Leni T. Casimiro • John Wesley Taylor V

Cómo robustecer la fe mediante la enseñanza en línea

Primera parte: Planificación de la integración de la fe

El incremento de la enseñanza en línea que resultó de la pandemia del COVID-191 no es sino un aumento dramático de una tendencia mundial creciente en el uso de modalidades en línea o combinadas en educación.2 La enseñanza en línea presenta ciertamente ventajas significativas, tales como una accesibilidad incrementada, un cronograma más flexible (lo que incluye el potencial de un aprendizaje a ritmo individualizado) y una perspectiva más global, en términos de interacciones tanto con el personal docente como con otros estudiantes.

Sin embargo, las modalidades en línea también pueden presentar desafíos significativos.3 Para los estudiantes, la enseñanza en línea puede requerir una mayor motivación, mejores estrategias de gestión del tiempo, e inclusive nuevas habilidades tecnológicas. Para los docentes, el paso a una educación en línea puede incluir dificultades en la transición de contenidos y actividades de enseñanza a un marco virtual, como también motivar la participación y colaboración de los estudiantes, permanecer conectados con ellos, y vencer las exigencias técnicas que presentan las herramientas de enseñanza en línea.

Quizá uno de los más grandes desafíos para los educadores adventistas es la cuestión de integración de la fe. ¿Cómo podemos moldear el ambiente de aprendizaje en línea para robustecer la fe de los estudiantes? ¿Cómo podemos brindar experiencias que revelen con claridad un alineamiento con la identidad y misión adventistas?

Constructos fundacionales de la educación adventista

Ya sea en línea o de manera presencial, la educación adventista posee cuatro características fundamentales:

  1. Desarrollo integral de la persona. Al describir las facetas de la verdadera educación, Elena White señaló el desarrollo armonioso de “poderes físicos, mentales y espirituales”4 para preparar al estudiante para una vida de servicio, componente clave en el ámbito social. Esta educación multifacética se destaca en el desarrollo de Jesús cuando estuvo en esta tierra: Él “siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente” (Luc. 2:52, NVI).5 En consecuencia, como producto de la enseñanza en línea, el estudiante tiene que involucrarse en una experiencia integral en al menos estas cuatro dimensiones claves (Figura 1).
  2. Reconocimiento de que toda verdad es la verdad de Dios. Las Escrituras afirman que “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre” (Sant. 1:17) y que “la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn 1:17). Proverbios 2:6 afirma asimismo que “Jehová da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia”. Reconocer a Dios como la Fuente de toda verdad6 es un paradigma que sustenta la educación adventista. En consecuencia, los educadores adventistas tienen que buscar intencionalmente conectar todos los conocimientos con su Fuente, y los estudiantes deberían ser conscientes de esa relación.
  3. Educar para la eternidad. En ocasiones, los docentes retroceden a una visión restringida de lo que pueden llegar a ser los estudiantes, y se enfocan tan solo en ayudarlos a aprobar la asignatura o asegurarse de que puedan graduarse. A veces, esa visión se ve expandida cuando se esfuerzan por preparar a los estudiantes para ser exitosos en el contexto más amplio de la vida: en sus profesiones, sus relaciones con familiares y amigos, y como ciudadanos responsables. La educación adventista, sin embargo, anticipa un ámbito más amplio, porque “la obra de la educación y la obra de la redención son una”.7 Por ello, la prioridad máxima de la educación es preparar a los estudiantes para ser candidatos para el cielo.
  4. Integrar la fe y la enseñanza-aprendizaje. Elena White escribió: “Los estudiantes de nuestras escuelas y todos nuestros jóvenes deberían recibir una educación que los fortalezca en la fe”.8 Este proceso de integración de la fe9 es bíblico. “Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Dado que la gloria de Dios se encuentra en los atributos de su carácter (Éxodo 33:18, 19; 34:5-7), nuestro papel como educadores es presentar una imagen clara y atractiva de quién es realmente Dios. Pablo escribe, “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Colosenses 3:17). Al enseñar e interactuar con nuestros estudiantes, nos esforzamos por decir lo que Cristo decía y por hacer lo que él haría.10

Aunque cada uno de esos constructos fundacionales presenta desafíos especiales (así como también oportunidades) para la enseñanza y el aprendizaje en línea, nosotros (los autores) nos enfocaremos en el cuarto fundamento: cómo cultivar la fe en los contextos en línea. Reconocemos, sin embargo, que los cuatro constructos están interrelacionados. En consecuencia, aunque destacamos la integración de la fe, también nos referiremos al desarrollo integral de la persona, los paradigmas bíblicos, y nuestro propósito de educar para la eternidad.

Un plan para la integración de la fe

La integración de la fe, un constructo fundamental de la educación cristiana, ha sido muy desarrollado en las publicaciones, tanto en términos de su fundamento bíblico y marco conceptual, como en su implementación en una diversidad de ámbitos (véase el Recuadro 1). Aunque una perspectiva de fe es ciertamente vital en los ambientes de aprendizaje tradicional, es fundamental para robustecer la fe de manera efectiva al involucrar a los estudiantes en el aprendizaje en línea. Cuando los docentes de las escuelas adventistas que han hecho la transición al ambiente de aprendizaje en línea describen sus experiencias, identifican el elemento de la integración de fe como uno que presenta mayores desafíos de articulación e implementación.11

La enseñanza efectiva en esta modalidad requiere de planificación y organización, no solo en términos de preparación de la lección sino también al diseñar todo el ambiente de aprendizaje. La planificación requiere comprender la naturaleza de los estudiantes en sus contextos, y saber qué se necesita enseñar y cómo debería enseñarse, para el logro de los objetivos, lo que conlleva al aprendizaje del estudiante. Aprender es un proceso personal, pero los docentes pueden facilitar el aprendizaje mediante una preparación cuidadosa.

La naturaleza del ambiente de aprendizaje en línea en el que los docentes y los estudiantes están separados por el tiempo y el espacio con dependencia en la tecnología, hace que represente un gran desafío planificar la enseñanza en línea. Es común que los nuevos docentes en línea se pregunten, ¿Cómo doy esta clase a distancia? ¿Cómo puedo asegurarme de que están aprendiendo? La necesidad de dominar la forma de enseñar en línea –sea pedagógica o técnica– no solo requiere de una mayor preparación sino de una preparación diferente.

Este pensamiento previo permite actuar en forma deliberada y con un mejor nivel de respuesta probable de que suceda en el salón de clase en línea, asegurando así una mayor probabilidad de cumplir con los objetivos del aprendizaje. En consecuencia, para que la fe y el aprendizaje sean integrados con éxito, los docentes tienen que planificar de manera intencional para que esto suceda.

La planificación intencional de la integración de la fe comienza con (1) un diseño instruccional y la preparación de (2) un plan de estudios del curso. Estos, a su vez, se reflejan en la presentación de (3) módulos y materiales de aprendizaje de la asignatura. De igual importancia es (4) la preparación personal del docente, quien tiene que buscar y descubrir como Dios y su verdad existen en el curso de estudio que el docente está enseñando.

1. El diseño instruccional

Aunque la planificación de la enseñanza para contextos en línea incluye muchos pasos, este artículo se enfocará primeramente en el diseño instruccional que puede ser definido como “el arte y la ciencia de crear un ambiente y materiales de enseñanza que lleven al estudiante de un estado en el que no puede cumplir ciertas tareas, a un estado en el que si puede cumplirlas12 En resumen, es un proceso de permitir que se produzca el aprendizaje.

Los docentes debieron actuar en forma deliberada en el diseño del curso cuando creaban planes para sus clases presenciales. Pero enseñar en línea, ya sea en forma sincrónica o asincrónica, necesita que se dé un mayor énfasis a la fase de planificación inicial (Simonson, et al., 2012). 13 Aunque los docentes en la enseñanza presencial pueden hacer ajustes “sobre la marcha” cuando se ha pasado por alto algo en el proceso de diseño, es más difícil hacerlo en un salón de clases en línea. El diseño instruccional permite que los docentes en línea anticipen las ambigüedades y respondan a ellas antes de que se produzcan. Les brinda entonces la oportunidad de escoger con detenimiento la manera más efectiva de aproximarse a las lecciones de la clase.14

El diseño instruccional, sin embargo, tiene que ser consecuente con las filosofías subyacentes del docente y sus creencias sobre el proceso de aprendizaje. Si el docente cree que el aprendizaje verdadero no puede ser logrado sabiendo meramente lo que se encuentra en el libro de texto pero requiere de una vida transformada, entonces el diseño de la enseñanza incorporará contenidos y actividades que lleven a los estudiantes hacia Dios.

¿Qué aspecto tiene un diseño instruccional integrado a la fe? Hay muchos modelos disponibles de Diseño Instruccional (tales como ADDIE, Dick and Carey, Gagne, Rapid Prototyping, etc.)15 en las publicaciones, pero la cuestión más importante puede ser cómo se usan esos modelos. Entre las preguntas claves que los docentes tienen que hacerse durante un proceso de diseño instruccional se encuentran las siguientes:

¿Cómo pueden obtener mis estudiantes una perspectiva cristiana de esta asignatura?

¿Cómo pueden desarrollar mis estudiantes una relación más sólida con Dios y con sus prójimos en la clase?

¿Cómo puede esta asignatura apoyar el desarrollo integral de mis estudiantes?

¿Cómo puedo motivar a mis estudiantes a participar en la iglesia?

¿Qué actividades puedo asignarles que los involucre en la misión de Cristo?

Puede que no resulte fácil apoyar el desarrollo integral de los estudiantes en una clase en línea. La distancia geográfica entre los integrantes de la clase, la naturaleza autodirigida del aprendizaje en línea, y la falta de equilibrio en el rol que juega la tecnología en las conexiones de la clase, pueden hacer que la influencia del docente sea menos abierta y el impacto de la asignatura más incierto.

Un ejemplo de un modelo de diseño de una asignatura que enfatiza el fundamento bíblico de una asignatura es el Modelo de Diseño de una Asignatura con Fundamentos Bíblicos16. En este modelo, el desarrollo del curso comienza con la determinación de conceptos relevantes para la asignatura y sus conexiones con la Biblia, creando así el fundamento bíblico de la asignatura. Esos principios bíblicos definen los resultados del aprendizaje (lo que los estudiantes necesitan saber y hacer), lo que, de igual manera, define las actividades de enseñanza y aprendizaje de la asignatura y el tipo de evaluaciones que se darán.

Otro ejemplo de un modelo de diseño de asignatura que integra de manera específica la participación misionera es el Modelo de Integración Misionera (véase la Figura 2). Este modelo está compuesto por cuatro enfoques: adoración (analizado en más detalle en la Segunda parte), cosmovisión, formación del carácter y servicio. Mediante el culto, los estudiantes son llevados a Jesús como el modelo de actos de servicio y, mediante lecciones cuidadosamente diseñadas, perciben el objetivo de la misión en cada campo de estudio (cosmovisión). Entonces, mediante las interacciones y reflexiones en la clase, son motivados a responder (formación del carácter) para hacer la voluntad de Dios. Finalmente, como resultado clave, se los anima a participar en actos específicos de servicio.17

2. El plan de la asignatura

Nos volvemos ahora a un instrumento básico que resulta del Diseño Instruccional, el bosquejo o plan de estudios de la asignatura. A medida que los docentes se esfuerzan por promover el desarrollo espiritual, necesitan tener en cuenta al menos cuatro elementos:

1. Perspectiva. La cosmovisión bíblica brinda una perspectiva distintiva de cada asignatura. Los contornos de este paradigma influyen a su vez sobre las creencias y las prioridades de los docentes a medida que ellos interactúan con una disciplina y sus aplicaciones. Véase ejemplos de una perspectiva bíblica dentro de una disciplina académica, en el Recuadro 2.

Para delinear la perspectiva de fe incorporada a la disciplina, los docentes deberían incluir una sección específica en el plan de estudios de cada asignatura titulado “Perspectiva de la asignatura”, en donde los que preparan la asignatura presentan los elementos de la cosmovisión bíblica que forman la base de ella. Estos elementos de la cosmovisión bíblica pueden entonces ser extendidos a todos los temas de la clase (véase ejemplos en las Figuras 3 y 4).

2. Objetivos. Los objetivos o blancos de la asignatura tienen que ser redactados teniendo en mente un fin, es decir, lo que el docente cristiano espera que sus estudiantes sepan, sean capaces de hacer y ser (actitudes, disposiciones y valores) para el final del curso. Como empleados de escuelas cristianas con una misión especial en este mundo, tenemos que asegurarnos de que los resultados del aprendizaje están alineados con la misión de la institución y de la iglesia. Estos objetivos de la asignatura llegan a ser la base de objetivos específicos del aprendizaje en la unidad y planes de clase.

3. Libros de texto. Los educadores cristianos se empeñarán en que las Escrituras sean relevantes, afirmando la pertinencia de la Palabra. Esto se basa en dos premisas: (a) la Palabra de Dios habla con relevancia a cada dimensión de la vida, y (b) cada disciplina debe conectarse con la vida de los docentes y los estudiantes de maneras significativas. La Palabra de Dios, en consecuencia, debería ser significativa para cada disciplina académica. David escribió: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105).

A medida que los docentes buscan una comprensión cabal de las Escrituras en relación con la vida y el aprendizaje, deberían aplicar los principios de la Escritura e incorporar la Biblia como un texto clave en cada asignatura, como centrales a cada aspecto estudiado (véase la Figura 5).18 Esto sobrepasa el hecho de señalar la Biblia como una de las principales referencias, aunque eso en sí mismo transmite un mensaje fundamental. Lo que es más importante, implica identificar e incorporar pasajes bíblicos que forman conexiones naturales con los temas estudiados.19

4. Requisitos. Aunque hay muchas maneras en las que se pueden configurar las actividades de aprendizaje y las tareas en línea para cultivar la fe, nosotros –los autores de este artículo– exploraremos una: involucrar a los estudiantes en línea en el aprendizaje del servicio.20

El servicio es un constructo bíblico. Pablo ordena: “Servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13), mientras que Pedro aconseja: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros” (1 Pedro 4:10). Pablo destaca que Cristo mismo expresó la cuestión sucintamente: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). En el contexto escolar, Elena White observa: “[Los estudiantes] no tienen que mirar hacia un tiempo futuro en que, después que las clases han terminado, hagan alguna obra grande para Dios, sino que deben estudiar ahora, durante su vida estudiantil, para ver cómo pueden unirse con Cristo en el servicio abnegado por los demás”.21

El aprendizaje del servicio no incluye tan solo el servicio voluntario o experiencias de campo. Por el contrario, es la intersección de contenidos de la asignatura, un servicio significativo y la reflexión crítica (véase Figura 6).22 Este proceso de aprendizaje del servicio está compuesto por cinco etapas principales: Investigar, Preparar, Actuar, Reflexionar y Celebrar.23 A continuación se presentan algunos ejemplos de actividades para el aprendizaje del servicio, en niveles de grados ascendentes, que podrían incluirse en una asignatura en línea:

  • Lengua: Escribir una nota de agradecimiento a un voluntario de la comunidad o una breve carta a un anciano que no sea un familiar.
  • Educación física: Participar de alguna forma de actividad física, tales como una caminata para recaudar fondos y ayudar a cubrir los costos médicos de otra persona.
  • Estudios sociales: Ayudar a su comunidad en la preservación de recursos naturales, quizá al limpiar el vecindario y recolectar artículos para reciclar. De manera alternativa, escribir un artículo de periódico o preparar un breve video sobre la contaminación o el reciclaje.
  • Economía: Participar de un proyecto para beneficiar a quienes sufren desventajas económicas, como por ejemplo, recolección de alimentos con el fin abartecer un banco de alimentos para necesitados.
  • Anatomía humana: Prestar servicios a un centro, hogar o residencia local para ancianos, y observar/analizar el impacto del envejecimiento.
  • Multimedios: Crear un documental de video de un residente en un hogar de ancianos local, destacando quizás algunas de sus experiencias de vida, que entonces se entrega a la familia del residente.
  • Música: Ofrecer una clase gratuita de canto a un estudiante de una escuela secundaria pública.
  • Salud ambiental: Visitar agencias de la comunidad para observar métodos de eliminación de residuos y entonces llevar a cabo una investigación sobre cómo mejorar ese servicio.
  • Supervisión de la enseñanza: Llevar a cabo una investigación para responder a un problema específico en una institución con la que uno se siente familiarizado.
  • Ciencias empresariales: Colaborar con el dueño de una pequeña empresa local para preparar sus balances financieros, o llevar a cabo un estudio de mercado para mejorar el desempeño de su empresa.

El objetivo, cuando enseñamos en línea, debería incluir en cada asignatura experiencias que involucren a los estudiantes en el aprendizaje del servicio.

3. Los módulos del curso

La preparación y el diseño de los módulos de la asignatura es donde se refleja con mayor claridad el diseño instruccional. Como destaca Osborne, “La primera impresión que recibe un estudiante de un curso en línea está directamente relacionada con la preparación que se lleva a cabo antes de que la asignatura esté a disposición de los estudiantes”.24 En una asignatura en línea, la página web de la asignatura y sus módulos conforman el salón de clases virtual donde se llevan a cabo las actividades del aprendizaje.

Cada módulo del curso, unidad de estudio o plan de clases debería incorporar una base bíblica, garantizando que las respuestas a las cinco preguntas claves del diseño instruccional presentadas previamente estén articuladas en lecciones específicas. Cada módulo debería ser estructurado de una manera que brinde un ambiente cómodo de aprendizaje en el cual se dé importancia primordial al logro de los resultados de la asignatura, en particular al desarrollo de la fe. Los módulos de la asignatura misma presentan las lecciones, tanto el contenido como las actividades de aprendizaje, usando estrategias apropiadas de integración de la fe.

A menudo, al desarrollar objetivos para una unidad o lección, por ejemplo, los docentes se enfocan en asuntos que los estudiantes deberían saber, y en capacidades que pueden demostrar. Aunque es fundamental enseñar para que se comprenda y se puedan dominar determinadas habilidades, los estudiantes quedan cortos a menos que también se incorpore el ámbito afectivo, la cuestión de ser: es decir, las actitudes, disposiciones y valores.

Por ejemplo, en una clase de ciencias de nivel primario sobre el tema de los mamíferos, el docente puede escribir un objetivo para cada uno de los ámbitos de la siguiente manera:

  • Saber: El estudiante definirá las características fundamentales de un mamífero.
  • Hacer: El estudiante podrá diferenciar entre ejemplos de mamíferos y no mamíferos.
  • Ser: El estudiante dará evidencias de bondad hacia los animales como la creación de Dios.

En lo que respecta al tema del Sistema Solar:

  • Saber: El estudiante enunciará los nombres de los planetas de nuestro Sistema Solar.
  • Hacer: El estudiante preparará un boceto del Sistema Solar, etiquetando los planetas correctamente.
  • Ser: El estudiante demostrará aprecio por la manera en la que Dios creó el Sistema Solar, es decir, colocando la Tierra a una distancia adecuada del Sol de manera que permita la vida.

Dado que responde a valores y actitudes, el ámbito afectivo abarca el objetivo de la formación del carácter. Respecto de este propósito, Elena White escribió: “La edificación del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos y nunca antes ha sido su estudio diligente tan importante como ahora”.25 Al planificar la enseñanza en línea, los docentes adventistas deberían incorporar objetivos afectivos que reflejen valores bíblicos y encontrar la manera de ayudar a los estudiantes en la formación de caracteres cristianos.26

4. Características de instructores cristianos efectivos de asignaturas en línea

La espiritualidad docente bien podría ser el factor determinante en la efectividad de la integración de la fe a su asignatura. Para realmente robustecer la fe, la preparación de la asignatura requiere de una preparación espiritual personal. Los docentes tienen que identificarse e internalizar los fundamentos bíblicos de su disciplina, en particular en lo que respecta a la perspectiva adventista.

Un estudio reciente halló que hay siete características del instructor cristiano efectivo de una asignatura en línea: demuestra valores morales y cristianos, usa estrategias efectivas para facilitar el dictado de la asignatura en línea, brinda una retroalimentación útil, se comunica de manera efectiva, usa evaluaciones auténticas, planifica bien y motiva a los estudiantes.27 La demostración de valores morales y cristianos se vio evidenciada por las siguientes características: La persona se muestra amigable, no es crítica, es piadosa, compasiva y motiva a los demás, integra la fe y el aprendizaje en devocionales y a lo largo de toda la asignatura, ora con los estudiantes y por ellos, y da una segunda oportunidad en las tareas.

En consecuencia, los docentes, los directores y otros administradores deberían involucrarse en la autorreflexión respecto de una integración efectiva de la fe en sus propias vidas.

La integración de la fe por diseño

Ya sea mediante una modalidad en línea o en un marco educativo más tradicional, la fe tiene que llegar a ser tangible, y la espiritualidad tiene que llegar a ser real en cada institución educativa cristiana. Esto tiene lugar cuando la experiencia educative es cristocéntrica, basada en la Biblia, relacionada con el servicio, y dirigida por el reino. Se produce cuando los docentes y los administradores crean deliberadamente experiencias de aprendizaje en línea que son:

  • Integrales. Cada aspecto en la experiencia del estudiante de una escuela en línea, debe incluir el robustecer su fe. Esto incluye, servicios de apoyo, relaciones no solo dentro de las clases sino también con la familia educativa más amplia, y la creación y fortalecimiento intencional de una comunidad de fe. Esta formación de una comunidad de fe dentro del contexto de enseñanza y aprendizaje complementa los logros cognitivos y sociales obtenidos mediante la comunidad, según lo sustancia, por ejemplo, el modelo de Comunidad de Indagación (CoI).28 En las modalidades en línea, las comunidades de fe pueden desarrollarse aún más por medio de devocionales para la clase bien diseñados, cultos en línea, semanas de oración y otras actividades. Estas son analizadas en más detalle en la segunda parte de este artículo, y complementan los logros cognitivos y sociales alcanzados.
  • Progresivas. El diseño de la clase en línea tiene que promover y llevar progresivamente al desarrollo integral de los estudiantes. Comienza colocando a Cristo como centro del aprendizaje (mediante los cultos o las actividades devocionales), para que los estudiantes puedan experimentar la fe y la entrega a su voluntad. Entonces, al aproximarse a las clases mediante lecciones cuidadosamente preparadas que integran la fe, los estudiantes comenzarán a percibir la obra de Dios mediante esas clases. Serán entonces guiados a responder a hacer su voluntad y tomar resoluciones y compromisos a largo plazo (como se evidencia en las discusiones de clase y diarios de reflexión) y, finalmente, participar de la misión divina al mundo (mediante proyectos de clases, trabajos de campo, servicio comunitario, etc.).
  • Personales. La actitud del docente es fundamental para el logro de una integración de la fe y la enseñanza en el salón de clases en línea. Como diseñador del ambiente de aprendizaje, el docente brinda el toque personal a la integración de la fe a lo largo de todo el plan de instrucción, desde los objetivos al contenido, a las actividades de aprendizaje y a los resultados de la enseñanza. Debido al aislamiento debido por distanciamiento físico entre los miembros de la clase, el docente sirve como punto central de la comunidad de aprendizaje, dando a cada estudiante la oportunidad de conexiones, expresiones, reflexiones y práctica, todo ello orientado hacia el desarrollo de la fe y el aprendizaje.

Basados en constructos fundamentales que brindan una clara identidad a la educación adventista, este artículo ha explorado directamente la integración de la fe y la enseñanza, particularmente en lo que respecta a contextos en línea. Al cumplir nuestro objetivo de descubrir cómo fortalecer la fe de los estudiantes en línea, los autores hemos examinado diversas estrategias de planificación de experiencias de aprendizaje que promueven el desarrollo espiritual. Estas han incluido: (1) El Diseño de la Instrucción, (2) la configuración del plan de la asignatura, (3) el desarrollo de los módulos y materiales del curso, y (4) las características de los instructores efectivos de asignaturas en línea.

En el artículo que concluye esta serie de dos partes, exploraremos más plenamente asuntos relacionadas con la implementación de estos conceptos.


Este artículo ha sido sometido a una revisión de pares.

Leni T. Casimiro

Leni T. Casimiro, PhD, es director de AIIAS En Línea y profesor de Currículo e Instrucción y de Enseñanza en Línea en el Instituto Internacional Adventista de Estudios Avanzados en Silang, Cavite, Filipinas.

John Wesley Taylor V

John Wesley Taylor V, PhD, EdD, ha sido director asociado de Educación de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día desde 2010. Obtuvo un Doctorado en Educación (PhD) de la Universidad de Andrews y un Doctorado en Educación (EdD) en Psicología Educativa en la Universidad de Virginia (Charlottsville, Virginia). Este artículo se basa en una presentación en una Conferencia sobre Identidad Adventista, del 13 al 15 de octubre de 2022, en la Universidad de Andrews. El correo electrónico del Dr. Taylor es [email protected].

Citación recomendada:

Leni T. Casimiro y John Wesley Taylor V, “Cómo robustecer la fe mediante la enseñanza en línea Primera parte: Planificación de la integración de la fe”, Revista de educación adventista 82:3 (Julio-Septiembre 2020): ____.