra de Dios sobre esto?” y luego reflexionar cuidadosamente desde diferentes puntos de vista con sumisión intelectual a la Verdad de Dios. Esta reflexión debe ir acompañada de un estudio profundo y de debates y consultas en oración con compañeros y colegas. Si la educación superior no comienza y termina con un fundamento de “primero Dios”, entonces es incapaz de fortalecer la fe en Dios. Las escuelas adventistas deben mantener a Dios en el centro y en la circunferencia del pensamiento y producir graduados que no solo permanezcan como creyentes fieles, sino que se conviertan en creyentes también.

Los educadores Adventistas del Séptimo Día de todos los niveles educativos deben animar a los adultos interesados en la matriculación de sus hijos a cuestionar el enfoque misional de la escuela y su plan de estudios antes de inscribirlos en un curso de estudios, porque hay verdades que son eternas. Cada experiencia de aprendizaje debe involucrar a los estudiantes en el proceso de integración, descubriendo nuevos conocimientos y comparando las afirmaciones de estos con los ya aceptados, intentando encajar ambos en un todo consistente y coherente. La consistencia y la coherencia son la clave de la integración de la fe. Hay que establecer los fundamentos bíblicos e históricos antes de poder unir los conceptos con la coherencia. Esto requiere una reorganización conceptual, pero asegura que la Biblia es fundamental para el aprendizaje y, por lo tanto, debería implementarse en todos los niveles de la educación Adventista del Séptimo Día.


Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Prudence LaBeach Pollard

Prudence LaBeach Pollard, PhD, MPH, RD, SPHR, es Vicerrectora de Calidad, Investigación y Desarrollo Docente y es docente de administración en la Escuela de Negocios de la Universidad de Oakwood, en Huntsville, Alabama, EE. UU. Durante cinco años dirigió una iniciativa de pensamiento crítico y en 2016 fundó el Instituto de Verano de Desarrollo Profesional de la Universidad de Oakwood para explorar los enfoques del pensamiento y el impacto del pensamiento secular en la educación superior.

Citación recomendada:

Prudence LaBeach Pollard, “El pensamiento crítico, la Biblia y el cristiano,” Revista de Educación Adventista, 82:4 (2020).

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Abrams y otros señalan que los comportamientos de construcción de la identidad se desarrollan mediante juicios de autorregulación. Véase Dominic Abrams y Michael A. Hogg, “Group Processes and Intergroup Relations Ten Years On: Development, Impact and Future Directions,” Group Processes and Intergroup Relations 11:4 (October 2008): 419-425; y Adam Rutland y Dominic Abrams, “The Development of Subjective Group Dynamics.” En Sheri R. Levy y Melanie Killen, eds., Intergroup Attitudes and Relations in Childhood Through Adulthood (Oxford, England: Oxford University Press, 2008), 47-65.
  2. John E. McPeck, Critical Thinking and Education (New York: St. Martin’s Press, 1981), 7.
  3. Elena G. de White, Educacion (Buenos Aires: Asociación Casa Publicadora Sudamericana. 1998. 18 
  4. Bertrand Russell, Why I Am Not a Christian and Other Essays on Religion and Related Subjects (New York: Simon & Schuster, 1957).
  5. Abrams, Hogg y Rutland definen el pensamiento crítico como la capacidad de realizar un juicio útil y autorregulado.
  6. Both McMillan (1987) y Pascarella (1989) presentan el pensamiento crítico como la capacidad de interpreter la información y enfocar los problemas correctamente. Véase James H. McMillan, “Enhancing College Students' Critical Thinking: A Review of Studies,” Research in Higher Education 26:1 (1987): 3-29; y Ernest T. Pascarella, “The Development of Critical Thinking: Does College Make a Difference?” Journal of College Student Development 30:1 (January 1989): 19-26.
  7. Véase John E. McPeck, “Stalking Beasts, but Swatting Flies: The Teaching of Critical Thinking,” Canadian Journal of Education 9:1 (Winter 1984): 28-44; y __________, “Critical Thinking and Subject Specificity: A Reply to Ennis,” Educational Researcher 19:4 (May 1990): 10-12.
  8. Christopher R. Huber y Nathan R. Kuncel, “Does College Teach Critical Thinking? A Meta-Analysis,” Review of Educational Research 86:2 (June 2016): 431-468.
  9. Lisa Tsui, “A Review of Research on Critical Thinking” (1998): https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED427572.pdf. Artículo presentado en la 23ª Reunión Anual de la Asociación para el Estudio de la Educación Superior en Miami, Florida, 5-8 de noviembre de 1998. Tsui revisó la investigación de un total de 62 estudios que medían el crecimiento del pensamiento crítico. Los resultados mostraron un aumento en las habilidades de pensamiento crítico y de orden superior durante los años universitarios. Véase también James H. McMillan, “Enhancing College Students’ Critical Thinking: A Review of Studies,” Research in Higher Education 26:1 (1987): 3-29.
  10. 10. El movimiento de la autoestima en las escuelas estadounidenses durante las décadas de 1980 y 1990 surgió del trabajo de John Vasconcellos, un senador de California y su grupo de trabajo de California para promover la autoestima y la responsabilidad social personal. Véase “Toward a State of Esteem. The Final Report of the California Task Force to Promote Self-Esteem and Personal and Social Responsibility” (January 1990): https://files.eric.ed.gov/fulltext/ED321170.pdf. Algunos investigadores educativos lo han comparado con el actual movimiento de aprendizaje social y emocional (SEL por sus siglas en inglés). Véase el trabajo de Chester E. Finn, “The Social-Emotional-Learning Movement and the Self-esteem Movement,” Education Next (July 2017): https://www.educationnext.org/social-emotional-learning-movement-self-esteem-movement/.
  11. Sigue habiendo un énfasis global en el impacto del pensamiento crítico en la educación superior. Véase, por ejemplo, Elizabeth Tofaris, Tristan McCowan y Rebecca Schendel, “Reforming Higher Education Teaching Practices in Africa”. Un artículo seriado publicado por ESRC-DFID Research Impact, Cambridge, U.K.: REAL Centre, de la Universidad de Cambridge y The Impact Initiative (March 2020): https://opendocs.ids.ac.uk/opendocs/handle/20.500....; Shoko Yoneyama, “Critiquing Critical Thinking: Asia’s Contribution Towards Sociological Conceptualization,” en Bridging Transcultural Divides: Asian Languages and Cultures in Global Higher Education, Xianlin Song y Kate Cadman, eds. (Adelaide, Australia: University of Adelaide Press, 2012), 231-250; Caroline Dominguez y Rita Payan-Carreira, eds., Promoting Critical Thinking in European Higher Education Institutions: Towards an Educational Protocol (Vila Real, Portugal: Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro, 2019).
  12. El tema más frecuente de los planes de mejora de alta calidad (QEP, por sus siglas en inglés) en la región de acreditación de la Comisión de Colegios de la Asociación de Colegios y Escuelas (SACSCOC, por sus siglas en inglés) es el pensamiento crítico. Véase https://sacscoc.org/.
  13. La Asociación Nacional de Universidades y Empleadores (NACE, por sus siglas en inglés) define la preparación para la carrera profesional como la consecución y demostración de las competencias requeridas que preparan ampliamente a los graduados universitarios para una transición exitosa a la fuerza de trabajo. Estas competencias de pensamiento crítico/solución e problemas ayudan al individuo a “ejercer un razonamiento sólido para analizar cuestiones, tomar decisiones y superar problemas. El individuo es capaz de obtener, interpretar y utilizar conocimientos, hechos y datos en este proceso, y puede demostrar originalidad e inventiva”: http://www.naceweb.org/career-readiness/competencies/career-readiness-defined/.
  14. Martha L. A. Stassen, et al. discuten el impacto de las disciplinas académicas en las definiciones del pensamiento crítico. Véase Judith E. Miller y James E. Groccia, eds., To Improve the Academy: Resources for Faculty, Instructional, and Organizational Development (Hoboken, N.J.: Wiley, 2011), 127.
  15. Pew Research Center, “Millennials: Confident. Connected. Open to Change” (February 2010): https://www.pewresearch.org/social-trends/2010/02/24/millennials-confident-connected-open-to-change/.
  16. Elena G. White, Mensajes para los Jóvenes (Doral, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2008), 183.
  17. Ibid.
  18. Elena G. White, Educación, 16.
  19. Richard Paul y Linda Elder, The Thinker’s Guide to Understanding the Foundations of Ethical Reasoning: Based on Critical Thinking Concepts and Tools (Tomales, Calif.: The Foundation for Critical Thinking, 2006). Véase también http://www.criticalthinking.org.
  20. Ellen G. White, Christian Education (Battle Creek, Mich.: International Tract Society, 1894), 58.
  21. __________, Fundamentals of Christian Education (Nashville, Tenn.: Southern Publishing Assn., 1923), 374, 375.
  22. __________, Mensajes para los Jóvenes, 29.
  23. __________, El Hogar Cristiano (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 377.
  24. Los resultados del Instituto de investigación de la Educación Superior (HERI, por sus siglas en inglés) sobre el estudio de espiritualidad de los estudiantes se pueden obtener en: http://spirituality.ucla.edu/.
  25. Nueva Versión Internacional (NVI). Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
  26. Leslie N. Pollard, “Restoration: The Mission of Adventist Higher Education,” Adventist Review (September 4, 2016): 38: https://www.adventistreview.org/1609-36.
  27. Ibid., 39.
  28. Deril Wood y Jeannette Dulan, “Inquiry Teaching in Higher Education: A Critical-thinking Context,” The Journal of Adventist Education 78:3 (February/March 2016): 45-51.: circle.adventist/org/files/jae/en/jae201678034507.pdf; En el libro de L. M. Brown, General Philosophy in Education (New York: McGraw-Hill, 1966), el autor argumentó que las herramientas del pensamiento crítico son el significado, los argumentos, las inferencias, las implicaciones, el conocimiento, las teorías/principios/leyes, el punto de vista y la evaluación. En Gerald Nosich’s Learning to Think Things Through: A Critical Guide to Thinking Across the Curriculum (New York: Pearson, 2012), 11 elementos para la crítica de la propia disciplina: propósito, pregunta, contexto, información, suposición, conceptos, conclusions e interpetaciones y alternativas (96, 97).
  29. White, Educación, 29.
  30. __________, Nuestra Elevada Vocación (Buenos Aires: Casa Editorial Sudamericana, 1962), 18.
  31. En Nuestra Elevada Vocación, Elena G. de White escribió: “Cristo, su carácter y su obra, es el centro y la circunferencia de toda verdad. El es la cadena a la cual están unidas las joyas de la doctrina. En él se encuentra todo el sistema de la verdad.” (18).
  32. En su discurso ante la Sesión de la Asociación General de l 1909, Elena G. White desafió a toda la educación adventista, incluyendo la educación superior, en una pregunta: “¿Es conveniente para nosotros mantener nuestra mente fija sobre el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús?”. White, Ser Semejante a Jesús (Buenos Aires, Asociación Casa Editora Sudamericana, 2004), 294.
  33. Véase Juan 1:17; 16:13.