John Wesley Taylor V

Las escuelas de la Biblia:

Aspectos del plan divino para la educación

¿Tiene Dios un plan para la educación? Si es así, ¿pueden los programas educativos que él estableció a lo largo de la Biblia comunicar características fundamentales de este modelo? Pablo escribió que las interacciones de Dios con su pueblo sirven “de ejemplo […] para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos”.1 En consecuencia, las escuelas de la Biblia podrían brindarnos un marco clarificador de un plan divino para la educación.

Adoptando la posición Sola Scriptura, nuestro propósito es investigar directamente las escuelas de la Biblia,2 al menos diez de las cuales están documentadas, cinco en el Antiguo Testamento y cinco en el Nuevo Testamento. En cada una, examinaremos elementos claves de la educación, lo que incluye su propósito educativo, marco, características de los docentes y los estudiantes, planes de estudio, métodos, actividades de aprendizaje y resultados. Por último, nos esforzaremos por identificar temas y patrones compartidos en estos ejemplos, que podrían servir entonces como marco para la práctica a la hora de procurar una oferta de educación cristiana en marcos contemporáneos.

La escuela del Edén

En el principio, Dios creó un marco apropiado para un programa de educación, un aula al aire libre que incorporaba elementos estéticos.3 En la escuela del Edén, Dios era el maestro, interactuando personalmente con sus estudiantes, brindado orientación y explicitando las consecuencias.4

El plan de estudios incluía el estudio de la creación de Dios, con la naturaleza como su libro de texto.5 También incorporaba el trabajo manual, los principios del régimen alimentario y una comprensión de las expectativas divinas.6 Los métodos de enseñanza estaban enfocados hacia un pensamiento de alto nivel. Tan pronto como Adán fue creado, Dios le asignó la tarea cognitiva de dar nombre a los animales, lo que demandaba pensamiento creativo.7 Con la creación de Eva, el aprendizaje se volvió colaborativo.8

Los primeros estudiantes recibieron una responsabilidad. Tenían que administrar la tierra: cultivar el jardín, cuidar de sus criaturas y usar sus recursos con sabiduría.9 El programa educacional incluía la evaluación.10 Un punto de evaluación, el árbol del conocimiento del bien y del mal, fue colocado en el jardín, y los estudiantes recibieron el poder de elección. Trágicamente, Adán y Eva desconfiaron de la bondad y la autoridad de Dios.11 Trataron de obtener conocimiento aparte de él.12 En consecuencia, fracasaron en la prueba y se los obligó a abandonar los estudios.

Dios, sin embargo, no abandonó a los estudiantes en la escuela del Edén. Más bien, se acercó a ellos, haciéndoles una serie de preguntas reflexivas.13 En medio de la desesperación, él les brindó esperanza.14 Cuando Adán y Eva dejaron el Edén,15 su divino maestro los ayudó a establecer otra escuela.

Escuela del Edén: Un curso experiencial

Propósito

Para obtener un conocimiento personal de Dios y su plan para la vida

Marco

Una clase al aire libre, un lugar de deleite estético

Maestro

Dios, en interacción personal con los estudiantes, brindando orientación, clarificando consecuencias

Estudiantes

Adán y Eva, creados a imagen de Dios

Plan de estudios

Estudio de la creación de Dios; trabajo manual; principios de la dieta; comprensión del gran conflicto

Métodos

Énfasis en el pensamiento de alto nivel; aprendizaje colaborativo; preguntas para reflexionar

Actividades

Reciben autoridad y responsabilidad para administrar la tierra; libertad de elección; tiempo de descanso; evaluación

Resultados

Fracasaron en la prueba y tuvieron que abandonar las clases; recibieron esperanza (redención, restauración)

La escuela de los patriarcas

La escuela de los patriarcas era una escuela centrada en la familia. Abraham, por ejemplo, brindó instrucciones sobre un código de conducta centrado en Dios para sus hijos y familiares.16 El propósito de la escuela era promover la lealtad a Dios y servir como un baluarte contra la idolatría.17 El objetivo último era que los individuos pudieran experimentar la salvación.18

Los docentes de la escuela de los patriarcas eran hombres y mujeres de fe,19 resultado de una relación personal con Dios.20 A su vez, Dios se comunicaba de manera directa con los docentes,21 quienes atendían las cosas del cielo22 y se esforzaban por seguir las instrucciones divinas.23 Estos docentes no dudaron a la hora de reprobar la maldad o explicitar la conducta ética.24 Una función clave de los docentes, además, era el papel de pacificadores.25 Los docentes eran sensibles a las necesidades de los estudiantes.26 Intercedían por ellos y se aseguraban de que hubiera conducción divina en sus vidas.27

El programa de estudios incluía los principios de la moralidad, y el desarrollo de inclinaciones clave, tales como la bondad, la cortesía, la generosidad y la hospitalidad.28 Incluía experiencia en ocupaciones prácticas y el desarrollo de una ética de trabajo.29 Otros componentes del plan de estudios incluían principios de nutrición,30 la importancia del servicio31 y la necesidad de la oración.32

Las actividades de aprendizaje incluían culto y dedicar tiempo a la reflexión y comunión con Dios.33 Los estudiantes recibían responsabilidades y la oportunidad de ejercer el poder de decisión.34 La evaluación tenía lugar tanto para los estudiantes como para los docentes.35

Los productos de la escuela patriarcal fueron ilustres. José, quien al comienzo solo parecía el hijo favorito, pronto dio evidencias de un carácter ético y se elevó hasta posiciones de responsabilidad.36 De manera similar, aunque el tiempo que Moisés pasó en la escuela de los patriarcas fue breve, le brindó los fundamentos de su éxito.37 Allí desarrolló su compromiso con Dios y su causa.38

Cuando se implementó por completo, la escuela de los patriarcas sirvió para preservar el culto a Dios a lo largo de las generaciones. Desafortunadamente, eso fue algo que se volvió cada vez menos frecuente, en particular durante el período de la esclavitud en Egipto. Hizo falta entonces un programa correctivo.

Escuela de los patriarcas: Una escuela centrada en la familia

Propósito

Para promover la lealtad a Dios, sirviendo como baluarte contra la idolatría; para experimentar la salvación

Marco

La familia; basada en el pacto

Maestro

Los patriarcas: Llamados por Dios, individuos de fe, obedientes, enfocados en el cielo, reprobaron la maldad, pacificadores, sensibles a las necesidades de los estudiantes

Estudiantes

Los niños y la familia extendida

Plan de estudios

Código de conducta ética centrado en Dios; valores de equidad, bondad, cortesía y generosidad; ética de trabajo; diezmos; alimentación; relaciones interpersonales

Métodos

Instrucción directa; mediante el ejemplo

Actividades

Adoración; ofrendas; servicio; oración y reflexión; reciben responsabilidad y poder de elección; evaluación de los estudiantes y los maestros

Resultados

Individuos de carácter ético, desprendidos, perdonadores, comprometidos con Dios, humildes, llenos del Espíritu; preservaron el conocimiento de Dios; pocos padres lo implementaron

La escuela del desierto

Cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto, estableció una escuela. Ese sistema de educación masiva comenzó cuando Dios dijo a los padres que reunieran a sus hijos en sus hogares para que no perecieran.39 Dios creó la escuela para que los estudiantes pudieran llegar a conocerlo, desarrollaran la fe en él y lo adoraran.40

La escuela del desierto estaba bien organizada. Moisés era el líder y el principal maestro,41 mientras que otros individuos como Aarón, Bezaleel, María y Aholiab eran sus asistentes.42 Estos instructores fueron escogidos por Dios, llenos del Espíritu Santo y recibieron capacidades específicas.43 Consagrados de manera especial por su labor,44 tenían que ser representantes de Dios,45 y caracterizarse por tener humildad, modestia y un espíritu dispuesto a aprender, sirviendo de modelo a sus estudiantes.46 Los padres también tenían que participar en la enseñanza de sus hijos.47

La escuela contaba con una población estudiantil bien grande y diversa.48 Aunque estaba compuesta fundamentalmente por israelitas, el cuerpo estudiantil también incluía una “gran multitud” de entre los egipcios.49 Inicialmente, los estudiantes prometieron que seguirían las instrucciones divinas y las reglas de la escuela.50 Poco después, sin embargo, bajo el liderazgo de un maestro asistente, regresaron a la adoración de un dios pagano.51 Los estudiantes también protestaban y se quejaban con mucha frecuencia, de hecho, sobre el liderazgo de la escuela, el ambiente, plan de estudios, comidas, los deberes y largos años de estudios.52 A pesar de estos fracasos, Dios brindó a los estudiantes evidencias continuas de su protección y amor.53

El programa de estudio se centraba en el santuario. Era experiencial: un plan de estudios multimedios que buscaba revelar el plan de salvación.54 En el corazón mismo del tabernáculo estaba el arca del pacto que contenía la presencia visible de Dios y su ley.55 En esencia, Dios y su Palabra se encontraban en el centro del plan de estudios.

El programa educativo incorporaba la transmisión de valores, lo que incluía la honestidad, la equidad, el respeto, la compasión y la generosidad.56 El plan de estudios también incluía la salud y la higiene,57 enseñanzas específicas sobre la alimentación,58 y la vestimenta.59 Los estudiantes aprendieron la importancia del sábado y el diezmo.60 Tenían que reconocer su posición con respecto a la dirigencia,61 como así también respetar límites y efectuar restitución de lo que hubiesen hecho mal.62 Fundamentalmente, los estudiantes tenían que aprender de Dios, comprender sus expectativas y desarrollar confianza en él.63

Además del santuario, los materiales de enseñanza incluían objetos concretos e imágenes visuales.64 En ocasiones, por ejemplo, el docente creaba un recordatorio físico para conmemorar eventos significativos.65 Las actividades de aprendizaje incluían música,66 investigación de campo,67 y desarrollo de destrezas manuales.68 Los estudiantes participaban con frecuencia de experiencias de culto.69

En diversos momentos hubo evaluaciones.70 Aunque hubo estudiantes estelares como Josué y Caleb, los resultados generales fueron decepcionantes. Lentamente, sin embargo, comenzó a emerger una comprensión corporativa respecto de la naturaleza de Dios y su relación con él.71 Después de cuarenta años, los estudiantes de la escuela del desierto, o más bien sus hijos y nietos, se graduaron del programa de recuperación y estuvieron listos para entrar a la escuela de Canaán.72

Escuela del desierto: Un programa intensivo y correctivo

Propósito

Para ayudar a que los estudiantes conozcan a Dios, tengan fe en él y lo adoren; para revelar el plan de salvación.

Marco

Rural y simple; centrada en el santuario; establecida mediante una serie de milagros; basada en el pacto.

Maestro

Dios; Moisés como líder; maestros asistentes, escogidos por Dios y llenos del Espíritu; padres; todos tenían que caracterizarse por un espíritu enseñable, temperancia, relación personal con Dios

Estudiantes

Educación masiva de hombres, mujeres y niños; algunos no eran israelitas; prometieron inicialmente seguir a Dios, pero pronto se echaron atrás; se quejaban con frecuencia; en ocasiones se rebelaron y amotinaron

Plan de estudios

Dios y su Palabra; principios de perdón y poder para vivir; valores morales: honestidad, justicia, misericordia, respeto, compasión, salud, indumentaria, dieta, higiene; el sábado, el diezmo; las consecuencias, las relaciones personales

Métodos

Multisensorial, experiencial; objetos concretos e imágenes visuales; Monumentos conmemorativos; repetición

Actividades

Música y alabanza; destrezas manuales; investigación de campo; adoración; ofrendas; evaluación

Resultados

Unos pocos estudiantes estelares (por ej., Caleb, Josué); la mayoría de los estudiantes no aprobó y tuvo que repetir de curso; lentamente, comprensión corporativa sobre la naturaleza de Dios y la relación de ellos con él.

La escuela de Canaán

Antes de que los israelitas entrarán a Canaán,73 Dios les dio instrucciones especiales respecto del programa educativo que tenían que establecer según se describe en Deuteronomio 6:4-9.74 Allí se destacan varios conceptos claves: (1) Dios es el centro del programa educativo75; (2) la dinámica educativa es amor; su alcance es abarcante76; (3) las palabras de Dios forman el currículum central, pero estas tienen que ser internalizadas primero en la vida del maestro77; (4) el proceso de enseñanza requiere propósito definido e integrar la teoría con la práctica;78 (5) las palabras de Dios tienen que guiar todo el desarrollo de la persona, abarcando sus dimensiones físicas, intelectuales, espirituales y sociales.79

La escuela estaba basada en la comunidad. Parte de la enseñanza se producía en el hogar.80 Otro ambiente principal se encontraba en el santuario, en particular durante las fiestas religiosas, cuando los padres, sacerdotes y levitas brindaban enseñanzas especiales.81 Asimismo, cada séptimo año tenía que ser un momento en el que la población, de mayoría agraria, se abstuviera de sembrar los campos o podar los viñedos, comiendo tan solo lo que producía espontáneamente la tierra.82 Este año sabático podía entonces ser utilizado para estudiar la ley de Dios, y para aprender varias profesiones.83

Los docentes en la escuela de Canaán eran los padres, los sacerdotes y los jueces.84 Esos maestros tenían que internalizar la Palabra de Dios y dar pruebas de fidelidad.85 Tenían que seguir un estilo de vida saludable.86 En ocasiones, los maestros recibían una comisión especial para su trabajo.87 Los estudiantes de la escuela de Canaán incluían hombres, mujeres, niños e “inmigrantes”.88 Aun los futuros reyes de Israel tenían que ser educados por medio del estudio de la Palabra de Dios.89

El plan de estudios incluía el estudio de religión, la educación en valores, las destrezas para la vida, e instrucciones relacionadas con las relaciones sociales. Las leyes y los decretos de Dios eran el centro mismo del currículo.90 Se enfatizaban los valores morales. Se enseñaba a los estudiantes prácticas que buscaban fomentar la generosidad, en particular hacia “el extranjero, el huérfano y la viuda”.91 Aprendieron la importancia y las implicaciones de la honestidad y la integridad.92

A los estudiantes se les enseñaba principios de higiene, la dieta y el vestido.93 Tenían que aprender destrezas prácticas, como el diseño y la construcción arquitectónica,94 así como también los principios y prácticas que debían gobernar las operaciones militares.95 El plan de estudios también incluía una comprensión del sistema judicial y las responsabilidades legales.96 Se enseñaba a los estudiantes principios para guiar las interacciones y las relaciones sociales.97 Tenían que salvaguardar especialmente los derechos de los vulnerables y de los marginados sociales.98

Las actividades de aprendizaje incluían la música, la adoración y la alabanza.99 Se animaba a los estudiantes a tomar decisiones morales, y estaban sujetos a evaluaciones.100 En ocasiones, los maestros usaban recordatorios visuales de conceptos claves para reforzar el aprendizaje.101 El propósito de la escuela de Canaán era salvaguardar la lealtad espiritual de Israel y servir de testimonio a otras naciones.102 Es triste decirlo, pero la escuela no logró cumplir la mayor parte de sus propósitos.103 En un esfuerzo por hacer que su pueblo regresara al plan divino, Dios levantó a jueces para librarlos e instruirlos. Cuando un juez moría, sin embargo, “volvían a corromperse aún más que sus antepasados”.104 Queda claro que se necesitaba un reavivamiento.

Escuela de Canaán: Una educación basada en comunidad

Propósito

Preparar a un pueblo que ame a Dios; salvaguardar la lealtad espiritual de Israel; servir como testigos a otras naciones

Marco

Comunidad; hogar; santuario, en particular durante las festividades religiosas y el año sabático; basado en el pacto

Maestro

Padres, sacerdotes, levitas, jueces; tenían que repasar la conducción divina en el pasado, tener un estilo de vida saludable; caracterizado por la fidelidad y la obediencia; comisionados para su obra

Estudiantes

Los hombres, las mujeres, los niños y los extranjeros, aun los futuros reyes; desarrollo de toda la persona

Plan de estudios

Dios y su Palabra; el diezmo, evitar lo oculto; valores de generosidad, honestidad, justicia, misericordia; principios de higiene, dieta, el vestido; destrezas prácticas; relaciones sociales

Métodos

Enseñanza directa; recordatorios visuales de conceptos claves

Actividades

Música, adoración, alabanza; toma de decisiones morales; evaluación

Resultados

Mayormente un fracaso; la gente solo sirvió a Dios mientras Josué y los ancianos vivieron; Dios levantó jueces para liberarlos e instruirlos; cuando murieron, el pueblo regresó al paganismo

La escuela de los profetas

El profeta Samuel, que también fue el último de los jueces, se puso al frente del establecimiento de programas de capacitación para preparar líderes espirituales.105 Después de revivir bajo los profetas Elías y Eliseo, las escuelas fueron ubicadas en Jericó, Betel, Guilgal, y otros lugares.106 El papel pedagógico de los profetas, sin embargo, no concluyó con esos programas formales, sino que se extendió a lo largo de todo el Antiguo Testamento.107

El propósito de la escuela de los profetas era triple: (1) promover el reavivamiento y la reforma,108 (2) brindar orientación moral, en especial al liderazgo civil,109 y (3) hacer de mentoras de una nueva generación de líderes espirituales.110

Los docentes, llamados por Dios,111 fueron llenos de su Espíritu.112 Como maestros, tenían que recibir y transmitir con fidelidad el mensaje de Dios.113 Esto incluía repasar la conducción de Dios en el pasado, y señalar las consecuencias de sus decisiones,114 registrando los eventos actuales como lecciones para las generaciones futuras,115 enfrentando cuestiones sociales como la injusticia y la violencia,116 y poniéndose al frente de eventos especiales de alabanza y celebración.117

Esos maestros se relacionaron con sus estudiantes de manera personal. Eliseo, por ejemplo, compartió comidas con sus estudiantes y se preocupó por su bienestar.118 Samuel dedicó tiempo a conversar con ellos y les demostró compasión.119 Los docentes también eran personas de oración, que intercedían por sus estudiantes.120

El plan de estudios se basaba en la Palabra de Dios, y en especial en una comprensión del carácter de Dios y su ley.121 Incluía el estudio de doctrinas específicas, como el diezmo, el sábado, la misión y el ministerio del Mesías, la segunda venida y la Tierra Nueva.122 El programa de estudios también se enfocaba en el desarrollo del carácter, destacando en particular los valores centrales de justicia, misericordia y humildad.123 Los estudiantes tenían que participar de la testificación y el servicio.124 Los énfasis incluían la música, la historia, la salud y el trabajo manual.125

Los métodos de enseñanza utilizaban parábolas y alegorías,126 así como ilustraciones visuales.127 Los estudiantes tenían responsabilidades; por ejemplo, preparaban comida para la escuela, y participaban de cultos religiosos.128 Los estudiantes también recibían la oportunidad de tomar decisiones y de comprender las consecuencias de sus acciones.129 Estaban sujetos a evaluaciones.130

La escuela de los profetas logró resultados significativos. La injusticia social fue enfrentada con éxito, y la nación experimentó paz y prosperidad.131 Las sociedades que las rodeaban observaron el efecto y desearon conocer al verdadero Dios.132 El resultado más importante, sin embargo, fue el reavivamiento y la reforma, evidenciada en vidas transformadas, obediencia a la voluntad de Dios, y un derramamiento del Espíritu Santo.133

Resulta trágico, sin embargo, que la obra de los profetas a menudo fue ignorada, ridiculizada o rechazada.134 Algunos de los profetas fueron muertos.135 Como resultado, el pueblo sufrió inestabilidad social y en último término destrucción.136 Este colapso de la escuela de los profetas se vio agravado por la aparición de falsos profetas, de individuos que pretendían transmitir un mensaje de Dios pero que “hablaban mentiras”, motivados por la codicia, la posición y el poder.137 Se necesitaba con urgencia un profeta resuelto y valiente.138

Escuela de los profetas: Un sistema de reavivamiento

Propósito

Promover el reavivamiento y la reforma; brindar orientación moral, en especial al liderazgo civil; ser mentores de una generación de líderes espirituales

Marco

Escuelas formales, a menudo en ciudades o pueblos; instrucción informal a cargo de profetas individuales en una diversidad de trasfondos

Maestro

Los profetas: Hombres y mujeres, llamados por Dios, llenos del Espíritu; repasaron la conducción divina en el pasado; señalaron las consecuencias de las elecciones; Registraron eventos actuales a manera de lecciones; afables con los estudiantes; personas de oración

Estudiantes

Líderes civiles; población en general; “hijos de los profetas

Plan de estudios

Basados en la Palabra de Dios: Comprendían la ley de Dios, su misericordia, perdón, consecuencias; las doctrinas del diezmo, el sábado, el Mesías, el cielo; los valores de justicia, misericordia, humildad; la música, la historia, la salud, las labores manuales

Métodos

Función de mentor; parábolas y alegorías; conmemorativos de conceptos y eventos; ilustraciones visuales

Actividades

Toma de decisiones morales; testificación y servicio; música y alabanza; profecía; preparación de alimentos y alojamiento en la institución; dar a conocer mensajes de Dios; evaluación

Resultados

Injusticia social enfrentada; paz y prosperidad nacional; reavivamiento y reforma; derramamiento del Espíritu de Dios; trágicamente, a menudo ignorado, ridiculizado y rechazado, lo que produjo agitación social, violencia y destrucción

La escuela de Juan el Bautista

En el Nuevo Testamento, la primera escuela que se señala es una en la que Juan el Bautista era el único alumno. Era una escuela familiar, una escuela cuyo propósito preparó el camino para una reforma.

La escuela estaba ubicada en un marco rural, un contexto que pareció contribuir al éxito de la escuela.139 Era una escuela con dos maestros: Zacarías y Elizabet. Eran individuos de oración y llenos del Espíritu, y sus vidas mostraban su compromiso con Dios.140 Dios se comunicaba con los maestros, y ellos, a su vez, transmitían una visión del llamado de Dios a sus estudiantes.141

Juan el Bautista se caracterizaba por ciertos atributos, desarrollados mediante su experiencia educativa: valor, humildad y un sentido del llamado divino. En su ministerio, por ejemplo, Juan predicaba con valor,142 pero también desarrolló una disposición humilde: “El que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias”.143

Aunque el programa de estudios no está especificado, se pueden inferir varias características. Parece ser que brindaba instrucción respecto de los principios de estilo de vida y la justicia social;144 el plan de estudios incluía un énfasis en la Palabra de Dios y preparaba al estudiante para la testificación.145 Prevalecía la simplicidad en la alimentación y vestimenta.146

Los resultados del ministerio de Juan fueron significativos. “Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén acudía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán”.147 Jesús lo describió como “más que un profeta”.148 Quizá el resultado más significativo de la experiencia educativa fue que Juan logró reconocer y proclamar a Jesús como Hijo de Dios.149

Escuela de Juan el Bautista: Una escuela de simpleza y reforma

Propósito

Producir una reforma de piedad

Marco

Basada en la familia; rural y rústica

Maestro

Padres, que observaban los mandamientos, eran individuos de oración y llenos del Espíritu Santo

Estudiantes

Juan, y los discípulos de Juan; sentimiento del llamado divino; osados y valientes; humildes; llenos del Espíritu

Plan de estudios

Principios de estilo de vida: Simpleza de la dieta y la indumentaria; énfasis en la Palabra de Dios

Métodos

Estudio personal

Actividades

Ayuno y oración; testificación y evangelismo

Resultados

Se volvió fuerte en el espíritu; sin temor amonestó aun a la realeza; produjo arrepentimiento y reforma

La escuela donde aprendió Jesús

Jesús no asistió a las escuelas rabínicas de su tiempo. Al enseñar en el templo, la gente quedaba asombrada y preguntaba: “¿De dónde sacó éste tantos conocimientos sin haber estudiado?”150 A pesar de no haber estudiado en ellas, Jesús estaba bien educado. Lucas, por ejemplo, destaca que “vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”.151

Si Jesús no asistió a una escuela formal, ¿cómo aprendió? En esencia, sus padres fueron sus maestros. José fue descrito como un “hombre justo”, sensible a las circunstancias y sentimientos de los demás.152 María es descrita como alguien que había “hallado gracia delante de Dios”.153 También se caracterizaba por un espíritu reflexivo.154 Juntos, los padres de Jesús se esforzaron por cumplir con sus obligaciones civiles y religiosas155 y brindar un ambiente seguro para Jesús.156 A pesar de ello, tenían escasos recursos económicos.157

El marco educacional no era idílico, dado que parte de las experiencias tempranas de Jesús tuvo lugar en un país extranjero donde él y sus padres eran refugiados.158 Tiempo después regresaron al hogar familiar en Nazaret, un pequeño pueblo en la campiña galilea. Era una comunidad, sin embargo, de reputación objetable.159

Como estudiante, Jesús era inquisitivo. A los 12 años, pasó varios días en el templo con los eruditos religiosos, “oyéndolos y preguntándoles”.160 Jesús también era un niño sociable y extrovertido. Cuando se perdió, sus padres supusieron que estaba con parientes o amigos.161

Al referirse al desarrollo de Jesús durante su infancia y niñez temprana, el médico Lucas destacó que “el niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios era sobre él”.162 Después de la visita de Jesús al templo a los 12 años, Lucas describe un desarrollo adicional, citando la dimensión social.163

El programa de estudios fomentaba el desarrollo de toda la persona. Jesús, por ejemplo, desarrolló habilidades manuales, que aprendió de José.164 El ministerio posterior de Jesús evidenció su aguda observación del mundo natural,165 así como su comprensión de las Escrituras.166 Las enseñanzas de Cristo también mostraron evidencias de su estudio perceptivo de las personas y los eventos de la vida diaria.167

Los resultados de la educación de Jesús pueden ser vistos en su sentido de misión divina para su vida. A los 12 años, preguntó a sus padres: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”168 También desarrolló su entendimiento. Cuando los padres de Jesús lo encontraron en el templo, haciendo y respondiendo preguntas, “todos los que le oían se maravillaban de su inteligencia y sus respuestas”.169 Acaso lo más significativo fue que Jesús desarrolló una relación personal con su Padre.170 En esencia, la educación temprana de Jesús lo preparó para el ministerio.171

Escuelas donde aprendió Jesús: La escuela de su hogar

Propósito

Conocer a Dios y su plan; prepararse para una vida de ministerio

Marco

El hogar, no las escuelas rabínicas; Egipto y Nazaret: No eran lugares idílicos

Maestro

Los padres: Justos, sometidos a la voluntad de Dios, llenos del Espíritu Santo; espíritu reflexivo; cumplieron sus obligaciones civiles y religiosas; se esforzaron por brindar un ambiente seguro; escasos medios económicos

Estudiantes

Jesús: Inquisitivo, sociable y extrovertido, digno de confianza y obediente

Plan de estudios

Las Escrituras; la naturaleza; destrezas manuales; experiencias de vida

Métodos

Ir educando; capacitación como aprendiz; estudio personal

Actividades

Estudio en profundidad de las Escrituras; participación en experiencias religiosas; observación del mundo natural; estudio perceptivo de las personas y las interacciones sociales; formulación de preguntas

Resultados

Desarrollo integral: físico, intelectual, espiritual, social; sentido de la misión divina; perspectiva; fortaleza física; compasión por los marginados sociales; vida de oración; preparado para cumplir con la obra de su vida

La escuela donde enseñó Jesús

El ministerio de enseñanza de Jesús reveló quizá con más claridad el plan divino para la educación. Su abarcante propósito fue revelar el carácter de Dios y, por extensión, los principios de su reino.172

Aunque Jesús enseñaba con frecuencia en la sinagoga y más tarde en el templo,173 su marco de enseñanza fue variado. Incluía el campo abierto, los hogares privados y otros lugares públicos en ciudades y aldeas.174 Sus estudiantes eran la mayoría de las veces sus doce discípulos.175 En ciertas ocasiones, enseñaba a grupos más grandes, que a veces sumaban miles.176 En ocasiones, sin embargo, sus enseñanzas eran personalizadas, como era el caso de Nicodemo y la mujer junto al pozo.177 Los que asistían a sus clases incluían mujeres y niños, así como también obreros, mercaderes, miembros de las fuerzas de seguridad, escribas y líderes religiosos.178

Las características personales de Jesús contribuyeron de manera significativa a su éxito como maestro. Esos atributos incluían aguda percepción,179 ternura y simpatía,180 y un espíritu de humildad.181 Jesús se caracterizó asimismo por crear contextos de gozo,182 invitando a los estudiantes a alcanzar el éxito,183 reconociendo las diferencias entre sus estudiantes,184 y enfrentando con valor el mal.185 Sus estudiantes experimentaron la asociación personal con su maestro,186 así como evidencias tangibles del valor que él otorgaba a cada individuo, aun a los marginados por la sociedad.187 Quizá el atributo más significativo, sin embargo, era la centralidad de la oración.188

En su instrucción, Cristo enfatizó ciertos temas, que incluían el papel de las Escrituras,189 la distinción entre lo importante y lo trivial,190 el reconocimiento del “cuadro completo”,191 un énfasis en el servicio,192 y una visión hacia el futuro.193 Jesús orientó sus enseñanzas para involucrar de manera activa a sus estudiantes en la experiencia de aprendizaje. Esto incluyó el énfasis en pensar,194 saber,195 comprender,196 ser197 y hacer.198

En sus enseñanzas, Cristo usó una variedad de estrategias pedagógicas, métodos que promovían el pensamiento de alto nivel, y ayudó a que sus estudiantes comprendieran, recordaran y aplicaran mejor sus instrucciones. Esas estrategias incluyeron ilustraciones,199 historias,200 noticias,201 y referencia a eventos históricos.202 Incorporaron el uso de analogías,203 objetos tangibles,204 demostraciones205 y repeticiones.206 Otros métodos de enseñanza incluyeron el uso de preguntas,207 comparaciones y contrastes,208 paradojas y anomalías,209 y énfasis por medio de hipérboles.210 En varias ocasiones, sus estudiantes también participaron del aprendizaje activo,211 resolución de problemas212 y aprendizaje en colaboración.213

Jesús tuvo una profunda influencia en sus estudiantes. Cuando concluyó una sesión de enseñanza, sus oyentes quedaron asombrados de sus enseñanzas, por lo que se preguntaban unos a otros: “Jamás se ha visto nada igual en Israel”.214 Cierto día, alarmado por la creciente popularidad de Jesús, los principales sacerdotes enviaron a los guardias del templo para arrestarlo. Al final del día, sin embargo, los guardias regresaron con las manos vacías. “¿Se puede saber por qué no lo han traído?” les recriminaron los sacerdotes. “¡Nunca nadie ha hablado como ese hombre!” contestaron los guardias.215

Escuela donde enseñó Jesús: Un programa de discipulado

Propósito

Para desenmascarar el engaño de Satanás referido al carácter de Dios; para revelar los principios del reino de los cielos; para glorificar a Dios

Marco

Al aire libre: En la ladera de la montaña, junto al mar; en hogares particulares; en lugares públicos: el templo y la sinagoga

Maestro

Vivió en armonía con la voluntad de Dios; creó contextos de gozo; invitación al éxito; transmitió ternura, simpatía; instrucción diferenciada; alcanzó a los marginados sociales; habló con seguridad; espíritu humilde; asociaciones personales; centralidad de la oración

Estudiantes

Los discípulos: Grupo de 12, grupo de 70; grandes grupos, que sumaron miles; sesiones individuales; adultos y niños; hombres y mujeres; jornaleros, mercaderes, miembros de las fuerzas de seguridad, escribas, y líderes religiosos

Plan de estudios

Clarificar los atributos de Dios; distinguir lo esencial de lo trivial; reconocer el “cuadro completo”; comprender el pasado; visualizar el futuro; la centralidad de las Escrituras: Iniciar el pensamiento, expandir conceptos, clarificar el significado, crear conexiones, hacer un llamado a la acción

Métodos

Ilustraciones: Relatos, noticias, eventos históricos, analogías, objetos tangibles; demostración; repetición; preguntas; comparación y contraste; paradojas y anomalías; énfasis mediante la hipérbole; aprendizaje activo; resolución de problemas; aprendizaje colaborativo

Actividades

Pensamiento de alto nivel: Conocer, comprender, ser, hacer; la oración; la testificación; el servicio

Resultados

Multitudes concurrían a oírlo; los oyentes quedaban maravillados ante su enseñanza; algunos de sus oyentes lo rechazaron, y uno de sus discípulos lo traicionó; la mayoría de sus discípulos continuó con efectividad el ministerio de él, aun con gran sacrificio personal

La escuela de la iglesia cristiana

Hacia el final de su ministerio en la tierra, Cristo instruyó a sus seguidores diciéndoles: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”.216 Esta comisión estableció la escuela de la iglesia cristiana, abocada a la testificación y evangelización. Resulta instructivo considerar ejemplos de esta escuela en acción.

Felipe, uno de los siete diáconos, estuvo involucrado de manera directa en el proceso de educación.217 De significación particular en su encuentro con el tesorero etíope son el papel central que juega el Espíritu Santo, la naturaleza cristocéntrica de la enseñanza, el uso de preguntas para pensar, una interacción directa con la Palabra de Dios, y la transformación de la comprensión, las actitudes y la vida del estudiante.

De niño, Timoteo recibió instrucción bíblica por parte de su madre y abuela.218 Al observar la influencia positiva de esa educación temprana, el apóstol Pablo invitó a Timoteo para que se incorporara a su propio ministerio en calidad de aprendiz.219 Como mentor, Pablo animó a Timoteo para que se enfocara en el desarrollo del carácter, rechazando la atracción del materialismo, y enseñando a otros por medio del ejemplo.220 La iglesia reconoció más tarde en Timoteo el don de la enseñanza, y lo comisionó especialmente para ese ministerio.221

De manera similar, Tito, un converso gentil de la isla de Creta, fue designado para enseñar a diversos grupos de individuos, lo que incluía a hombres y mujeres mayores, los jóvenes y aun los esclavos. Tenían que recibir una capacitación basada en la Biblia y los valores. Tito tenía también que instruir a otros en el ministerio de la enseñanza.222

La educación en la iglesia primitiva tenía lugar en una diversidad de ambientes, que incluían edificios públicos, casas privadas, en la naturaleza y dentro del hogar.223 Entre los estudiantes había judíos y gentiles, niños y adultos, reyes y esclavos.224 Tal era la influencia de los esfuerzos educacionales que sus adversarios afirmaron que los apóstoles andaban “por todas partes enseñando”.225

Los maestros eran los apóstoles y otros líderes de la iglesia.226 La institución también incorporó el concepto de que los creyentes tenían que enseñarse entre sí, y que los padres tenían que enseñar a sus propios hijos.227 La enseñanza era considerada un llamado divino, vinculado estrechamente con la función del pastor.228 Aquellos que fueron llamados a enseñar debían ser instruidos en la Palabra y recibir una clara comprensión de las creencias y doctrinas.229 Tenían que ser osados y valientes, pacientes y amables, confiados, bien preparados y fieles.230 Tenían que enseñar como colaboradores con Dios.231

El plan de estudios se enfocaba en la Palabra de Dios, en particular en las enseñanzas de Jesús.232 Los estudiantes tenían que comprender el evangelio,233 desarrollar el carácter cristiano, y dedicarse a una vida de servicio.234 La enseñanza de estrategias incluía servir de modelo y ser mentores, así como capacitarse para la comunicación oral y escrita.235 Las actividades de aprendizaje incluían la adquisición de habilidades prácticas, la aplicación del conocimiento, el trabajo en equipo, el servicio y la testificación.236

La escuela de la iglesia primitiva logró resultados significativos. Los creyentes “se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles”, lo que producía una influencia transformadora en sus vidas.237 Los efectos se sintieron en toda la sociedad, y muchos creyentes fueron añadidos a la iglesia.238

Escuela de la Iglesia Cristiana: Una escuela misionera

Propósito

Cumplir con la comisión evangélica

Marco

El patio del Templo, la sinagoga, y otros lugares públicos (por ej., el Areópago y la escuela de Tirano); hogares particulares (por ej., junto al río en Filipos, en el desierto de Gaza)

Maestro

Cristo y el Espíritu Santo; los apóstoles y otros líderes de la iglesia; padres, abuelos; en especial comisionados; osados, valientes, pacientes, amables, confiados, calificados, fieles

Estudiantes

Judíos y gentiles; niños y adultos; reyes y esclavos; todo el mundo, y en todos lados

Plan de estudios

La Palabra de Dios, en especial las palabras de Jesús; comprender el plan de salvación; las doctrinas: el estado de los muertos, la segunda venida, el desarrollo del carácter

Métodos

Cristocéntrico, instrucción directa; dando el ejemplo; de aprendiz; preguntas para pensar; aliento; comunicación oral y escrita

Actividades

Interacción directa con la Palabra de Dios; aplicación del conocimiento; adquisición de habilidades prácticas; trabajo en equipo; música, servicio, testificación y evangelismo

Resultados

Transformación de la comprensión, las actitudes y la vida; los incrédulos estaban maravillados; el impacto se sintió en toda la sociedad; muchos creyentes se añadieron a la iglesia

La escuela del cielo

El plan divino para la educación culmina en la escuela del cielo. ¿Cómo será esa escuela? Mientras que el ambiente sobrepasa toda comprensión,239 las Escrituras brindan un bosquejo de sus características. La escuela incluye una ciudad, la Nueva Jerusalén.240 Es un lugar de deleite estético,241 iluminado por la presencia de Dios.242 Asimismo, el salón de clases incluirá una vez más un jardín,243 y el aprendizaje tendrá lugar en un marco natural y pacífico.244

Dios será el instructor,245 y los redimidos serán los estudiantes.246 El maestro y los estudiantes vivirán juntos,247 y los estudiantes podrán interactuar directamente con él, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.248

Aunque los estudiantes de la escuela del cielo son numerosos y diversos,249 los estándares de admisión son elevados. Los estudiantes necesitan tener “manos limpias y corazón puro”.250 Tienen que estar comprometidos con saber y vivir la verdad.251 Son vencedores, que “tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero”.252

El programa de estudios se enfocará en el carácter de Dios,253 las maravillas de su creación254 y el plan de salvación.255 Incorporará también destrezas manuales,256 música,257 servicio258 y culto.259 De manera especial, los estudiantes centrarán su estudio en los aspectos que no lograron comprender durante su vida terrenal.260

Los estudiantes de la escuela del cielo desarrollarán relaciones profundas y duraderas con los redimidos de diversos trasfondos y culturas.261 También la participación en el juicio,262 lo que involucra pensamiento de alto nivel, análisis crítico y valoración.

En muchos sentidos, la primera escuela, la escuela del Edén, y la escuela del cielo son marcadamente similares. No nos sorprende, porque el Edén era una extensión de la escuela del cielo. Existe, sin embargo, una importante diferencia. En la escuela del cielo no habrá evaluación alguna, porque ya no existirá el árbol del conocimiento del bien y del mal. Los estudiantes ya habrán pasado la prueba, y ante ellos se extenderá la eternidad de aprendizaje y el desarrollo personales.

Habrá no obstante una actividad que ocupará el lugar de la evaluación. Los estudiantes de la escuela celestial participarán de la testificación.263 Los redimidos compartirán sus propias experiencias sobre la gracia y el poder maravillosos de Dios, el convencimiento respecto de su bondad y amor con los ángeles y otros seres no caídos.264 La palabra de su testimonio contribuye a la seguridad eterna del universo.265

¿Cuáles serán los resultados de la escuela del cielo? Un gozo sin límites,266 la alegría suprema de estar en la presencia de Dios,267 y de experimentar su nueva creación.268 Es un deleite genuino, porque la angustia, el dolor y el sufrimiento habrán sido desterrados.269 Al mismo tiempo, los estudiantes de la escuela del cielo experimentarán seguridad,270 paz,271 sentido de pertenencia272 y oportunidades ilimitadas de desarrollo continuado.273

Escuela del cielo: Educación para la eternidad

Propósito

Comprender a Dios y su plan para el universo; experimentar el desarrollo ilimitado y la realización plena del potencial; brindar seguridad eterna al universo

Marco

El cielo nuevo y la nueva tierra: un lugar donde está Dios, un lugar de deleite estético; tanto en la Ciudad Santa como en el marco natural de paz y seguridad

Maestro

Dios el Padre, Jesucristo, y el Espíritu Santo; los ángeles y otros seres no caídos

Estudiantes

Una gran multitud: de toda nación, etnia y lengua; elevada norma de admisión: los aceptados son obedientes, fieles y vencedores; ropas blancas, nuevo nombre; vestidos de inmortalidad

Plan de estudios

El carácter de Dios; las maravillas de la creación de Dios; el plan de salvación; destrezas manuales: desarrollar oficios, la horticultura; la música: vocal e instrumental, ejecución y composición

Métodos

Interacción directa con los maestros; relación con otros estudiantes de trasfondos diversos; ninguna evaluación: los estudiantes ya han aprobado el examen; exploración, descubrimiento; aprendizaje autorregulado

Actividades

Adoración, alabanza, y celebración; testificación: compartir la experiencia propia sobre la maravillosa gracia y el poder de Dios; servicio; adjudicación: pensamiento de alto nivel, análisis perceptivo, valoración

Resultados

El gran conflicto ha terminado: el carácter y las acciones de Dios han sido vindicados para siempre; gozo ilimitado, seguridad, paz y pertenencia; desarrollo continuo

Temas emergentes

La educación cristiana da fruto cuando se conecta con sus raíces. ¿Cuáles son, entonces, los temas que emergen de estas escuelas descritas en la Biblia?

El propósito de las escuelas de la Biblia era que los estudiantes pudieran obtener un conocimiento de Dios basado en la experiencia. Como resultado, tenían que desarrollar fe en él y en su plan para sus vidas. Dado el gran conflicto entre el bien y el mal, las escuelas tenían que desenmascarar el engaño de Satanás respecto del carácter divino y revelar los principios de su reino. En particular, tenían que servir como baluarte contra el paganismo y la idolatría. Las escuelas tenían que presentar el plan de salvación y guiar a los estudiantes para que experimentaran la gracia y el poder de Dios. En definitiva, esas escuelas tenían que ser mentoras de líderes espirituales, formando individuos preparados para cumplir con la comisión divina y comprometidos con una vida de ministerio.

Aunque el marco ambiental de las escuelas variaba, emergen ciertos patrones. El hogar era el marco educativo por excelencia, siendo el siguiente la iglesia. Otro marco frecuente se obtenía al aire libre, donde los estudiantes podían estar en contacto directo con la creación de Dios. En ocasiones, se utilizaron lugares públicos, en particular para alcanzar a los que de otra manera no podrían haber entrado en contacto con la institución.

Dios fue el maestro fundamental en cada una de las escuelas. Sus asistentes eran los sacerdotes, los profetas, los pastores, las personas piadosas y los padres, siendo estos los más importantes de este grupo. Todos, sin embargo, fueron llamados por Dios y guiados por su Espíritu. Muchos fueron comisionados especialmente para su trabajo. Esos asistentes tenían que caracterizarse por el valor, la humildad, la paciencia, la amabilidad, la fidelidad y la temperancia. Tenían que dar muestras de un espíritu dispuesto a aprender y una sensibilidad ante las necesidades de sus estudiantes. Tenían que ser personas de oración y de fe. Tenían que brindar orientación, especificar las consecuencias, reprobar el pecado, repasar la conducción divina en el pasado, transmitir ternura y simpatía, interactuar de manera personal con los estudiantes y crear contextos de alegría.

Los estudiantes incluyeron a hombres y mujeres, jóvenes y viejos, creyentes y no creyentes. En ocasiones, se brindó instrucción a largos grupos de estudiantes, que sumaban cientos de miles. Más a menudo, sin embargo, se dio enseñanza a grupos más pequeños de estudiantes y, en ocasiones, de manera individual. El énfasis estuvo en el desarrollo de la persona, en particular en términos de sus dimensiones mentales, físicas, sociales y espirituales. Los estudiantes tenían que ser inquisitivos, dignos de confianza, valientes, humildes y llenos del Espíritu. Necesitaban tener un sentido claro del llamado divino. Desafortunadamente, en ocasiones, los estudiantes renegaron de algunas características del programa educacional, quejándose y hasta rebelándose. Sus maestros, sin embargo, no los abandonaron. Por el contrario, continuaron con paciencia su tarea para beneficiarlos, considerándolos candidatos para la salvación, creados a imagen de Dios y redimidos por su gracia.

La Palabra de Dios se encontraba en el centro mismo del plan de estudios. Por medio del estudio de las Escrituras, los estudiantes tenían que desarrollar una comprensión del carácter de Dios, del gran conflicto y del plan de salvación. Los estudiantes también tenían que estudiar las obras de Dios, discerniendo evidencias del carácter de Dios mediante su creación. Tenían que adquirir destrezas prácticas y cultivar una sólida ética laboral. Tenían que desarrollar un estilo de vida caracterizado por la temperancia, la simplicidad en la alimentación y vestimenta, con énfasis en la salud e higiene. Entre los temas de estudio se encontraba la música, la historia, las relaciones interpersonales, y una comprensión de las consecuencias de las propias acciones. Uno de los elementos más importantes del programa de estudios era el desarrollo del carácter: la formación de un código de conducta centrado en Dios.

En las escuelas se usaban una variedad de métodos. Entre ellos estaba la instrucción directa, la demostración y la repetición, así como las tareas de modelo, mentores y aprendices. La enseñanza se enfocaba en el pensamiento de alto nivel, que incluía creatividad y análisis perceptivo. Esos procesos fueron fomentados por medio de preguntas para pensar, reflexiones y resolución de problemas. Con frecuencia, los docentes usaron ilustraciones—analogías, parábolas y alegorías, además de historias, noticias y eventos históricos. También se emplearon objetos tangibles, imágenes visuales y experiencias multisensoriales. Los docentes promovieron asimismo el aprendizaje activo, el aprendizaje en colaboración, la exploración y el descubrimiento.

Los estudiantes participaron en actividades de aprendizaje significativas. Se involucraron en el estudio en profundidad de las Escrituras. Observaron la naturaleza y las interacciones sociales. Formularon preguntas. Aplicaron el conocimiento y adquirieron habilidades para el mundo real. Participaron de la investigación de campo, el servicio, la testificación y la evangelización. Se les otorgó responsabilidad y oportunidad para la toma de decisiones morales. Los estudiantes también participaron de una variedad de experiencias espirituales, lo que incluyó la oración y la reflexión, la música y la alabanza, la celebración y la adoración. Se evaluó a los estudiantes, que también participaron como evaluadores como parte del proceso.

Los resultados de las escuelas de la Biblia fueron mixtos, no debido a imperfecciones de diseño, sino como resultado de las fallas en la implementación. Pocos padres llevaron a cabo las responsabilidades que Dios les había dado, y generaciones enteras crecieron sin un conocimiento de Dios. En las escuelas, los estudiantes comenzaron a ignorar o a ridiculizar a sus maestros, y uno de los miembros rechazó el programa mismo, rebelándose y provocando disturbios. Como resultado, algunos docentes se desanimaron y abandonaron sus tareas de enseñanza.

La buena noticia es que Dios no se dio por vencido, ni tampoco lo hicieron los docentes comprometidos. Ellos preservaron y brindaron a los estudiantes la esperanza de la redención y la restauración. Y hubo estudiantes estelares, hombres y mujeres que experimentaron una transformación en comprensión, actitudes y vida. Fueron individuos bien equilibrados, con fortaleza física, sabiduría, habilidades sociales y un profundo compromiso con Dios. Desarrollaron un carácter ético, evidenciaron un profundo sentido de la misión divina, vivieron una vida de oración y fueron llenos del Espíritu. Sin temor, confrontaron la injusticia social, dieron muestras de compasión hacia los marginados sociales y llevaron a cabo de manera efectiva su ministerio, aun a costas de grandes sacrificios personales.

En general, las escuelas de la Biblia preservaron el conocimiento de Dios y prepararon individuos que comprendieron con más claridad la naturaleza de Dios y de su relación con él. El resultado fue reavivamiento y reforma. Asimismo, se sintió un impacto en toda la sociedad. Se alcanzó a los no creyentes, y se añadieron creyentes al pueblo de Dios.

Hoy día, como educadores cristianos, buscamos comprender e implementar el plan divino para la educación. Las escuelas de las Escrituras brindan los contornos de ese plan divino, un marco sobre el cual podemos desarrollar, implementar y evaluar de manera segura y efectiva nuestros emprendimientos en la educación cristiana.


Este artículo ha sido sometido a la revisión de pares.

John Wesley Taylor V

John Wesley Taylor V, PhD, EdD, ha sido director asociado de Educación de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día desde 2010. Obtuvo un Doctorado en Educación (PhD) de la Universidad de Andrews y un Doctorado en Educación (EdD) en Psicología Educativa en la Universidad de Virginia (Charlottsville, Virginia). Este artículo se basa en una presentación en una Conferencia sobre Identidad Adventista, del 13 al 15 de octubre de 2022, en la Universidad de Andrews. El correo electrónico del Dr. Taylor es [email protected].

Citación recomendada:

John Wesley Taylor V, “Las escuelas de la Biblia: Aspectos del plan divino para la educación,” Revista de Educación Adventista 43:1 (Octubre–Diciembre 2016). Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2018.1.2.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. 1 Corintios 10:11. A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas pertenecen a La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 de Biblica, Inc. Usada con autorización. Todos los derechos reservados.
  2. Para el propósito de este artículo, se define a una institución educativa como el ámbito en que se produce la interacción entre un docente y un estudiante en una experiencia de enseñanza-aprendizaje.
  3. El campus abarcaba árboles agradables a la vista, frutos deseables para alimento y aun piedras preciosas (Génesis 1:1-25; 2:8-12).
  4. Génesis 2:15-17, 29; 3:8.
  5. Génesis 1:3, 6; 1:9; 1:14, 15; 1:11; 1:20, 24; Salmos 19:1; Romanos 1:20.
  6. 6.. Génesis 1:29; 2:15-17.
  7. Génesis 2:19. Acaso resulta significativo que la única descripción de Dios antes de la declaración “Y Dios creó al ser humano a su imagen” (Génesis 1:27) es la de Dios el Creador. Cualesquiera sean los aspectos de Dios que pueden estar incluidos en el concepto de imago dei, tienen que incluir por cierto la dimensión creativa.
  8. Génesis 2:21, 22. En efecto, la única ocasión en el relato de la creación en la que Dios dijo que algo no era bueno fue cuando su estudiante estaba actuando solo (Génesis 2:18).
  9. Génesis 1:26-28; 2:15.
  10. Génesis 2:9, 16, 17.
  11. Génesis 3:1-6.                                          
  12. Juan 8:44; 2 Corintios 11:3; 2 Pedro 1:16.
  13. Génesis 3:8-13.
  14. Génesis 3:15.
  15. Génesis 3:16-19, 23, 24.
  16. Génesis 18:19. Note que el docente enseñó mediante la instrucción directa y al dar ejemplo, capacitando a sus estudiantes para que sean como él.
  17. Génesis 6:5, 6. Por ejemplo, mientras se preparaba para entrar en Canaán, Jacob reunió a su familia y los instruyó diciéndoles: “Desháganse de todos los dioses extraños que tengan con ustedes” (Génesis 35:1-4).
  18. Este énfasis en la salvación quedó demostrado, por ejemplo, con Noé y su familia, cuando Dios le dijo: “Entra al arca con toda tu familia” (Génesis 7:1; véase también Lucas 17:27 y 1 Pedro 3:20).
  19. Enoc, Noé, Isaac, José y los padres de Moisés están señalados expresamente en las Escrituras como individuos cuyas vidas mostraron evidencias de una fe tangible en Dios (Hebreos 11; Romanos 4:15; Gálatas 3:9).
  20. Se describe a Enoc y Noé, por ejemplo, como personas que caminaron con Dios (Génesis 5:24; 6:9), mientras que Abraham es llamado “amigo de Dios” (Santiago 2:23).
  21. Génesis 6:13-21; 17:1-21; 35:1, 11-15; 46:2-4; Éxodo 3. Cuando Moisés, por ejemplo, se sintió inadecuado para la tarea que le aguardaba, Dios lo animó, dándole a Aarón como asistente, y diciéndole: “Yo los ayudaré a hablar, a ti y a él, y les enseñaré lo que tienen que hacer” (Éxodo 4:15).
  22. Por ejemplo, Abraham “esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor” (Hebreos 11:8, 10). Otros “confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra […], [porque] anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial” (Hebreos 11:13, 16).
  23. Las Escrituras registran que Noé “hizo todo según lo que Dios le había mandado” (Génesis 6:22; 7:5), mientras que se describe a Enoc como el que agradó a Dios (Hebreos 11:5). De manera similar, cuando Dios le dijo: “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré”, Abraham “obedeció y salió sin saber a dónde iba” (Génesis 12:1; Hebreos 11:8).
  24. Enoc habló de un día del juicio, cuando Dios hará “someter a juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas las malas obras que han cometido” (Judas 14, 15). De la misma manera, Noé fue ejemplo de justicia y reprendió las conductas inmorales (2 Pedro 2:5; Génesis 9:20-27).
  25. Cuando hubo una disputa entre los pastores por los pastos, Abraham dijo a Lot: “No debe haber pleitos entre nosotros, ni entre nuestros pastores, porque somos parientes. Allí tienes toda la tierra a tu disposición. Por favor, aléjate de mí. Si te vas a la izquierda, yo me iré a la derecha y, si te vas a la derecha, yo me iré a la izquierda” (Génesis 13:8, 9). Con altruismo similar, Isaac no discutió con los pastores de Gerar sobre quién era dueño de las fuentes de agua que sus siervos habían cavado (Génesis 26:19-22).
  26. Jacob, por ejemplo, expresó: “Es mejor que mi señor se adelante a su siervo, que yo seguiré al paso de […] los niños” (Génesis 33:14).
  27. Génesis 18:16-33; 24:7, 12-14, 40, 42-44.
  28. Génesis 9:5, 6; 18:1-7, 19; 24:12-25.
  29. Génesis 4:2; 6:14-16, 22. Esto queda en evidencia, por ejemplo, en el ofrecimiento que hizo Rebeca para dar de beber a los camellos (Génesis 24:19, 44).
  30. Génesis 9:4.
  31. Génesis 12:2.
  32. Génesis 24:12-14; 32:9-12. Los estudiantes aprendieron que debían formar relaciones de vida dentro de la comunidad de la fe (Génesis 24:3; 26:34, 35; 28:1-9) y que el amor divino tenía que formar la base de la relación (Génesis 24:67).
  33. Génesis 4:3, 4; 8:10; 21:33; 24:63; 26:25; 33:20; 35:7.
  34. Génesis 24:2-9, 58; 37:14.
  35. Génesis 4:3-5; 22:1-12.
  36. Génesis 39:4, 9, 22, 23; 41:39-41. Quedó claro a los que lo rodeaban que Dios era su marco de referencia (Génesis 40:8; 41:16; 45:5, 7, 8) y que Dios estaba con él (Hechos 7:9, 10). Aun el Faraón declaró: “¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios?” (Génesis 41:38). Quizá uno de los resultados más significativos de su vida, sin embargo, fue el desarrollo de un espíritu abnegado y perdonador (Génesis 44:33; 45:4, 5; 50:20, 21).
  37. Éxodo 2:5-10; Hechos 7:20-22.
  38. Hebreos 11:24-26. A partir de esa educación temprana, Moisés también cultivó humildad, mansedumbre y firme sentido de justicia (Éxodo 2:11-13, 17; 3:11; Números 12:3; Hechos 7:23-28).
  39. Éxodo 12:21-23.
  40. Éxodo 4:8, 9, 29-31; 6:2-7; Deuteronomio 4:10.
  41. Éxodo 3:14, 15; 4:15; 25:21.
  42. Éxodo 4:13-17; 31:1-6; 35:34; Levítico 10:8-11. Debería destacarse que, si bien cada uno de estos individuos participó del ministerio de la docencia en la institución, en ocasiones, Dios les daba enseñanzas directas (Éxodo 20; 29:42-46; Deuteronomio 5).
  43. Éxodo 35:30-35; Números 11:24-29.
  44. Éxodo 29:1; Levítico 8.
  45. Éxodo 7:1; 18:20; 28:30, 36-38; Levítico 10:1-3, 8-11; Números 6:24-26.
  46. Éxodo 18:13-24; 28:42-43; Números 12:3. Jetro, por ejemplo, dio a Moisés una sugerencia sobre cómo organizar mejor la institución educativa mediante una administración descentralizada y la delegación de autoridad, un plan que Moisés aceptó e implementó de inmediato (Deuteronomio 1:9-18).
  47. Deuteronomio 4:10. Cuando los niños, por ejemplo, preguntaban: “¿Qué significa para ustedes esta ceremonia?”, los padres debían responder: “Este sacrificio es la Pascua del Señor, que en Egipto pasó de largo por las casas israelitas. Hirió de muerte a los egipcios, pero a nuestras familias les salvó la vida” (Éxodo 12:26, 27).
  48. Unos seiscientos mil hombres, además de mujeres y niños, tanto al momento del éxodo de Egipto como al entrar a Canaán (Éxodo 10:8-11; 12:37; Números 1:46; 2:32).
  49. Éxodo 12:38; Deuteronomio 7:6. En ocasiones, este grupo no israelita motivó que el cuerpo estudiantil se desviara de la buena senda, como por ejemplo cuando “la gente extranjera que se mezcló con ellos se dejó llevar por el hambre, y los hijos de Israel también volvieron a sus llantos, diciendo: ‘¡Quién nos diera a comer carne!’” (Números 11:4, NRV95).
  50. Cuando Moisés “fue y refirió al pueblo todas las palabras y disposiciones del Señor […], ellos respondieron a una voz: ‘Haremos todo lo que el Señor ha dicho’” (Éxodo 24:3, 7).
  51. Éxodo 32.
  52. Éxodo 15:24; 16:2, 3; 17:3; Números 11:1; 14:2, 36; Deuteronomio 1:27. En una ocasión, hasta se rebelaron y se amotinaron (Éxodo 17:4; Números 14:4; 16:41, 42).
  53. Éxodo 15:13; 19:4; 28:3; 31:1-6; Deuteronomio 2:7; 8:4; 29:5; 32:10-13.
  54. Éxodo 25:8; Levítico 1-6; Hebreos 9:1-11. Este plan de estudios se inició con la primera Pascua, aun antes de que se construyera el tabernáculo. Se transmitió una comprensión del plan de salvación por medio del Cordero de pascua, de su sangre asperjada en los dinteles de cada hogar, y del primogénito, cuya vida fue preservada (Éxodo 12).
  55. Éxodo 24:12; 25:21, 22; 40:20; Números 7:89; Deuteronomio 10:2-5; 31:26.
  56. A los estudiantes, por ejemplo, se les enseñó: “No cometan injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. Usen balanzas, pesas y medidas justas” (Levítico 19:35, 36). “No sean parciales en el juicio” (Deuteronomio 1:17). “No divulges informes falsos […]. No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal […]. No aceptes soborno” (Éxodo 23:1-6, 8). “No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego” (Levítico 19:14). “No explotes a las viudas ni a los huérfanos” (Éxodo 22:22). “Respeta a los ancianos” (Levítico 19:32). “Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes” (Levítico 19:33, 34). “Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden […]. Déjenlas para los pobres y los extranjeros” (Levítico 19:9, 10).
  57. Éxodo 15:26; 19:10; Levítico 13-15, 17; Números 5:1-4.
  58. Levítico 7:22-26; 11.
  59. Éxodo 20:26; 33:4-6.
  60. Éxodo 16:22-30; 20:8-11; 31:12-17; 35:1-3; Levítico 23:3; 27:30-33; Números 18:21-32.
  61. Números 12; 14:4-11; 16, 17; 27:12-23; Deuteronomio 31:1-8.
  62. Éxodo 19:12; 22; Números 2:1-31; 4; 5:5-10; 10:11-33. En esencia, tenían que comprender las consecuencias de la obediencia y la desobediencia, como así también la posibilidad de arrepentimiento y perdón (Éxodo 32:35; Levítico 26; Números 14:20-45; Deuteronomio 7:12-15; 8:5; 11:13-32).
  63. Éxodo 14:13, 14, 31; Deuteronomio 4:35; 10:12, 13.
  64. Por ejemplo, agua de la roca, tablas de piedra, la vara que floreció, la serpiente de bronce, y el maná que caía cada mañana con excepción del sábado (Éxodo 16:19-35; 24:12; 31:18; Números 17:8; 20:8-10; 21:8, 9; Deuteronomio 8:15; Juan 3:14).
  65. Éxodo 17:15.
  66. Éxodo 15:1; Números 21:17.
  67. Números 13:1, 17-20, 27-33.
  68. Éxodo 35:30-35; 36:8-38:20; 39:1-30.
  69. Éxodo 3:12, 18; 15:2; 25:1; 35:4-9, 20-29; Levítico 1-7. Los docentes y los estudiantes también tenían que pedir a los que no eran de su fe por medios adicionales para llevar a cabo la obra de la institución educativa (Éxodo 11:2, 3; 12:35, 36).
  70. Éxodo 20:20; 39:32-43; Deuteronomio 8:2.
  71. Deuteronomio 6:4; Éxodo 15:11, 18; 20:22, 23; Deuteronomio 29:13.
  72. Éxodo 3:17; Deuteronomio 31:3, 6.
  73. Este marco educativo fue preparado por Dios: “Tú los harás entrar, y los plantarás, en el monte que te pertenece; en el lugar donde tú, Señor, habitas; en el santuario que tú, Señor, te hiciste” (Éxodo 15:17).
  74. Véase también Deuteronomio 11:18-21.
  75. Versículo 4. Este versículo (el shemá), considerado por los judíos como uno de los pasajes más sagrados de la Torá. Es recitado a menudo por los padres judíos con sus hijos al finalizar el día.
  76. Versículo 5. En este pasaje se destaca el propósito de la educación, que es amar a Dios. A la lista de “corazón, alma y fuerzas”, Cristo añadió el concepto de “mente” (Marcos 12:30), lo que incluye el elemento intelectual implicado en el versículo 8.
  77. Versículo 6. Parece inherente un proceso de enseñanza por medio del ejemplo. No es posible compartir lo que uno no tiene.
  78. Versículo 7. Los términos “inculcar” o “enseñar con diligencia” indican un esfuerzo por alcanzar un nivel óptimo. Estar sentado en la casa y andar por el camino implican ambos un aprendizaje receptivo y activo. Los momentos primordiales para aprender, “cuando te acuestes y cuando te levantes”, brindan una base bíblica para los períodos devocionales matinales y vespertinos.
  79. Versículos 8 y 9. Las “manos” son usadas para modificar activamente el contexto propio, y pueden relacionarse con el desarrollo físico de un individuo. La “frente” como la sede del pensamiento, la razón y la función ejecutiva, puede referirse al desarrollo cognitivo. Dado que estas palabras fueron expresadas originalmente a los israelitas durante su viaje por el desierto, la referencia a los “postes de tu casa” les recordaría esa última noche memorable en Egipto, cuando tenían que indicar su fe y compromiso espiritual al asperjar la sangre de la Pascua en los dinteles de sus hogares. Por último, las puertas a menudo se usaban, al igual que en muchos lugares hoy, para colocar anuncios para la comunidad, implicando así una dimensión social, con elementos de servicio y testificación. Estas cuatro dimensiones del desarrollo integral de la persona se relacionan con las que se describen en Lucas 2:52.
  80. Deuteronomio 6:6, 7.
  81. Éxodo 12:17, 24-27; 13:1-16; Deuteronomio 31:9-13. Estas experiencias nacionales de aprendizaje tenían que producirse al menos tres veces al año: en la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de las Primicias, y durante la Fiesta de los Tabernáculos. Juntas, estas fiestas tomaban alrededor de un mes por año (Éxodo 23:14-17; 34:23; Levítico 23; Números 28 y 29; Deuteronomio 16:1-17). Una de las familias que asistió a esas fiestas anuales fue la de Elcana (1 Samuel 1).
  82. Levítico 25.
  83. Deuteronomio 31:10-13. Las fiestas anuales y el año sabático pueden haber contribuido a que Israel se haya convertido en una de las naciones más cultas de la antigüedad.
  84. Levítico 10:10, 11; Deuteronomio 1-3; 9, 10; Josué 24:1-13; 1 Samuel 1 and 2; Jueces 2:18, 19. Los padres, por ejemplo, habían de enseñar la palabra de Dios y lecciones tomadas de la experiencia de vida a sus hijos y nietos (Deuteronomio 4:9, 10).
  85. Deuteronomio 30:14; 31:23; Josué 5:13-15; Jueces 13:8; 1 Samuel 2:35; 3:21.
  86. Jueces 13:2-5.
  87. Dios instruyó a Moisés, por ejemplo, para que trajera a Josué a “la Tienda de reunión para que reciba mis órdenes” (Deuteronomio 31:14). Como resultado, “Josué hijo de Nun fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él” (Deuteronomio 34:9).
  88. Deuteronomio 11:2; Josué 8:34, 35; Jueces 13:24, 25; 14:6, 19; 15:14.
  89. Deuteronomio 17:18-20.
  90. Deuteronomio 4:5-8; 6:1, 2. No era suficiente, sin embargo, estar meramente al tanto de Dios y su ley. Los estudiantes tenían que comprender la significación de estas órdenes, y aplicarlas a sus vidas (Deuteronomio 6:20-25).
  91. Deuteronomio 24:19-21.
  92. Deuteronomio 25:13-16. Note el incidente que registra Josué 9:19-21. Otros valores incorporados al plan de estudios incluyen la imparcialidad, la justicia, y la misericordia, lo que abarca la bondad hacia los animales (Deuteronomio 16:19; 25:4).
  93. Deuteronomio 14:1-21; 22:5. Se solicitaba a los soldados que participaban de una campaña militar, por ejemplo, que designaran “un lugar fuera del campamento donde [puedan] ir a hacer [sus] necesidades”. Como parte de su equipo debían tener una estaca, con la que tenían que cavar un hueco y, luego de hacer sus necesidades, cubrir su excremento. La justificación para esta práctica incluía un componente espiritual: “Porque el Señor tu Dios anda por tu campamento para protegerte” (Deuteronomio 23:9-14).
  94. “Cuando edifiques una casa nueva, construye una baranda alrededor de la azotea, no sea que alguien se caiga de allí y sobre tu familia recaiga la culpa de su muerte” (Deuteronomio 22:8).
  95. Antes de ir a la batalla, un sacerdote tenía que dirigirse al ejército y oficiales: “¡Escucha, Israel! Hoy vas a entrar en batalla contra tus enemigos. No te desanimes ni tengas miedo; no te acobardes ni te llenes de pavor ante ellos, porque el Señor tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo y te dará la victoria sobre tus enemigos” (Deuteronomio 20:1-4). Cuando planeaban poner sitio a una ciudad, el ejército tenía que ofrecer primero la paz a la ciudad, lo que, si se aceptaba, solo resultaba en trabajos forzados, pero no en aniquilamiento (Deuteronomio 20:10-12). Asimismo, las campañas militares no tenían que producir devastación ecológica. “Si antes de conquistar una ciudad tienes que sitiarla por mucho tiempo, no derribes sus árboles a golpe de hacha […] pues no son hombres que puedan defenderse de ti sino solo árboles del campo” (Deuteronomio 20:19).
  96. Deuteronomio 16:9; 17:6; 19:15-21; 25:1-3. El contenido incluía las leyes de la herencia, así como salvaguardas para proteger los derechos de las mujeres (Números 27:1-11; 36; Deuteronomio 21:15-17; Josué 17:3-6). Una característica especial era el concepto de “ciudades de refugio”, a disposición tanto de los israelitas como de los extranjeros, a las que podía huir todo el que provocara la muerte accidental de otra persona, y donde era juzgado por una asamblea (Números 13; Deuteronomio 19:1-13; Josué 20).
  97. Levítico 25:17; Deuteronomio 15:1-18; 22:13-30; 23:19-25; 27-30; Josué 23. Aprendieron, por ejemplo, que si hallaban algo que se había perdido, tenían que devolverlo a su dueño (Deuteronomio 22:1-4). Al tomar prenda para una deuda, no debían privar a una persona de su medio para ganarse la vida (Deuteronomio 24:6).
  98. Deuteronomio 24:10-17.
  99. Deuteronomio 8:10-18; 12:13, 14; 31:19-22; 32:44-47.
  100. Deuteronomio 13:3; 30:11-19; Josué 24:14-28.
  101. Josué, por ejemplo, preparó una copia de la ley en piedras que fueron colocadas en el Monte Ebal (Deuteronomio 27; Josué 8:30-32). De manera similar, después de cruzar el río Jordán, Josué creó un monumento de ese evento con un propósito didáctico: “En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: ‘¿Por qué están estas piedras aquí?’, ustedes les responderán: ‘El día en que el arca del pacto del Señor cruzó el Jordán, las aguas del río se dividieron frente a ella. Para nosotros los israelitas, estas piedras que están aquí son un recuerdo permanente de aquella gran hazaña’” (Josué 4:4-7, 21-23; véase también Josué 22:9-24; 24:25-28).
  102. “Estos son los mandamientos, preceptos y normas que el Señor tu Dios mandó que yo te enseñara, para que los pongas en práctica en la tierra de la que vas a tomar posesión, para que durante toda tu vida tú y tus hijos y tus nietos honren al Señor tu Dios cumpliendo todos los preceptos y mandamientos que te doy, y para que disfrutes de larga vida” (Deuteronomio 6:1, 2). También Deuteronomio 4:5-8, 15-31; 7:1-6; 30:15-20.
  103. Jueces 2:7-11.
  104. Jueces 2:18, 19.
  105. 1 Samuel 7:16, 17; 19:20.
  106. 2 Reyes 2:3-5; 4:38.
  107. Aunque la obra educacional de los profetas fue la más duradera, hubo momentos en que aparecieron otras formas de enseñanza. El rey Josafat, por ejemplo, envió a sus funcionarios por toda Judá, junto con los sacerdotes y los levitas, para enseñar la Palabra de Dios (2 Crónicas 17:7-9). Como resultado, se produjo un reavivamiento espiritual entre el pueblo (Elena G. White, Profetas y reyes, p. 91). Después del exilio, se produjo otra reforma. Esdras, un sacerdote y escriba que “se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas” (Esdras 7:10), leyó la Palabra de Dios delante de todo el pueblo. Acompañado en esta labor por los levitas, leyeron “con claridad el libro de la ley de Dios y lo [interpretaron] de modo que se comprendiera su lectura” (Nehemías 8:1-8).
  108. Samuel, por ejemplo, les dijo a los israelitas: “Si ustedes desean volverse al Señor de todo corazón, desháganse de los dioses extranjeros y de las imágenes de Astarté. Dedíquense totalmente a servir solo al Señor” (1 Samuel 7:3-6). Como resultado de su pedido, la gente ayunó y confesó sus pecados. Esdras también observó que, a lo largo de la historia de Israel, los profetas habían servido como defensores del reavivamiento y la reforma (Esdras 9:10-12).
  109. 2 Reyes 6:32-7:2; 2 Crónicas 12:5; 16:7-9; 19:2; 12; 25:15, 16; Isaías 39:1-7. A lo largo de este período, Israel y Judá fueron gobernados por reyes, comenzando con Saúl y extendiéndose hasta Oseas en el reino del norte y Sedequías en el sur. Los profetas se esforzaron por instruir a esos líderes. Elías, por ejemplo, envió una carta a Joram reprobándolo por sus acciones idólatras y violentas, y advirtiéndole del juicio inminente (2 Crónicas 21:12-15). Los profetas también fueron comisionados para transmitir la orientación de Dios en los asuntos políticos de la nación. Natán, por ejemplo, se ocupó de garantizar que Salomón se convirtiera en rey (1 Reyes 1:11-48); Ahías, de hacer rey a Jeroboam (1 Reyes 14:2); el profeta Jehú, en el caso de Zimri (1 Reyes 16:6-12); y Elías, al ungir a Jehú como rey (1 Reyes 19:16).
  110. Dios le pidió a Elías, por ejemplo, que extendiera una invitación a Eliseo, para que fuera su ayudante y así se preparara para su propio ministerio profético (1 Reyes 19; 2 Reyes 2; 4:11-14, 29-31; 5:10-27; 6:15-17).
  111. Jeremías 1:5-9. También 1 Samuel 3; Jeremías 1:17-19; Ezequiel 2:1-8; 3:17; 33:7.
  112. 2 Reyes 2:9-15; Isaías 9:15; Daniel 6. Estos maestros incluyeron personajes destacados, tales como Samuel, Elías, Isaías, Jeremías y Daniel, así como también individuos menos conocidos, como Gad, Ahías, Semaías, Jedutún e Ido. También incluyeron algunas mujeres como Hulda, y la esposa de Isaías (2 Reyes 22:14; 2 Crónicas 34:22; Isaías 8:3). Algunos, como Esdras, fueron sacerdotes y escribas, mientras que otros, como el caso de Amós, tenían un trasfondo más común (Esdras 7:11; Amós 7:14, 15).
  113. Deuteronomio 18:15, 18; 1 Samuel 9:15-17, 27; 2 Reyes 20:1; Jeremías 23:28. En varias ocasiones, se dieron mensajes de aliento, advertencia, reprensión, llamado a la acción o invitación de regresar a Dios (1 Samuel 13:11-14; 15:16-31; 2 Reyes 17:13, 23; 20:14-18; 21:10-15; Isaías 37:21-38; Hageo 1:2, 3; 2:1-9, 23; Zacarías 1:3).
  114. 1 Samuel 12:6-25.
  115. 1 Crónicas 29:29; 2 Crónicas 9:29; 12:15; 13:22; 26:22; 35:15.
  116. Habacuc 1:2-4.
  117. 1 Samuel 11:14; 2 Crónicas 29:25, 30.
  118. 2 Reyes 4:1-7, 38-44.
  119. 1 Samuel 9:25; 15:30-31, 35.
  120. 1 Samuel 7:9; 2 Reyes 6:15-17; 2 Crónicas 32:20; Daniel 9:1-19; Habacuc 3.
  121. 2 Samuel 7:4; 24:11; 1 Reyes 12:24; 13:1-5; 16:7; 18:1; 19:9; 22:19; 2 Reyes 7:1; 20:16; 24:2; 2 Crónicas 17:7-9; Miqueas 7:18, 19; Malaquías 4:1-4.
  122. Isaías 53; 58:13, 14; 65:17-25; Sofonías 1:14; Malaquías 3:6-12; 4:1-3.
  123. 1 Samuel 10:25; Joel 3:14; Miqueas 6:8; Zacarías 7:8-10.
  124. 2 Reyes 3:11; 8:4-6; Isaías 58:6, 7.
  125. 2 Reyes 3:15; Isaías 38:21; Zacarías 14:5. Los estudiantes, por ejemplo, trabajaban con el docente para construir edificios para la institución (2 Reyes 6:1-7). Quizás también resulta significativo que el docente respondió de manera positiva las iniciativas de los estudiantes.
  126. Para recordar una victoria sobre los filisteos, por ejemplo, Samuel “Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, ‘El Señor no ha dejado de ayudarnos’” (1 Samuel 7:12). Véase también 2 Samuel 12; Isaías 8:1-4; Ezequiel 16 y 17; Oseas 1:2-11; 12:10. 
  127. Jeremías, por ejemplo, usó un cinturón de lino (13:1-11), la obra de un alfarero (18:1-10), un cántaro roto de barro (19:1-13), un yugo (27:2) y piedras enterradas en argamasa (43:8-13) para ilustrar conceptos claves. Ezequiel llenó una olla hirviente con huesos, y también empacó sus pertenencias y cavó un hoyo a través del muro de la ciudad (12:3-8; 24:1-14). En otra ocasión, Dios le ordenó a Ezequiel: “Toma ahora un ladrillo, ponlo delante de ti y dibuja en él la ciudad de Jerusalén. Acampa a su alrededor y ponle sitio; levanta torres de asalto contra ella y construye una rampa que llegue hasta la ciudad; instala máquinas para derribar sus murallas. Toma una plancha de hierro y colócala como un muro entre ti y la ciudad, y fija tu mirada contra ella. De esa manera quedará sitiada: tú mismo la sitiarás. Eso les servirá de señal a los israelitas” (Ezequiel 4:1-3). Otros profetas, como Oseas y Zacarías, también usaron ilustraciones tangibles (Oseas 3; Zacarías 6:9-15).
  128. 2 Reyes 4:38-44; 9:1-3; 1 Crónicas 9:22. Las actividades de los estudiantes también incluían la alabanza y la profecía (1 Samuel 10:5; 19:19-24; 2 Crónicas 29:25, 26; Isaías 5:1-7; 25; 26; 63).
  129. 2 Samuel 24:11, 12; 1 Reyes 18.
  130. Jeremías 35.
  131. 2 Crónicas 17:10, 11; 20:20; 28:9-15.
  132. Zacarías 8:23.
  133. Cuando Asa, por ejemplo, escuchó “Cuando Asa oyó este mensaje del profeta Azarías hijo de Oded, se animó a eliminar los detestables ídolos que había en todo el territorio de Judá y Benjamín, y […] restauró el altar del Señor que estaba frente al atrio del templo del Señor” (2 Crónicas 15:8). De manera similar, después de la cautividad, Zorobabel, Josué, “y todo el resto del pueblo obedecieron al Señor su Dios. Acataron las palabras del profeta Hageo, [y] vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor Todopoderoso” (Hageo 1:12-14; también Esdras 5:1, 2; 6:14). Véase también 1 Samuel 10:6, 7, 9-11; 16:13; Ezequiel 36:26, 27.
  134. 2 Crónicas 36:12, 16; Daniel 9:6-10; Jeremías 7:25, 26; 25:1-14; Zacarías 7:11, 12.
  135. 2 Crónicas 24:19-21; Nehemías 9:26; Jeremías 26:8-11; 29:19; 35:15; 37:2; Zacarías 1:4; 7:12.
  136. 2 Crónicas 15:3-6; Nehemías 9:30.
  137. Isaías 30:10. Véase también Isaías 9:15; Jeremías 5:13, 31; 8:10; 14:14-16; 23:10, 11, 14, 16-40; Ezequiel 13; Miqueas 2:6-11; Sofonías 3:4.
  138. Malaquías 4:5, 6.
  139. Lucas 1:39. “El niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel” (Lucas 1:80).
  140. Lucas 1:13, 23, 41. Se los describe además como “rectos e intachables delante de Dios; obedecían todos los mandamientos y preceptos del Señor” (Lucas 1:6). Véase también Jueces 13:4.
  141. Lucas 1:11-20, 76-79.
  142. Ante los líderes religiosos, Juan declaró: “¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento” (Mateo 3:7, 8; Lucas 3:7-9). También reprendió sin temor al rey Herodes por una relación adúltera con la esposa de su hermano, y por “todas las otras maldades que había cometido” (Mateo 14:3, 4; Lucas 3:19, 20). Cristo mismo reconoció a Juan como inamovible ante la oposición, en marcado contraste con “una caña sacudida por el viento” (Mateo 11:7; Lucas 7:24-28).
  143. Mateo 3:11; Marcos 1:7; Lucas 3:15-17; Juan 1:27; Hechos 13:25. De manera similar, cuando Jesús vino a Juan para ser bautizado, Juan le replicó: “Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” (Mateo 3:14). A sus seguidores, les explicó: “Este es aquel de quien yo decía: ‘El que viene después de mí es superior a mí’” (Juan 1:15). Cuando Jesús comenzó su ministerio, algunos de los judíos dijeron a Juan: “Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él”. Juan replicó: “A él le toca crecer, y a mí menguar” (Juan 3:26-30).
  144. Lucas 1:15; 3:10-14.
  145. Mateo 3:1, 2; Lucas 3:2-6.
  146. Mateo 3:4; 11:8, 18; Marcos 1:6; Lucas 1:15; 7:24-28, 33. Aparentemente, Juan estaba sujeto a condiciones del voto nazareo, que incluían varios parámetros adicionales, como se destaca en Números 6:3-7; Jueces 13:4, 5; y Amós 2:11, 12.
  147. Marcos 11:32; 1:4, 5; también Mateo 21:32.
  148. Mateo 11:7-9; Lucas 7:24-28.
  149. Juan 1:33, 34.
  150. Juan 7:15.
  151. Lucas 4:16-20. Si bien a menudo se enfatiza que en sábado Jesús tenía por costumbre asistir a la sinagoga, el pasaje también destaca que era su costumbre levantarse a leer. Esto indica que Jesús era reconocido por su comunidad como uno que podía leer las Escrituras con claridad y exactitud.
  152. Mateo 1:19.
  153. Lucas 1:30-38, 46-56.
  154. En dos ocasiones distintas, Lucas destaca que María “guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba en ellas” (Lucas 2:19, 51).
  155. Lucas 2:4, 22-24, 27, 39, 41.
  156. Mateo 2:13, 14, 22.
  157. De las dos ofrendas que José y María podrían haber ofrecido en la dedicación de Jesús, llevaron la que se les permitía traer a los pobres (Lucas 2:24).
  158. Mateo 2:13-15.
  159. Cuando Felipe informó a Natanael que había hallado al Mesías y que era de Nazaret, este preguntó, incrédulo: “¡De Nazaret! […] ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?’” (Juan 1:46).
  160. Lucas 2:46.
  161. Lucas 2:44. Esta suposición también indica la que confianza que sus padres habían depositado en él.
  162. Lucas 2:40. Note que el pasaje especifica en primer lugar que el desarrollo físico de Jesús era marcado. Indica entonces que Jesús desarrolló sus facultades cognitivas, obteniendo agudeza mental (Lucas 2:46, 47).
  163. Lucas 2:52.
  164. Cuando Jesús regresó a Nazaret en cierta ocasión, la gente preguntó: “¿No es acaso el hijo del carpintero?” (Mateo 13:55). Marcos, sin embargo, registra que, en su visita a Nazaret, la gente se preguntaba: “¿No es acaso el carpintero?” (Marcos 6:3).
  165. Al enseñar, Jesús solía referirse con frecuencia a lecciones derivadas de la naturaleza, lecciones basadas en la sal, el agua, el viento, las aves, las ovejas, el relámpago y los lirios. Eran lecciones que hablaban de cañas que se doblaban al viento, una gallina que cubría a sus polluelos, los hábitos de los buitres, y de pequeñas semillas que se transformaban en grandes plantas, así como los cambios estacionales y los patrones del clima. Véase Mateo 5:13; 6:25-34; 11:7; 13:31, 32; 16:2, 3; 24:27, 32; Marcos 4:26-29, 30-32; 9:50; 13:28; Lucas 6:43, 44; 7:24; 9:58; 12:24-27, 54-56; 13:18, 19, 34; 14:34, 35; 17:24, 37; 21:29-31; Juan 3:8; 4:13; 10:4, 5; 12:24; 15:4, 5.
  166. Mateo 4:4, 6, 7, 10; 8:4; 12:3-5, 39-42; 16:4; 19:4, 7-9; 21:13; 22:31, 35-40; 23:35; 24:15, 37-39; 26:24, 31; Marcos 1:44; 7:6-13; 9:12, 13; 10:2-9; 11:17; 12:10, 26; 13:14; 14:21, 27; Lucas 4:1-12, 14-21, 24-27; 5:14; 6:3; 7:27; 11:29, 51; 18:31; 17:26-29, 32; 19:46; 20:27-38, 41-44; 24:27, 44; Juan 3:14, 15; 5:46; 6:32, 45; 7:22, 23.
  167. Construir una casa, iluminar un hogar, remendar prendas de vestir, preparar pan, contratar obreros y dirigir el ganado; a partir de festividades de bodas, la asignación de asientos, las leyes de la herencia, las inversiones y un tesoro escondido; a partir de niños que jugaban en el mercado, pescadores que seleccionaban lo pescado, un mercader en busca de productos, un pastor que buscaba sus ovejas, un rey que planeaba una guerra, y agricultores que plantaban semillas y que destruían malezas. Véase 5:14-16, 38-42; 6:1-8, 16-18, 24; 7:24-27; 9:16, 17; 11:16-19; 12:11, 12; 13:1-9, 24-30, 33, 44-48; 15:3-6; 18:12-14; 20:1-15; 22:1-8; 23:1-7, 16-26, 29-32; 25:1-13, 14-30, 31-46; Marcos 2:19, 20, 21, 22; 3:23-27; 4:1-8, 13-20, 21, 22; 7:9-13; Lucas 5:36-39; 6:46-49; 7:31, 32, 41-43; 8:4-8, 16-18; 11:5-8, 11, 12, 21, 22, 33, 42-47; 12:6, 7, 16-20, 29, 30, 35-40, 42-48, 57-59; 13:6-9, 15, 20, 21; 14:5, 7-11, 16-24, 28, 29, 31, 32; 15:4-7, 8-10, 11-32; 16:1-8, 13, 19-21; 17:7-10; 18:1-5, 9-13; 19:12-27; 20:9-16, 21-25, 46, 47; 22:25, 31; 10:1-6, 8-13; 12:35; 15:1-3, 6, 13-15; 16:21; 18:36.
  168. Lucas 2:49.
  169. Lucas 2:47.
  170. Mateo 14:23; 26:36; Marcos 1:35; Lucas 5:16; 6:12; 9:28, 29; 11:1; Juan 17:11, 20.
  171. “Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente” (Mateo 4:23). Al igual que en su desarrollo (Lucas 2:52), el ministerio de Cristo incorporó cada una de las siguientes dimensiones: cognitiva (enseñar en las sinagogas), espiritual (predicar el evangelio), física (sanar las enfermedades) y social (interactuar con la gente; véase un pasaje similar en Mateo 9:35, donde se enfatiza que Jesús llevó a cabo su ministerio en “todos los pueblos y aldeas”).
  172. Juan 14:9; 17:6; Mateo 13.
  173. Mateo 4:23; 9:35; 13:54; 21:23; 26:55; Marcos 1:21; 6:2; 11:15-17; 12:35; 14:49; Lucas 4:15, 31; 13:10; 19:47; 20:1; 21:37; Juan 6:59; 7:14, 28.
  174. Mateo 5:1, 2; 11:1; Marcos 2:13; 4:1, 2; 6:6, 34; Lucas 5:3, 17-19; 13:22.
  175. Mateo 5:1, 2; 11:1; Marcos 8:34; 9:31; Lucas 11:1.
  176. Mateo 5:1-3; 14:21; 15:38; Marcos 6:44; 8:9; 10:1; Lucas 5:1-3; 9:14; 10:1, 17; Juan 6:10.
  177. Juan 3:1-21; 4:5-26.
  178. Mateo 9:10-13; 12:14; 14:21; 15:1-9, 38; Marcos 5:21; Lucas 19:1-28; Juan 6:9; 7:32-46.
  179. Marcos 4:33; 9:33-35; Lucas 8:44-46; Juan 16:12.
  180. Mateo 9:36; 11:29, 30; 14:12, 13; Marcos 6:30-32; 49, 50; Juan 8:10, 11; 11:32-36.
  181. Mateo 20:28; Juan 13:4-17; 3:26-36; 4:1-3.
  182. Lucas 5:33, 34; 19:37-40; 6:22, 23; 10:17-21; 15:4-7; Juan 3:29; 16:20-24; 17:13; 15:4-7; 15:11; 10:10.
  183. Marcos 1:16-18; Lucas 5:4-11.
  184. Marcos 8:31-33; Lucas 7:37-47.
  185. Mateo 16:23; 21:12; 23:13-37; Juan 2:13-17.
  186. Mateo 17:1, 2; 26:36-44; Marcos 3:14; Juan 1:38, 39; 21:4, 12.
  187. Mateo 8:3; 18:10, 14; 19:10, 11, 13, 14; 25:40; Marcos 9:42; 12:41-44; Lucas 9:46-48; 19:5-7; Juan 4:40.
  188. Mateo 14:23; 26:36; Marcos 1:35; Lucas 5:16; 6:12; 9:28, 29; 11:1; Juan 17:11, 20.
  189. Véase, por ejemplo, Lucas 4:16-21 y 24:27, 32. Al enseñar, Cristo usó las Escrituras para iniciar el pensamiento (Lucas 10:26), expandir conceptos (Marcos 9:12), clarificar significado (Mateo 5:27, 28), crear conexiones (Lucas 20:17), comprender el pasado (Lucas 24:26, 27), visualizar el futuro (Lucas 24:44) y lanzar un llamado a la acción (Lucas 11:17).
  190. Lucas 12:22-31; Mateo 16:24-27; 23:23.
  191. Marcos 10:2-9; Mateo 5:21-44.
  192. Mateo 20:28.
  193. Marcos 14:8, 9; Mateo 28:19, 20.
  194. Mateo 17:25; 18:12; 22:42; 21:28.
  195. Mateo 22:29; Juan 8:32; 14:7.
  196. Mateo 13:23; Marcos 7:14; Juan 13:12; Lucas 24:45.
  197. Lucas 10:29, 36; 6:36; Mateo 10:16; Lucas 12:40.
  198. Mateo 5:16; Juan 13:17; Mateo 7:21; también Mateo 16:27.
  199. Mateo 13:34; 7:16; 9:16, 17; 15:14; 24:43, 44.
  200. Marcos 4:33, 34.
  201. Lucas 13:1-5; 10:30.
  202. Marcos 2:23-26; 12:26; Lucas 11:50, 51.
  203. Mateo 11:16-19; 23:27, 28; 24:32, 33; 23:37.
  204. Marcos 12:13-17; 11:13-23; Lucas 12:24-27; Mateo 26:26-28.
  205. Mateo 11:2-5; Juan 13:4, 5, 12-17.
  206. Mateo 13:11-52.
  207. Mateo 11:7-9; 14:31; 16:9, 10, 13-15; Marcos 5:30; Lucas 13:14-16; Juan 4:35.
  208. Mateo 7:24-27; 25:1-4; 21:13.
  209. Mateo 20:26, 27; Lucas 17:33; Marcos 10:31; Mateo 11:11.
  210. Lucas 18:25; Mateo 23:24; Lucas 6:41, 42.
  211. Mateo 17:24-27; Marcos 5:18-20.
  212. Mateo 21:28-31; Lucas 9:12, 13.
  213. Marcos 6:7-13; Lucas 10:1; Marcos 6:30.
  214. Mateo 7:28, 29; Marcos 6:2, 3; Mateo 9:33.
  215. Lucas 13:17; Juan 7:32, 45, 46; Lucas 24:32.
  216. Mateo 28:19, 20. Resulta acaso significativo que el término “hacer discípulos” (μαθητεύω) es el imperativo en este pasaje, y constituye el centro de la comisión evangélica.
  217. Hechos 8:26-39.
  218. 2 Timoteo 1:5; 3:15.
  219. Hechos 16; 1 Timoteo 4:11; 6:2.
  220. 1 Timoteo 4:12; 6:6-11.
  221. 1 Timoteo 4:13, 14.
  222. Tito 2:1-10, 15.
  223. En un comienzo, los apóstoles enseñaron en el atrio del templo (Hechos 5:21, 42). Más adelante, Pablo a menudo enseñaba en las sinagogas, en otros lugares públicos, tales como el Areópago y la escuela de Tirano, y en hogares privados (Hechos 5:42; 13:42; 14:1; 17:2, 17, 19; 18:4, 7; 19:9; 20:20). En ocasiones, la enseñanza tenía lugar en un marco natural, como por ejemplo junto al río en Filipos o en el desierto de Gaza (Hechos 8:26; 16:13). Pueden hallarse ejemplos del marco familiar en Hechos 16:1 y 2 Timoteo 1:5; 3:15.
  224. Hechos 21:21; 26:1-28; 1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11; 3:15; Tito 2:1-10.
  225. Hechos 21:28.
  226. Hechos 2:42; 18:25; 28:31; 2 Timoteo 1:11. Una de las cualidades de un obispo, por ejemplo, era la capacidad de enseñar (1 Timoteo 3:2). De manera similar, parte de la obra de los ancianos de iglesia se hallaba en la enseñanza (1 Timoteo 5:17).
  227. Romanos 15:14; Efesios 6:4; Tito 2:3, 4.
  228. Hechos 5:42; 13:1; 15:35; Romanos 12:6, 7; 1 Corintios 12:28, 29; 1 Timoteo 4:13; 5:17; Santiago 3:1. Al describir los dones de Cristo a la iglesia, Pablo, por ejemplo, aclara que el ministerio del pastor y el docente es otorgado a los mismos individuos (Efesios 4:11).
  229. Romanos 2:20-22; 1 Corintios 14:19; Gálatas 6:6; Hebreos 5:12, 13; 1 Timoteo 1:7; 2 Juan 7-10.
  230. Hechos 5:25; 18:25; 28:31; 2 Timoteo 2:2, 24.
  231. Hechos 4:18; 1 Corintios 3:9; 1 Tesalonicenses 4:2. Los falsos maestros, por el contrario, enseñarían meramente lo que los demás querían escuchar (2 Timoteo 4:3). Con sutileza introducirían herejías, o enseñarían a explotar a otros o por mera ganancia financiera (1 Timoteo 1, 6; Tito 1:11; 2 Pedro 2:1, 3; Apocalipsis 2:20).
  232. Hechos 18:11; 1 Timoteo 6:3; 2 Timoteo 3:16; 4:3. Los padres, por ejemplo, tenían que criar a sus niños “según la disciplina e instrucción del Señor” (Efesios 6:4).
  233. 1 Timoteo 4:10, 11; Apocalipsis 14:6.
  234. Efesios 4:12; 1 Tesalonicenses 4:1; 1 Timoteo 6:2.
  235. Hechos 12:25; 15:37; 16:1-3; 1 Corintios 4:17; 14:31; 2 Tesalonicenses 2:15; 2 Timoteo 1:13; 4:11.
  236. Hechos 6; 18:2, 3; 20:34; Efesios 4:28; Filipenses 4:3; Colosenses 3:16; 1 Tesalonicenses 4:11; 2 Tesalonicenses 3:6.
  237. Hechos 2:42. La experiencia de aprendizaje los animó a “vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio” (Tito 2:12).
  238. Hechos 2:41, 47; 5:14; 11:24; 13:12; 17:6.
  239. Isaías 64:4; 1 Corintios 2:9. Este marco ambiental fue planeado “desde la fundación del mundo” (Mateo 25:34, NRV95) y preparado por Cristo mismo (Juan 14:1-3).
  240. Hebreos 11:10, 16; 13:14; Apocalipsis 21:1, 2.
  241. Su brillo es “como el de una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe transparente” (Apocalipsis 21:11). Sus cimientos están decorados con piedras preciosas. Sus puertas son de perla y sus calles de oro, “como cristal transparente” (Apocalipsis 21:2, 19, 21).
  242. Salmos 23:6; Juan 14:2; Apocalipsis 21:23. La ciudad, sin embargo, no tiene templo, “porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo” (Apocalipsis 21:22).
  243. Isaías 35:1; 55:13.
  244. Isaías 11:6, 9; 32:18; 60:18; 65:25; 2 Pedro 3:13.
  245. Isaías 52:6.
  246. Apocalipsis 14:4.
  247. Apocalipsis 7:17; 21:3; 22:4, 17.
  248. Colosenses 2:3.
  249. Apocalipsis 5:9; 7:9.
  250. Salmos 24:3, 4; Mateo 5:8.
  251. Isaías 60:21; Mateo 25:46; Efesios 5:5; Apocalipsis 22:15.
  252. Judas 24; Apocalipsis 2:7, 17; 15:2; 21:27.
  253. Los estudiantes de las escuelas de la tierra anhelaban ver a Dios cara a cara y conocerlo más plenamente. Job, por ejemplo, afirmó: “Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte. Y, cuando mi piel haya sido destruida, todavía veré a Dios con mis propios ojos. Yo mismo espero verlo; espero ser yo quien lo vea, y no otro. ¡Este anhelo me consume las entrañas!” (Job 19:25-27). En la escuela del cielo ese deseo se hace realidad: verán al “rey en su esplendor” (Isaías 33:17). Al igual que Enoc, los estudiantes caminarán con Dios, y lo verán “tal como él es” (1 Juan 3:2, véase también Génesis 5:22-24; Apocalipsis 3:4). Cristo mismo les revelará “el conocimiento del Señor” y “la sabiduría de Dios, en toda su diversidad” (Isaías 11:9; Efesios 3:10).
  254. Job 38; Salmos 119:89; Apocalipsis 15:3. La conclusión general de su investigación será: “¡Solo tú eres el Señor! Tú has hecho los cielos, y los cielos de los cielos con todas sus estrellas. Tú le das vida a todo lo creado: la tierra y el mar con todo lo que hay en ellos” (Nehemías 9:6).
  255. Efesios 2:6, 7. Cuando los redimidos vislumbran las profundidades del amor de Dios y las nuevas dimensiones del sacrificio hecho en su favor, exclaman: “¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!” (Apocalipsis 5:12). “Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén” (Apocalipsis 1:5, 6). Para los estudiantes de la escuela celestial, el carácter y los actos de Dios quedan vindicados para siempre. Ellos exclaman con énfasis: “¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos” (Apocalipsis 19:1, 2). “¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!” (Apocalipsis 7:10).
  256. Isaías 65:21, 22.
  257. Salmos 87:7; Isaías 14:7; 24:14; 35:10; 51:3; Apocalipsis 15:2. Estas experiencias musicales, tanto vocales como instrumentales, no solo incluyen un eximio desempeño sino también una composición creativa (Apocalipsis 5:9; 14:2, 3; 15:2-4).
  258. En la escuela del cielo, el servicio no es meramente un evento, sino un estilo de vida. “Por eso están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo” (Apocalipsis 7:15). Véase también Salmos 103:21; Apocalipsis 1:6; 22:3.
  259. Este tema de la adoración y la alabanza está presente en la institución y en cada una de sus actividades (Salmos 103:21; 113:3; 145:10; 148:2; Isaías 60:18; 61:11; Apocalipsis 1:5, 6; 5:13). Hay sin embargo ocasiones especiales de celebración (Apocalipsis 19:6-9).
  260. 1 Corintios 13:12.
  261. Reciben de las hojas del árbol de la vida, que son “para la salud de las naciones” (Apocalipsis 22:2). Se arrodillan juntos “delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra” (Efesios 3:15).
  262. 1 Corintios 6:2. Véase también Lucas 22:29 y 30, y Apocalipsis 20:4 al 6.
  263. “‘Ustedes son mis testigos’, afirma el Señor” (Isaías 43:12, la cursiva es mía).
  264. Apocalipsis 15:3, 4; también Salmos 29:9.
  265. Nahum 1:9.
  266. Isaías 35:10.
  267. Salmos 16:11; Mateo 25:21.
  268. Isaías 51:3; 65:17, 18.
  269. Isaías 49:10; 65:19; Apocalipsis 7:16, 17; 21:4.
  270. Juan 10:28.
  271. Job 3:17.
  272. Lucas 20:36.
  273. Malaquías 4:2.