Kernita-Rose Bailey

Involucrar la mente, las manos y el corazón:

Lecciones de un programa de trabajo social en el Caribe

El desarrollo integral de los estudiantes es la base de la educación Adventista del Séptimo Día.1 La filosofía de la educación adventista encapsula esta intención, ya que promueve la expectativa de que los estudiantes no solo crecen intelectualmente sino también espiritual y físicamente como resultado de cada curso de estudios.2 Este enfoque único de la educación tiene la intención de servir el doble propósito de preparar al estudiante para el servicio útil en este mundo al igual que para la vida eterna en el cielo.3

La orientación integral de la educación adventista parece reflejarse en la Pedagogía Culturalmente Sensible, un enfoque pedagógico que busca utilizar la cultura de los estudiantes como un vehículo para la instrucción efectiva. Gloria Ladson-Billings, una de las primeras defensoras de la Pedagogía Culturalmente Sensible, la describe como una “pedagogía que fortalece a los estudiantes intelectual, social, emocional y políticamente al usar referencias culturales para impartir conocimiento, habilidades y actitudes”.4 Del mismo modo, Gay indicó que la Pedagogía Culturalmente Sensible aborda “diferentes tipos de aprendizaje (cognitivo, físico y emocional) … de manera conjunta”. 5

El comprender el enfoque integral de la Pedagogía Culturalmente Sensible llevó a la autora a formular las siguientes preguntas que serán abordadas en este artículo: ¿Se puede utilizar la Pedagogía Culturalmente Sensible para lograr el desarrollo integral de los estudiantes terciarios, como lo conceptualiza la filosofía de la educación adventista? ¿Qué pasos, reflejando la Pedagogía Culturalmente Sensible, podrían tomar los docentes para abordar las áreas cognitivas, actitudinales y psicológicas de los estudiantes? La exploración de la fusión de la filosofía de la mente, el corazón y las manos con la Pedagogía Culturalmente Sensible tomará de las experiencias de un programa de trabajo social en la Universidad del Sur del Caribe (USC), una universidad Adventista del Séptimo Día con siete campus.

Contexto

Trinidad y Tobago es una nación de dos islas en el extremo sur del archipiélago de las islas del Caribe. Su población de aproximadamente 1.4 millones está compuesta por personas oriundas de las Indias Orientales (35.4 por ciento), de África (34.2 por ciento), mixta (22.8 por ciento) y de otros lugares (1.6 por ciento).7 Mientras que la aculturación ha llevado a crear una combinación única de culturas, los grupos étnicos continúan demostrando prácticas culturales que reflejan su herencia en la comida, la música, la danza y la vestimenta.

La Universidad del Sur del Caribe se estableció en Trinidad en 1927. Durante sus 90 años de existencia, ha expandido sus operaciones y actualmente ofrece programas de pregrado y postgrado en dos campus en Trinidad y uno en cada una de las siguientes islas: Tobago, Antigua, Barbados, Guyana y Santa Lucía.

El programa de trabajo social se ofrece en cuatro campus: Trinidad (ambos campus), Tobago y Santa Lucía. Un análisis de los estudiantes del programa de trabajo social revela tanto homogeneidad como heterogeneidad. Aunque los estudiantes son predominantemente del Caribe, son de diferentes islas, cada una de las cuales tiene patrones culturales únicos. La heterogeneidad cultural de los estudiantes también se deriva de la diversidad de sus orígenes étnicos (raza y religión) y de su ubicación geográfica (ciudad, suburbios y rural).

Pedagogía Culturalmente Sensible

La Pedagogía culturalmente sensible, también denominada pedagogía culturalmente relevante, se basa en la premisa de que los estudiantes de grupos minoritarios experimentan desventajas en la mayoría de los sistemas educativos ya que las técnicas de instrucción, los materiales y el idioma utilizados en el aula de clases generalmente favorecen a la mayoría étnica. Los estudiantes de todos los grupos étnicos pueden lograr el éxito académico si los profesores ajustan sus enfoques para abrazar la diversidad en vez de esperar que los diversos grupos se acomoden a la cultura mayoritaria. Gay presentó la Pedagogía Culturalmente Sensible como un enfoque basado en las fortalezas, el cual “[utiliza] el conocimiento cultural, las experiencias previas, los marcos de referencia y los estilos de desempeño de los estudiantes de diversas etnias para hacer que las experiencias de aprendizaje sean más relevantes y efectivas para ellos”.8 Ladson-Billings notó que la Pedagogía Culturalmente Sensible va más allá del éxito académico al generar actitudes positivas en los estudiantes hacia su propia cultura al igual que al ayudarlos a desarrollar una investigación crítica hacia las desigualdades estructurales.9 Para lograr sus objetivos, la Pedagogía Culturalmente Sensible aborda cuatro aspectos de la enseñanza: el currículo, las actitudes de los maestros, los enfoques de comunicación y las estrategias instruccionales. Todo esto debe incorporar o demostrar sensibilidad a los problemas culturales.10

Si bien la literatura sobre la Pedagogía Culturalmente Sensible se ha enfocado en la educación primaria y secundaria,11 el enfoque también es relevante para la educación terciaria. Ferdinand, al escribir sobre la experiencia de estudiantes internacionales en un programa de postgrado en Estados Unidos, notó que los estudiantes experimentaban “mucha atadura intelectual y cultural con el currículo centrado en Estados Unidos… que no los prepara completamente para el mercado global de hoy”.12 También indicó que el uso de un currículo que favorece la cultura mayoritaria incrementa el riesgo de “falta de motivación entre los estudiantes [internacionales]”.13

Ya que la mayoría de los estudiantes de la Universidad del Sur del Caribe provienen del Caribe, ¿es relevante el concepto de la Pedagogía Culturalmente Sensible? Sí. Esta es sensible, compleja y abarca múltiples estratos. Dado que los estudiantes del programa de trabajo social son un grupo heterogéneo, la Pedagogía Culturalmente Sensible puede aprovechar los diferentes orígenes étnicos y lograr una comunicación e instrucción más efectiva. Un problema más crítico: la mayoría del conocimiento y la investigación en el área de trabajo social se produce en un contexto y una cultura ajenos a los estudiantes del Caribe. A menos que se adapte el currículo y se presenten los conceptos de tal forma que aborden las condiciones únicas de la sociedad en la que se usan (proceso llamado indigenización), la información puede aceptarse sin cuestionamiento (modelo de transmisión).14 Por lo tanto, la resolución de este problema no es descartar el conocimiento creado en otros contextos sino desarrollar estrategias más efectivas para ayudar a los estudiantes a involucrar el conocimiento “extranjero” al igual que estimular la producción de conocimiento local (autenticación).15 Al utilizar la Pedagogía Culturalmente Sensible a nivel terciario, el conocimiento y las experiencias se pueden emplear como un instrumento para el análisis crítico y la aplicación del conocimiento desarrollado en otros contextos.

Involucrar la mente

La Pedagogía Culturalmente Sensible mejora la experiencia de los estudiantes al utilizar experiencias culturales como un vehículo para la adquisición del conocimiento.16 Los estudiantes se involucran más en el proceso de aprendizaje ya que perciben la información como relevante en sus vidas. ¿Cuáles son algunas de las formas en que la Pedagogía Culturalmente Sensible se puede utilizar para lograr una activación cognitiva en los estudiantes universitarios?

La activación cognitiva por medio de la Pedagogía Culturalmente Sensible comienza con la estructura del programa y se filtra a través del programa por medio del currículo y los métodos de enseñanza y de evaluación. En Universidad del Sur del Caribe, el programa de trabajo social fue diseñado originalmente para incorporar dos cursos que destacan temas relevantes al Caribe17 al igual que cursos que se enfocan en temas de diversidad.18 Esto, con el fin de abordar la falta de contenido específico para la región. La inclusión de estos cursos al programa comunicó un compromiso general hacia el contenido culturalmente relevante. Durante el período de existencia del programa, se han integrado intencionalmente materiales culturalmente relevantes a algunos cursos adicionales.

Además de proporcionar contenido sobre experiencias únicas del Caribe y de las diversas subculturas y grupos étnicos de la región, los estudiantes reciben información sobre el trabajo social estructural (estudio de las causas de los problemas éticos y sociales) y el empoderamiento, ambos basados en la perspectiva del conflicto. Por lo tanto, se motiva a los estudiantes a pensar de manera crítica sobre las experiencias de grupos dominantes y marginados y a analizar en qué medida los problemas sociales estructurales impactan las relaciones entre los grupos.

El contenido cultural se incorpora a los cursos de trabajo social de esta universidad por medio de diferentes métodos. En las primeras etapas de la enseñanza de teorías y conceptos los profesores proporcionan ejemplos usando contenido cultural familiar, crean casos utilizando diversos contextos culturales y hacen que los alumnos apliquen los conceptos y teorías a estos casos. Los profesores motivan a los alumnos al darles ejemplos y a generar casos basados en su propio conocimiento personal de diversos entornos culturales. Esto no solo ayuda a los estudiantes a aplicar la información a sus propios contextos sino también los expone a múltiples contextos culturales y amplía su conocimiento de los conceptos y las prácticas culturales.

Sin embargo, Gay advierte que es necesario ir más allá de la inclusión de “contenido étnico” para hacer “cambios radicales… en el proceso instruccional”19 que desafíe a los estudiantes hacia el pensamiento crítico sobre el contenido. Por lo tanto, los docentes utilizan el enfoque de discusiones que llevan a explorar la relevancia y la utilidad de las teorías y conceptos dentro del contexto del Caribe, al igual que el contexto estructural de las experiencias. Sin embargo, esto a menudo produce un dilema para el maestro. Mientras que algunos estudiantes están dispuestos a participar en los debates, otros expresan su preferencia por la “certeza” de la instrucción dirigida. Se convierte entonces en la responsabilidad del docente articular el valor del pensamiento crítico y encontrar formas de recompensarlo para estimular este comportamiento deseado.

A menos que los métodos de evaluación apoyen la Pedagogía Culturalmente Sensible, se producirá una desconexión entre el contenido del curso, los métodos de enseñanza y la evaluación. Una de las evaluaciones requeridas para un curso básico asignó a los estudiantes a compartir su comprensión de un concepto o teoría enseñado en clase y utilizar un método cultural de su preferencia, por ejemplo, calipso, poesía de palabra hablada (artístico) o simplemente usar el dialecto de su país, para explicar los conceptos.20 Los estudiantes también han participado en proyectos donde deben crear modelos basados en el contexto del Caribe, los cuales deben ajustarse estrechamente a este contexto cultural. Estas actividades los lleva a una reflexión más profunda y a una ampliación de la información a la que están expuestos en el aula de clases.

La experiencia en la Universidad del Sur del Caribe reveló que la interacción cognitiva es más efectiva cuando el programa, el currículo y los métodos de enseñanza y de evaluación incorporan elementos culturales. Este enfoque integral del uso de la Pedagogía Culturalmente Sensible crea varios niveles de participación por parte de los estudiantes, mejorando así su efectividad.

Ocupar las manos

La integración del trabajo manual en el currículo es una parte integral de la filosofía de educación Adventista del Séptimo Día.21 El trabajo manual provee ejercicio,22 enseña habilidades prácticas,23 proporciona a los estudiantes habilidades que pueden utilizar para ganarse la vida24 y los ayuda a desarrollar más profundidad de pensamiento.25 La versión secular de la Pedagogía Culturalmente Sensible no busca lograr el desarrollo físico por medio del trabajo manual de la manera prevista por la filosofía de la educación adventista. Sin embargo, sí tiene como objetivo trascender las actividades académicas al involucrar al estudiante en actividades que desafíen su status quo y contribuyan al cambio social. “La agenda transformadora de la Pedagogía Culturalmente Sensible busca desarrollar conciencia social, crítica intelectual y eficacia política y personal en los estudiantes para que puedan combatir los prejuicios, el racismo y otras formas de opresión y explotación”.26 En el área de trabajo social, la confrontación de ismos sociales (clasismo, racismo, sexismo, etc.) es fundamental para la misión del campo de estudio y está incorporada en los valores centrales de la justicia social.27 La participación en actividades que promuevan estos valores centrales a menudo incorpora actividad física, la cual es diferente de las actividades cognitivas que típicamente caracterizan las experiencias académicas universitarias.

Richards, Brown y Forde señalan que el trabajo de la Pedagogía Culturalmente Sensible es preparar a los estudiantes, no solo en el aula de clase sino también para “una participación significativa y sensible… en la sociedad”.28 Se puede integrar en las evaluaciones de clase la visión de que los estudiantes se involucren con el cambio de la sociedad en general. Los estudiantes de trabajo social de la Universidad del Sur del Caribe tienen, por ejemplo, actividades de clase que requieren que se involucren con varias agencias locales para abordar temas relevantes para la comunidad. Sin embargo, la visión primordial del docente es lograr un cambio duradero en las actitudes de los alumnos, de modo que adopten el valor del servicio y la justicia social como su principio fundamental. Esto requiere que los profesores le proporcionen al alumno oportunidades de participación, incluso cuando la recompensa académica sea limitada. En la actualidad, el departamento de trabajo social provee oportunidades para que los alumnos creen e implementen actividades comunitarias durante la semana del Día Mundial del Trabajo Social. En el futuro, el departamento espera implementar oportunidades durante todo el año para fomentar mayor participación.

Moldear el corazón

La Pedagogía Culturalmente Sensible busca cambiar las actitudes de los estudiantes al ayudarlos a desarrollar una apreciación por su cultura al igual que por la cultura de las otras personas.29 De acuerdo con el marco de educación multicultural de Banks, la Pedagogía Culturalmente Sensible busca reducir los prejuicios de los estudiantes.30 Sin embargo, los cambios actitudinales son mucho más complicados de lograr que el desarrollo cognitivo ya que es menos tangible y más inextricable. Los estudiantes entran a la universidad con actitudes que se han formado y fusionado durante años, y que continúan reforzándose cada vez que salen de los muros de la institución y regresan a sus comunidades. Entonces, ¿cómo se puede fomentar el cambio actitudinal?

Para que se logre un cambio actitudinal, los estudiantes necesitan estar más conscientes de sus propias perspectivas y actitudes. Los docentes de trabajo social de la Universidad del Sur del Caribe proporcionan de forma habitual oportunidades para que los estudiantes discutan y les enseñan a participar en prácticas reflexivas. Se lleva a los alumnos a explorar las fuentes de sus propios estereotipos y prejuicios y a identificar los detonantes de sus propios actos de discriminación o de los demás. Además, se les presentan estándares profesionales relacionados con la dignidad y el valor del individuo y los principios de aceptación, individualización, sin prejuicios. Se motiva a los estudiantes a lidiar con los conceptos con el objetivo de integrarlos como parte de su vida profesional y personal.

Los docentes de trabajo social crean un clima en el aula de clases que fomenta el respeto por la diversidad. Las reglas básicas se establecen de forma colaborativa al inicio de cada curso y se refuerzan durante el semestre. Los estudiantes rara vez son irrespetuosos con los demás en el aula de clases; sin embargo, algunas veces hacen comentarios despectivos hacia un grupo marginado, asumiendo que nadie en la clase pertenece a ese grupo. Tales comentarios se abordan de manera decisiva pero con compasión al recordarles a los estudiantes las reglas de la clase y la posibilidad de que otros compañeros, profesores o personal al igual que las personas de la comunidad puedan ser miembros del grupo sobre el cual hicieron comentarios negativos.

Los profesores deben estar comprometidos a escuchar las inquietudes de los estudiantes y responder de manera apropiada. Si un maestro eleva la interacción cognitiva por encima del cambio actitudinal, tal vez esté demasiado preocupado con la actividad pedagógica que no podrá escuchar cuando los alumnos insinúen el impacto que tiene el vivir en una comunidad de bajos recursos sobre su capacidad de adaptarse al ambiente universitario. Un profesor que está preparado para escuchar los comentarios indirectos de los estudiantes sobre la identificación cultural está mejor capacitado para animarlos a ampliar sus experiencias, para modelar respuestas sensibles y respetuosas y para ayudar al resto de los estudiantes a obtener una mejor comprensión de las distintas culturas.

Al usar la pedagogía culturalmente sensible, el personal moldea el corazón de los estudiantes al tratarlos con sensibilidad, tacto y franqueza al igual que al reflejar la ética del cuidado que se caracteriza en la pedagogía culturalmente sensible, y al crear un ambiente en el aula de clases donde se practica el respeto.

Esta sección se ha centrado en lograr cambios actitudinales por medio de la Pedagogía Culturalmente Sensible. Sin embargo, la filosofía de la educación adventista tiene como objetivo ir más allá del cambio actitudinal y fomentar el crecimiento espiritual bajo la influencia del Espíritu Santo. ¿Se puede lograr este objetivo?

Se debe enfatizar que la versión secular de la Pedagogía Culturalmente Sensible no pretende desarrollar el área espiritual del estudiante. Sin embargo, en el contexto de una institución cristiana, es posible usar los ejemplos tomados de la vida de Cristo y de otras historias bíblicas para presentar y reforzar actitudes de compasión y aceptación hacia las personas de otros grupos. Por ejemplo, en un curso los estudiantes debían explicar cómo la vida de Cristo modela uno o más principios del trabajo social. El ejemplo más popular ha sido cuando Cristo se acercó a la mujer sorprendida en adulterio, como lo presenta Juan 8:1-11, el cual refleja los principios de aceptación y de actitudes sin juzgar. Por lo tanto, la fusión creativa del sistema de creencias cristianas con la Pedagogía Culturalmente Sensible puede fomentar actitudes positivas con respecto a grupos diversos.

Conclusión

Al aplicar la Pedagogía Culturalmente Sensible al desarrollo de la mente, el corazón y las manos como lo contempla la educación adventista, es evidente que el aspecto más fácil de integrar es la interacción cognitiva. Aunque puede ser más desafiante para los maestros lograr una transformación actitudinal que una interacción cognitiva, es posible si se usa la ética del cuidado incorporada en la pedagogía culturalmente sensible. Sin embargo, la transformación espiritual que se espera en la filosofía adventista se puede fomentar solo en un contexto organizacional que apoye esta filosofía. La versión original de la Pedagogía Culturalmente Sensible no fue diseñada para lograr este objetivo del desarrollo físico por medio del trabajo manual como lo conceptualiza la filosofía adventista de la educación. Sin embargo, el área psicomotriz se puede incluir con la integración de actividades que involucren trabajar fuera del aula de clases dentro de la comunidad para abordar problemas sociales críticos.

Un enfoque integral del uso de la Pedagogía Culturalmente Sensible puede tener un efecto positivo en los estudiantes que se extienda más allá del área académica, al comprometerse de por vida a adoptar un estilo de vida culturalmente sensible.


Este artículo ha pasado por la revisión de pares.

Kernita-Rose Bailey

Kernita-Rose Bailey, MSW, es una trabajadora social con mucha experiencia. Se ha desempeñado en las áreas de trabajo social médico, VIH/SIDA, servicios infantiles y familiares y educación. Al momento de escribir este artículo, la maestra Bailey era Docente en el área de trabajo social y Coordinadora del Departamento de Trabajo Social en la Universidad del Sur del Caribe, en Trinidad. Ella ha publicado en las áreas de VIH/SIDA y educación en trabajo social.

Citación recomendada:

Kernita-Rose Bailey, “Involucrar la mente, las manos y el corazón: Lecciones de un programa de trabajo social en el Caribe,” Revista de Educación Adventista 48:1 (Octubre–Diciembre, 2018). Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2019.48.1.6.


NOTAS Y REFERENCIAS

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  2. Adventist International Institute of Advanced Studies, “A Statement of Seventh-day Adventist Educational Philosophy” [Una declaración de la filosofía Adventista del Séptimo Día] (2001): https://www.aiias.edu/publications/SDA%20Philosopy%20of%20Education.pdf.
  3. White, Educación, 13.
  4. Gloria Ladson-Billings, The Dreamkeepers: Successful Teachers of African-American Children [Soñadores: Maestros exitosos de niños afroamericanos] (San Francisco, Calif: John Wiley and Sons, Inc., 2009), 20.
  5. Geneva Gay, “Preparing for Culturally Responsive Teaching,” [Prepararse para la pedagogía culturalmente sensible] Journal of Teacher Education 53:2 (Marzo 2002): 110: http://archive.design.iastate.edu/imgFolder/files/Culturally_Responsive_Teaching_Geneva_Gay.pdf.
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  8. Geneva Gay, Culturally Responsive Teaching: Theory, Research, and Practice [Pedagogía culturalmente sensible: Teoría, investigación y práctica] (New York: Teacher’s College Press, 2010), 31.
  9. Gloria Ladson-Billings, “Toward a Theory of Culturally Relevant Pedagogy,” [Hacia una pedagogía culturalmente sensible] American Educational Research Journal 32:3 (Autumn 1995): 469: http://lmcreadinglist.pbworks.com/f/Ladson-Billings%20%281995%29.pdf.
  10. Gay, Culturally Responsive Teaching [Pedagogía culturalmente sensible], 46.
  11. Ladson-Billings, “Toward a Theory of Culturally Relevant Pedagogy,” [Hacia una pedagogía culturalmente sensible] 471; Jacqueline Irvine, The Three C’s of Culturally Responsive Teaching: Culture, Content, and Care [Las tres C de la pedagogía culturalmente sensible: Cultura, contenido y cuidado] (College Park, Md.: Universidad de Maryland: Maryland Institute for Minority Achievement and Urban Education, 2012), 3, 8: http://www.education.umd.edu/MIMAUE/institute/symposium/2012%20NSF/Featured%20Speakers/JJirvine/UMD_3-29-12_FINAL_[irvine_paper].docx; Gay, Culturally Responsive Teaching. 
  12. Debra Ferdinand, “Workforce Education and Development Curriculum Responsiveness to Culturally and Internationally Diverse Graduate Students: A Mixed Methods Study.” PhD diss., Southern Illinois University Carbonale, 2009, ii: http://opensiuc.lib.siu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1077&context=dissertations.
  13. __________, “Culturally Responsive ICT Integration into Teaching and Learning.” [La integración de las TICS culturalmente sensibles a la enseñanza y el aprendizaje] Conferencia presentada en el Congreso Bienal de la Escuela de Educación de la Universidad de las Indias Occidentales, en St. Augustine, Trinidad (23-25 abril 2013), 11: http://uwispace.sta.uwi.edu/dspace/bitstream/handle/2139/39016/Culturally%20Responsive%20ICT%20Integration%20DFerdinand.pdf?sequence=1&isAllowed=y.
  14. Medhat El Nasr y Nada Eltaiba, “Social Work in Egypt: Experiences and Challenges,” [Trabajo social en Egipto: Experiencias y desafíos], British Journal of Education, Society, & Behavioural Science 16:1 (Mayo 2016): 3: http://www.journalrepository.org/media/journals/BJESBS_21/2016/May/Nasr1612016BJESBS25882.pdf.
  15. Ibid.
  16. Gay, Culturally Responsive Teaching [Pedagogía culturalmente sensible], 27.
  17. Los curos Introducción al trabajo social en el Caribe y Problemas en el trabajo social en el Caribe se incorporaron en el programa de trabajo social desde su inicio.
  18. El curso, los valores, la ética y la diversidad, incluyendo un enfoque en problemas de diversidad.
  19. Gay, Culturally Responsive Teaching [Pedagogía culturalmente sensible], 30.
  20. Este enfoque se utilizó en el curso Introducción al trabajo social en el Caribe durante el semestre de verano del ciclo escolar 2016-17.
  21. White, Consejos para los maestros, 293.
  22. Ibid., 206.
  23. Ibid., 206, 207.
  24. Ibid., 209.
  25. Ibid., 211.
  26. Gay, Culturally Responsive Teaching [Pedagogía culturalmente sensible], 37.
  27. Asociación Nacional de Trabajadores Sociales, “Code of Ethics” [Código de ética]: https://www.socialworkers.org/About/Ethics/Code-of-Ethics/Code-of-Ethics-English.
  28. Heraldo Richards, Ayanna Brown y Timothy Forde, Addressing Diversity in Schools: Culturally Responsive Pedagogy [Abordando la diversidad en las escuelas: La pedagogía culturalmente sensible] (Denver, CO.: Centro Nacional para los Sistemas de Educación Culturalmente Sensible, 2004), 7: http://www.niusileadscape.org/docs/FINAL_PRODUCTS/NCCRESt/practitioner_briefs/%95%20TEMPLATE/DRAFTS/AUTHOR%20revisions/annablis%20pracbrief%20templates/Diversity_Brief_highres.pdf.
  29. Gay, Culturally Responsive Teaching [Pedagogía culturalmente sensible], 30.
  30. James Banks, “Multicultural Education: Historical Development, Dimensions, and Practice” [Educación multicultural: Desarrollo histórico, dimensiones y prácticas], Review of Research in Education 19 (Enero 1993): 6, 24: https://education.uw.edu/sites/default/files/Review%20of%20Research%20AERA.pdf.