Editorial | Faith-Ann A. McGarrell

Más allá de lo que nuestros ojos pueden ver

A nivel global, el mundo está en crisis. Una convergencia de eventos catastróficos —uno forjado por el COVID-19, otro por los resultados financieros del COVID-19,1 y aun otro producido por una erupción de protestas globales que resultaron de la frustración de injusticia y conflicto durante siglos2— continúan impactando la vida diaria, y solo la historia revelará el verdadero costo sobre nuestro mundo. En educación, los estragos pueden ser vistos en la vida de millones de educadores, quienes, además de aprender cómo enseñar en línea y, en muchos casos encargarse de la enseñanza de sus propios hijos en el hogar, enfrentan la perspectiva de enfermarse o posiblemente morir por el COVID-19, o perder el trabajo debido a los cierres o reducciones de las instituciones educativas.3 El estrago también se ha visto en niños y jóvenes cuyo desarrollo académico ha sido trastornado. Al momento de escribir este editorial, la pandemia del COVID-19 ha interrumpido el aprendizaje de más de 1600 millones de estudiantes, en 190 países de la mayoría de los continentes.4

De manera particular, se vieron afectados los estudiantes que ya vivían en condiciones con grandes desafíos: los de zonas pobres o rurales, las niñas, los refugiados, los individuos con discapacidades físicas o del aprendizaje, o los desplazados por la guerra y las catástrofes naturales. Representados de manera desproporcional se encuentra en estas categorías más del 94 por ciento de la población estudiantil del mundo, y el 99 por ciento de los estudiantes de países de ingresos bajos y medios.5 La pandemia y la crisis resultante no solo interrumpen la educación en el presente, sino que también podrían afectar el progreso educativo de los estudiantes en el futuro. La falta de empleo significa que no hay dinero para pagar los gastos de estudio y los insumos escolares. Puede que algunos estudiantes no puedan mantenerse al día con los requisitos académicos, debido a su propia enfermedad o a la de algún familiar. Otros factores incluyen la pérdida de habilidades básicas por la ausencia a clase y las oportunidades de practicar esas habilidades, o la interrupción de intervenciones especiales necesarias para ayudar a satisfacer las necesidades de aprendizaje; la falta de motivación para recomenzar las actividades educacionales después de meses lejos de la escuela; o la falta general de certeza de que la educación los ayudará a avanzar dado el incierto clima económico.6

Para la mayoría, la educación adventista no solo tiene que ver con brindar contenidos; es ver más allá de las crisis que continuarán atacando a la humanidad mientras vivamos en esta tierra.

Los educadores han estado a la vanguardia de esta crisis global de educación aun antes de la pandemia. Sin embargo, ahora es imperativo que los estudiantes de las instituciones públicas y privadas sepan con certeza que sus docentes y administradores están comprometidos a ayudarlos a lograr sus objetivos educacionales. Esta no es una tarea fácil. Los administradores de las instituciones, las juntas y los que fijan los reglamentos institucionales enfrentan esta colisión simultánea de eventos catastróficos y se están dando cuenta de que los reglamentos actuales no están a la altura de las exigencias de estos tiempos. Los educadores de aulas de clase enfrentan una reconstrucción de cómo se presentan los contenidos, pensando cuidadosamente en lo que hacen y por qué lo hacen, aprendiendo cómo usar las nuevas tecnologías, cómo adaptar las clases a las plataformas en línea e híbrida, y cómo crear protocolos de educación a distancia para los estudiantes de zonas remotas con escaso acceso a recursos tecnológicos.

Una simulación llevada a cabo por el Banco Mundial buscó explorar resultados posibles que derivaron de la ausencia de tres, cinco o siete meses de los estudios como resultado de la pandemia. Una asombrosa predicción afirma que las interrupciones incrementarán el porcentaje de niños que tengan un desempeño por debajo del mínimo en la educación primaria y secundaria, con referencia específica a los que llegan a los 10 años sin saber leer.7

Para los educadores de las instituciones adventistas, el desafío se ve más acentuado. Ellos creen y practican la integración de fe y enseñanza. Como característica fundamental de la educación adventista, las estrategias de enseñanzas que integran la fe buscan guiar el aprendizaje del estudiante no solo usando los mejores métodos de práctica para compartir contenidos, sino también para mostrar la relación entre contenidos y el plan de Dios para la humanidad tanto ahora como por toda la eternidad. Desafortunadamente, no tenemos una simulación con respecto a la manera en que la ausencia de las escuelas, que brindan un ambiente que robustece la fe, el crecimiento espiritual y una relación con Cristo, tendrá un impacto sobre los estudiantes. Para aquellos que provienen de hogares en los que cuentan con apoyo de sus padres y de una iglesia local, podemos asumir que este proceso continuará. A pesar de ello, nuestros datos muestran que un porcentaje creciente de estudiantes de las escuelas adventistas de diversas partes del mundo, desde el preescolar hasta la educación superior, provienen de hogares donde no existe ese apoyo espiritual,.8

Para el educador adventista, brindar un plan de estudios y una enseñanza integrada en la fe, es aún más urgente durante períodos de problemas. A medida que los educadores de las instituciones adventistas en todo el mundo continúan brindando acceso a la enseñanza adventista, aun en estos tiempos tumultuosos, la mayoría está aprendiendo cómo responder a las diversas crisis en tiempo real. Hemos escuchado historias de educadores de zonas remotas que caminan por terrenos escabrosos hasta los hogares de los estudiantes para entregar y recolectar los paquetes de tareas; de docentes que pasan todas sus vacaciones de verano preparando lecciones en nuevos formatos, que son distribuidas más fácilmente por medio de una plataforma en línea, o aprendiendo a usar nuevas tecnologías.9

Para la mayoría, la educación adventista no solo tiene que ver con brindar contenidos; es ver más allá de las crisis que continuarán atacando a la humanidad mientras vivamos en esta tierra. En el libro La educación se nos recuerda que a pesar de las circunstancias, la verdadera educación tiene en cuenta primordialmente lo que los estudiantes pueden llegar a ser, invierte un interés personal en cada uno, y ve más allá de su condición actual hacia el plan eterno que Dios tiene para ellos.10 El apóstol Pablo lo expresa de esta manera: “Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, pues lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”.11 Como educadores, tenemos que seguir adelante y abrazar el desafío de aprender de qué manera brindar una enseñanza integrada en la fe que sea efectiva en estos tiempos difíciles.

En este número tenemos varios artículos que brindan recomendaciones para la enseñanza. Leni Casimiro y John Wesley Taylor V comparten la primera parte de una serie de dos, titulada “Fortalecer la fe por medio de la enseñanza en línea”. La Primera parte se refiere a la planificación de la enseñanza, y la Segunda parte (próximo número) se ocupará de implementar la enseñanza. Annie Raney y Veronique Anderson comparten recomendaciones para los docentes en “Cómo enseñar a los estudiantes con necesidades especiales durante momentos de crisis”, un tema crucial que continúa en desarrollo, mientras este número va a la prensa. El artículo de Charline Barnes Rowland titulado “Uso de evaluaciones formativas y sumativas en clases desde el prescolar hasta el octavo grado”, brindando varias estrategias de evaluación continua. En nuestra sección Mejores prácticas en el trabajo, Gary Bradley, Stella Bradley y Jeannie Larrabee analizan “Cómo vencer cinco desafíos de la enseñanza en un salón de clases híbrido”, y ofrece varias sugerencias prácticas basadas en las mejores prácticas. Los artículos que restan se refieren a temas que brindan perspectivas sobre la educación adventista. Aimee Leukert comparte investigaciones sobre la cultura del adventismo y su impacto sobre la elección de buscar una educación adventista. Theodore Levterov ofrece su perspectiva sobre cómo compartir el adventismo en el salón de clases.

¿Cómo ha podido navegar usted los cambios que ha producido la pandemia? Considere compartir con nuestros lectores estrategias que han funcionado en su salón de clases y en sus instituciones. Dedique unos momentos a repasar nuestras Pautas para escritores y Solicitudes de manuscritos, específicamente el llamado a artículos sobre la educación adventista durante la pandemia. Su contribución a la Revista de educación adventista puede ser una fuente de inspiración para colegas y compañeros. Y ese es, después de todo, la función de una revista profesional: brindar apoyo para otros de la profesión. Esperamos saber de usted.

Faith-Ann A. McGarrell

Faith-Ann A. McGarrell, PhD, es la editora de la Revista de Educación Adventista®. Su correo electrónico es [email protected].

Citación recomendada:

Faith-Ann McGarrell, “Más allá de lo que nuestros ojos pueden ver”, Revista de educación adventista 82:3 (Julio-septiembre de 2020), ___.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. 1. Se estima que más de 1600 millones de personas se han visto afectadas por la pérdida del trabajo o la reducción de horas. Véase Harry Kretchmer, “How Coronavirus Has Hit Employment in G7 Economies”, Foro Económico Mundial (13 de mayo de 2020): https://www.weforum.org/agenda/2020/05/coronavirus-unemployment-jobs-work-impact-g7-pandemic/.
  2. 2. Ashley Quarcoo, “Three Takeaways on the Protests for Racial Equality”, Carnegie Endowment for International Peace (9 de junio de 2020): https://carnegieendowment.org/2020/06/09/three-takeaways-on-protests-for-racial-equality-pub-82021.
  3. 3. Según la investigación llevada a cabo por la Fundación de la Familia Kaiser (KFF) que usa datos de la Encuesta Nacional de Salud (NHIS) de 2018, en los Estados Unidos, casi 1,5 millones de docentes se encuentran en riesgo mayor de enfermarse si son contagiados con el coronavirus debido a factores tales como la edad, la diabetes, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), las afecciones cardíacas, un índice de masa corporal (IMC) mayor a 40, y las limitaciones relacionadas con el cáncer. Para mayor información, véase Gary Claxton et al., “How Many Teachers Are at Risk of Serious Illness If Infected with Coronavirus?” (10 de julio de 2020): https://www.kff.org/coronavirus-covid-19/issue-brief/how-many-teachers-are-at-risk-of-serious-illness-if-infected-with-coronavirus/. Para mayor información sobre el impacto global en los docentes, véase UNESCO, “Teacher Task Force Calls to Support 63 Million Teachers Touched by the COVID-19 Crisis”, (27 de marzo de  2020): https://en.unesco.org/news/teacher-task-force-calls-support-63-million-teachers-touched-covid-19-crisis.
  4. 4. Informe de Políticas de las Naciones Unidas, Education During COVID-19 and Beyond (2020): https://www.un.org/development/desa/dspd/wp-content/uploads/sites/22/2020/08/sg_policy_brief_covid-19_and_education_august_2020.pdf, 2; UNESCO, Education: From Disruption to Recovery (2020): https://en.unesco.org/covid19/educationresponse
  5. 5. Ibíd., Informe de Políticas de las Naciones Unidas, p. 2.
  6. 6. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, “OECD Policy Responses to Coronavirus (COVID-19): Education and COVID-19: Focusing on the Long-term Impact of School Closures” (29 de junio de 2020): https://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/education-and-covid-19-focusing-on-the-long-term-impact-of-school-closures-2cea926e/.
  7. 7. Banco Mundial, “Simulating the Potential Impacts of the COVID-19 School Closures on Schooling and Learning Outcomes: A Set of Global Estimates” (18 de junio de 2020): https://www.worldbank.org/en/topic/education/publication/simulating-potential-impacts-of-covid-19-school-closures-learning-outcomes-a-set-of-global-estimates.
  8. 8. Secretaría de Archivos, Estadísticas e Investigaciones, Informe Estadístico Anual 2016 (Silver Spring, Md.: Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, 2016): https://documents.adventistarchives.org/Statistics/ASR/ASR2016.pdf.
  9. 9. Murray Hunter, “Students’ Parents Say They Value Adventist Teachers During COVID-19”, Adventist World (2020): https://www.adventistworld.org/students-parents-say-they-value-adventist-teachers-during-covid-19/; Informes generales de los directores asociados del Departamento de Educación de la Asociación General, 2020.
  10. 10. 2 Corintios 4:18, Nueva Versión Internacional (NVI). Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. 
  11. 11. Elena G. White, La educación (Doral, Fl.: Asoc. Publicadora Interamericana, 2009), 209; Véase también __________, Consejos para los maestros, padres y alumnos (Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1971), 481.