Lorena Neria de Girarte

Mentoría:

Un programa de intervención para estudiantes no tradicionales

En los últimos años, las universidades han registrado un número creciente de estudiantes no tradicionales.1 Estos estudiantes no poseen un conjunto fijo de características,2 dado que los criterios utilizados para identificarlos pueden variar según el país y el contexto.3 Sin embargo, esos estudiantes comparten algunas características comunes: Los estudiantes no tradicionales tienen al menos 24 años, son independientes desde el punto de vista financiero, tienen una o más personas a su cargo, trabajan tiempo completo y estudian parte del tiempo.4

Los estudiantes no tradicionales también poseen necesidades particulares relacionadas con sus rasgos de carácter. Vu, Cao, Vu, y Cepero5 señalan que esos estudiantes se caracterizan por su capacidad de participar en el aprendizaje autodirigido, y son más independientes, autónomos, autosuficientes y orientados a objetivos. Ellos también señalan que los estudiantes no tradicionales:

  • poseen necesidades únicas de aprendizaje, dado que sus cronogramas varían mucho;
  • poseen una variedad de experiencias de vida y trabajo;
  • pueden aprender mejor cuando los nuevos conocimientos son integrados a contextos de la vida real; y
  • muestran una firme determinación para resolver problemas importantes de sus vidas.

La educación en línea es una opción atrayente para los estudiantes no tradicionales dado que ofrece una mayor accesibilidad y flexibilidad en lo que respecta a la carga académica y cronogramas, y éstos pueden adaptarse más fácilmente para satisfacer sus necesidades. Las investigaciones parecen sugerir que los estudiantes no tradicionales muestran una preferencia significativamente mayor por la flexibilidad y la conveniencia de los cursos en línea.6

El perfil de los estudiantes universitarios, en general, ha cambiado en los últimos años, a medida que se han expandido los métodos para enseñar una determinada asignatura. La pregunta es, ¿están las instituciones de educación superior adoptando estrategias efectivas para garantizar que los estudiantes no tradicionales sigan matriculados y tengan éxito en las carreras en línea?

La mentoría como proceso de intervención

Tinto7 sostiene que la decisión del estudiante de permanecer en una carrera universitaria depende de su capacidad de integrarse y adaptarse a la institución, como así también de la capacidad de la institución de adaptarse a las necesidades del estudiante, ya sea tradicional o no tradicional.

De modo similar, Forbus, Newbold, y Mehta8 señalan que los colegios terciarios y universitarios tienen que adaptarse a las necesidades de los estudiantes no tradicionales para mejorar la satisfacción de esos estudiantes y su participación en la experiencia universitaria. Esto ayudará a que la universidad se asegure que esos estudiantes persistirán hasta lograr sus objetivos académicos.

Varios estudios de investigación han destacado el papel fundamental de los programas de mentoría para responder a las necesidades de los diversos tipos de estudiantes que se registran en asignaturas universitarias, para garantizar su matriculación continua y éxito académico.9

Tierney, Corwin y Colyar10 observaron que los estudiantes que recibieron atención por medio de programas de mentoría tienden a mostrar un mayor énfasis y motivación para alcanzar sus objetivos académicos. Los programas de mentoría también impactan la capacidad de los estudiantes de persistir11 y de ayudar a fomentar su éxito académico. Estos programas tienen efectos positivos sobre su desempeño profesional después de graduarse.12

En su papel de mentores, los docentes –además de cumplir con efectividad sus deberes relacionados con la enseñanza y la defensa de la reputación de la institución– tienen que tomar en cuenta el bienestar de los estudiantes como individuos. También tienen que considerar los deberes que la vida les impondrá, el servicio que se requerirá de ellos, y la capacitación que necesitarán. Los educadores cristianos creen que esta influencia se extenderá y fortalecerá hasta el fin del tiempo.13 Los mentores que por medio de sus vidas e interacciones diarias con los estudiantes modelan los principios cristianos, pueden ayudar a atraerlos hacia Cristo, despertando en ellos un deseo de caminar con Él, incluso cuando todavía son alumnos. Por ello, los mentores que desarrollan sólidas relaciones de confianza y buena voluntad en sus estudiantes pueden influir de manera más significativa y poderosa en sus funciones como guías, supervisores, consejeros, modelos y tutores.14

Características de los modelos efectivos de mentoría

Dado que los programas de mentoría bien diseñados pueden tener un impacto sobre la retención estudiantil y el cumplimiento de sus carreras, los colegios terciarios y universitarios pueden dar varios pasos para garantizar que el personal docente esté capacitado para brindar un buen apoyo a los estudiantes no tradicionales. A continuación se presentan características de los programas de mentoría orientados a estudiantes no tradicionales en línea.

1. Responden a las necesidades específicas de los estudiantes

Tienen que desarrollarse modelos de mentoría, según Soto et al.,15 para responder a las necesidades específicas de los estudiantes, que pueden variar según la edad, el nivel de preparación al comenzar los estudios, las experiencias formativas previas, sus motivaciones y expectativas personales, así como el enfoque para estudiar y organizar su cronograma, el uso de recursos tecnológicos y la capacidad de adaptarse a las demandas de los modelos de enseñanza no tradicionales. Además de ello, dado que son adultos, con frecuencia enfrentarán el desafío de hallar el equilibrio entre sus responsabilidades laborales y familiares.

2. Apoyan el desarrollo integral dentro de una estructura funcional

Un modelo de mentoría tiene que nutrir y apoyar el desarrollo pleno de los estudiantes, personalizar la enseñanza y dirigir a los estudiantes hacia la madurez personal, así como también promover el crecimiento intelectual.16 Dentro de un modelo de mentoría para las instituciones educativas adventistas, el desarrollo integral incluye a toda la persona, dado que la educación es “el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales. Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero”.17

En el presente, es posible encontrar modelos de mentoría diseñados para diferentes audiencias y con propósitos específicos tales como modelos de mentoría para latinos, estudiantes de educación a distancia, mujeres y estudiantes de primer año, así como modelos que buscan facilitar la entrada a la universidad. Todos ellos comparten elementos fundamentales que ayudan a garantizar su efectividad.

A partir de estos modelos, es posible incorporar elementos fundamentales como parte de un programa exitoso de mentoría, tales como (a) la identificación del perfil de los estudiantes en question; (b) el desarrollo de blancos específicos; (c) la identificación de estrategias de interacción usadas con éxito en otros programas; (d) la operatividad de las estrategias; (e) la oferta de una capacitación apropiada para cada participante; (f) la elección de métodos periódicos de evaluación; y (g) la garantía de que la estructura organizacional sigue a la estrategia.18

3. Preparan a los mentores para una implementación sistemática y deliberada

La efectividad de un programa de mentoría depende de las capacidades de los mentores y del grado en el que busquen identificar y satisfacer las necesidades de los estudiantes. El perfil de un mentor de éxito incluye (a) la capacidad de expresar cualidades tales como empatía, autenticidad, madurez, responsabilidad y sociabilidad;(b) la posesión de habilidades organizacionales y de planificación (coordinación, motivación y evaluación, así como también la pericia técnica en psicología educacional).19

Los mentores tienen que cultivar relaciones sólidas de confianza y buena voluntad con los estudiantes para mejorar el desarrollo profesional de los que están bajo su mentoría. Deberían ser modelos de compromiso, eficiencia y entusiasmo, dado que en cada interacción tienen la oportunidad de ejercer una influencia significativa sobre el desarrollo de los aprendices.20

Para lograr resultados óptimos, los mentores necesitan tener en cuenta el desarrollo de la relación; el intercambio de información y el establecimiento de objetivos; el trabajo dirigido a alcanzar los objetivos declarados y a profundizar el compromiso con su logro; y la evaluación continua de la relación formal de mentoría, junto con la planificación del futuro.21

4. Brinda oportunidades de evaluar el desarrollo y la implementación del modelo

La efectividad de un modelo de mentoría se torna claro solo después de su desarrollo e implementación. Sánchez García et al.22 señalan que la evaluación de este modelo debería tomar en cuenta tres dimensiones: (1) la evaluación del contexto (determinar si el modelo cumple con las necesidades del estudiante); (2) la evaluación del proceso (la calidad de las interacciones e intercambios, así como la satisfacción de los participantes con las actividades, recursos y experiencias específicas); y (3) la evaluación del producto (cuánto influyó el programa en la motivación de los participantes, si cumplió con sus expectativas y los benefició).

Estudio de caso: Programa de mentoría virtual abarcante en la Universidad de Montemorelos

Los modelos de mentoría requieren esfuerzos coordinados que permitan lanzarlos, organizarlos y mantenerlos. La definición de un modelo local que pueda responder a las necesidades específicas de la institución demanda un enfoque estructurado. La Universidad de Montemorelos, ubicada en Nuevo León (México), pasó por este proceso al desarrollar el Programa de Mentoría Virtual Abarcante (UM Virtual). El proceso de desarrollo que se analiza más abajo podría resultar útil para otras instituciones que buscan desarrollar sus propios programas. Véase el Recuadro 1 para un análisis de las mejores prácticas seguidas al desarrollar el programa.

Información de trasfondo

La unidad de educación en línea de la Universidad de Montemorelos, UM Virtual, incluye cursos académicos totalmente en línea y ofrece cuatro títulos de grado: teología, administración de negocios, contaduría pública y música. Hay cinco programas de posgrado: una maestría MBA con énfasis en finanzas y recursos humanos; una maestría en consejería familiar; y una maestría en educación con énfasis en administración educacional o docencia. También incluye una amplia gama de cursos de educación continua en salud, educación, administración, familia y evangelismo.

El cien por ciento de los estudiantes que están registrados actualmente en la UM Virtual puede ser descrito como no tradicional. Por ello, para apoyar su experiencia de aprendizaje y desarrollo integral, la institución construyó e implementó un modelo específico de mentoría. El modelo está basado en los ocho pasos que sugiere la comunidad de la Asociación de Estadística Aplicada (ASA).

Modelo de Mentoría de UM Virtual

1. Propósito del modelo. El modelo está diseñado para brindar un marco de referencia que influya sobre los esfuerzos de tutoría para contribuir al desarrollo académico, personal, profesional y vocacional de los estudiantes. El aprendizaje integral es el objetivo de este programa, y se espera que las experiencias de aprendizaje ayuden a los participantes a lograr este objetivo (véase Tabla 1).

2. Comisión de programa de mentoría. Dentro de la estructura organizacional de la UM Virtual, la Secretaría de Coordinación de Servicios Estudiantiles y de Tutoría es responsable de la operación e implementación del programa.

3. Estructura modelo. El modelo de mentoría de la UM Virtual incluye cuatro secciones: (a) los participantes del modelo; (b) las definiciones del ámbito cubierto por el modelo; (c) un esquema de las acciones que requiere su operación; y (d) una descripción de cómo integrar la fe dentro del modelo de tutoría. Los participantes del modelo incluyen a los estudiantes, los tutores académicos, los mentores y la Oficina de Coordinación de Tutoría y Servicios Estudiantiles (véase la Tabla 2). El modelo está diseñado para responder a cuatro dimensiones: desarrollo académico (la enseñanza que se brinda); el desarrollo personal integral; el desarrollo profesional y vocacional; que incluye la comprensión de una ética laboral y el ambiente profesional; y la integración de la fe, que es entretejida a lo largo de todo el proceso.

La dimensión de desarrollo académico permite el aprendizaje, dado que cada mentor llega a familiarizarse con los perfiles de sus estudiantes, para que se puedan tomar decisiones que les brinden un apoyo óptimo. Algunos necesitan un guía, otros necesitan consejo, mientras que otros necesitan ser redirigidos a otro brazo de apoyo de los servicios estudiantiles. Esta dimensión también brinda maneras en que los mentores compartan datos, hagan preguntas, sugieran ideas y redefinen funciones basados en su interacción con los estudiantes. A los mentores se les brinda recursos que los ayudará a monitorizar los activadores conductuales de los estudiantes y enviar advertencias tempranas a los que pudieran quedarse atrás. Los estudiantes reciben comentarios descriptivos y oportunos que están diseñados para marcar una diferencia en su desempeño general y, en último término, en sus calificaciones.

La dimensión personal se ve facilitada por una instrucción integral. El objetivo de esta dimensión es motivar a los estudiantes al comienzo del curso, mantener su interés, y asegurarse de terminar a tiempo. Se anima a los mentores a crear un entorno que facilite la confianza a través de la comunicación de un interés personal en los estudiantes, y que brinden apoyo espiritual. El objetivo final es fomentar un aprendizaje más efectivo por medio de la autorregulación y la comunicación.

La dimensión profesional y vocacional busca ayudar a los estudiantes a comprender el trabajo en su contexto profesional y cultivar una sólida ética laboral. Esto se logra por medio del aprendizaje interactivo, la participación activa y la colaboración en videoconferencias, foros de discusión temática, foros de preguntas y respuestas y cultos devocionales en línea.

A lo largo de todo el proceso se lleva a cabo una integración con la fe. El instructor integra los valores personales y la misión de la vida a su enseñanza. Esta enseñanza y ejemplo deliberado contribuyen a aprovechar al máximo el ambiente de aprendizaje en línea, y capitaliza las oportunidades para ayudar a los estudiantes a consolidar sus convicciones, sistemas de valores y misión en la vida. Los elementos adicionales que garantizan la integración de la fe abarcan las características de tutores y mentores académicos, incluyendo su compromiso con una cosmovisión bíblica y la comprensión de bases filosóficas de la educación adventista. El tutor académico es asignado a un curso solo después de que su diseño ya ha sido implementado. Cada curso responde a temas fundamentales desde una cosmovisión cristiana y conecta los contenidos en forma natural con la fe, las creencias y los valores cristianos.

4. Reclutamiento de los participantes. Los tutores académicos son parte del personal docente o docentes contratados por la Universidad de Montemorelos para un curso específico. Tienen que ser expertos en el área y tener experiencia en la docencia a nivel universitario. Las acciones enumeradas más arriba en el modelo de mentoría son parte de su descripción laboral.

Los mentores asociados son miembros del personal de apoyo de la Universidad de Montemorelos, que han sido invitados a participar del programa de mentoría pues sus características personales concuerdan con los requisitos del perfil de un mentor.

El personal que trabaja en la Oficina de Coordinación de Tutoría y Servicios Estudiantiles tiene un perfil que incluye especialización y pericia en desarrollo estudiantil, técnicas de retención, servicios de consejería estudiantil, tutoría de cursos en línea y tecnología educacional. Debería tomarse precauciones para asegurarse que todos los mentores pasen por un proceso de selección y calificación.

5. Conexión de los mentores con sus alumnos. El tutor académico sirve como mentor de los estudiantes matriculados en su asignatura, o en las asignaturas que le han asignado. Al mentor asociado se le asigna uno o dos estudiantes, y su área de participación se enfoca en las dimensiones integrales y personales. No hay pautas específicas para la asignación de un mentor asociado.

6. Capacitación y comunicación de los participantes. El modelo de mentoría requiere una capacitación especializada y una comunicación continua con los tutores académicos y mentores asociados, y es coordinada por personal de la Oficina de Coordinación de Tutoría y Servicios Estudiantiles. En ese sentido, UM Virtual ha diseñado un programa de capacitación que cultiva las habilidades necesarias para implementar el modelo. (Véase el cronograma de capacitación en la Tabla 3).

7. Retroalimentación. La Oficina de Coordinación de Tutoría y Servicios Estudiantiles está a cargo del seguimiento continuo de los estudiantes, basado en los informes detallados de la Plataforma e42 (sistema de gestión del aprendizaje de la Universidad de Montemorelos) y mantiene una comunicación continua con los tutores, docentes y estudiantes. Esto permite que la secretaría lleve un registro del proceso de implementación y haga los ajustes que sean necesario.

8. Evaluación del modelo. En el presente, solo se están evaluando las percepciones que tienen los estudiantes de la efectividad del programa. Se están haciendo planes de llevar a cabo otros tipo de evaluación, tales como la evaluación del trabajo de los mentores basado en los datos recolectados a lo largo del tiempo. Hay varios ejemplos de herramientas que pueden usarse para ayudar a los mentores a evaluar su propio desempeño. La Universidad de Wisconsin-Madison cuenta con una evaluación de 26 habilidades que contribuye con la autoreflexión de los mentores. La herramienta de evaluación también puede ser usada por los programas para ayudar a los alumnos a evaluar a sus mentores (véase https://ictr.wisc.edu/mentoring/mentor-evaluation-form-examples/).

Conclusión

La flexibilidad y accesibilidad que ofrecen los estudios en línea son muy atractivos para estudiantes no tradicionales. Su decisión de continuar en un programa de estudios, sin embargo, puede verse fuertemente influenciada por sus responsabilidades laborales y familiares. La mentoría es una estrategia importante que permite que la universidad satisfaga las necesidades específicas de este grupo. El Programa de Mentoría UM Virtual Abarcante de la Universidad de Montemorelos permite que el personal docente no solo brinde apoyo académico a los participantes sino que también ofrezca apoyo espiritual por medio de la integración de una cosmovisión cristiana, las experiencias personales de fe y el compromiso con el servicio y la misión en los cursos y conexiones con los estudiantes. Se necesitan modelos integrales para incorporar aspectos claves en las experiencias de aprendizaje de los estudiantes cuando ellos se matriculan en su programa de estudios.


Este artículo ha sido sometido a una revisión de pares.

Lorena Neria de Girarte

Lorena Neria de Girarte, MBA, es Decana de la Escuela de Educación en Línea (UM Virtual) de la Universidad de Montemorelos, Nuevo León, México. Su experiencia en la educación superior incluye más de veinte años como docente, doce de ellos en la educación en línea, y seis años como administradora.

Citación recomendada:

Lorena Neria de Girarte, “Mentoría: Un programa de intervención para estudiantes no tradicionales”, Revista de educación adventista 81:2 (Abril-Junio 2019): _______. Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2019.81.2.5.

NOTAS Y REFERENCIAS

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