¿O qué es una institución adventista de educación superior?1 ¿Cuáles son sus rasgos distintivos? Estas son preguntas fundamentales. Es demasiado fácil para

la sociedad actual, tan secular, criticar una institución, flexibilizar sus amarras, y diluir su misión e identidad singulares. La presión social puede afectar no solo a los individuos sino también a las instituciones.

A lo largo de varias décadas, he tenido la oportunidad de interactuar con instituciones adventistas de educación superior. Al reflexionar en esas experiencias, comienzan a aparecer ciertos rasgos distintivos, un carácter especial que refleja las prioridades de los entes involucrados, y que transmite una cierta autenticidad como institución adventista.

Estas características distintivas parecen estar incrustadas en seis compromisos claves, áreas fundamentales alrededor de las cuales puede movilizarse la comunidad, y en las cuales se pueden producir importantes avances (ver figura p. 27).

Compromiso con la intencionalidad

En una institución adventista de educación superior, existe un compromiso clave con la intencionalidad. La junta directiva y el equipo administrativo se enfocan de manera deliberada en hacer que la institución cumpla mejor la misión que Dios le ha encomendado, cómo desarrollar e implementar una identidad adventista distintiva, y cómo contribuir de manera significativa a las prioridades estratégicas de la comisión evangélica.2

Sobre la base de esta reflexión, se preparan y revisan periódicamente los documentos orientadores de la institución, lo que incluye sus declaraciones de misión y visión, que entonces sirven como fundamento de la planificación estratégica, la evaluación y las continuas mejoras.

Aunque la administración y la junta directiva juegan un papel primordial, a la hora definir la visión de la institución, es fundamental que participen todos los entes interesados. Esto garantiza que las iniciativas estratégicas en las cuales se embarca la institución sean las que emergen de valores y una comprensión compartidos. En este proceso, sin embargo, el liderazgo sirve de catalizador y facilitador. Esto requiere escuchar con detenimiento, preguntar, construir puentes, alentar el trabajo en colaboración, brindar sistemas de apoyo, y enfocarse en la valoración y evaluación de los resultados para el cumplimiento de la misión.3

Sobre la base de esta reflexión y con los aportes de todos los interesados, el liderazgo prepara un plan estratégico en armonía con estos objetivos. Un plan que no sea actualizado meramente una vez por quinquenio, sino que también brinde una ventana dinámica hacia el futuro. La intención es mejorar de manera continua y consciente la eficiencia institucional para cumplir la misión por medio de iniciativas estratégicas y un rediseño del sistema.

Un compromiso con la intencionalidad también implica que la junta y la administración analicen con detenimiento las tendencias emergentes en educación superior, maximizando las que concuerden con la filosofía de la educación adventista4 y estén alineadas con la misión, mientras que anticipen y mitiguen de manera proactiva las tendencias que amenacen a la institución y su implementación de la misión.5

En general, el compromiso con la intencionalidad busca fomentar una sólida cultura de reflexión, planificación y evaluación institucional que lleva a la toma de decisiones basada en datos concretos. Esto dará como resultado una institución configurada por diseño, que avance con una intención enfocada en la misión.

Compromiso con la excelencia

Una institución de educación superior adventista promueve y afirma la excelencia en la enseñanza y el aprendizaje. Esto implica promover el desarrollo integral de la persona,6 promover el pensamiento de alto nivel,7 forjar vínculos sólidos entre la teoría y la práctica,8 y emplear evaluaciones auténticas.9 Requiere tener programas pujantes, campos de especialización de vanguardia, una comunidad atractiva de aprendizaje, un currículum básico robusto que transmite la identidad y valores institucionales en las diversas disciplinas, y una perspectiva global, operando todos ellos dentro de un sólido compromiso de fe.

La excelencia en una institución adventista cultiva una cosmovisión bíblica en las diversas clases y programas de estudio,10 así como en las actividades cocurriculares, con el objetivo de formar caracteres semejantes al de Cristo y de conectar el conocimiento a su Fuente.11 Esto se evidencia en docentes que se acercan a sus disciplinas desde una perspectiva bíblica. Asimismo es visto en el personal docente y no docente que involucra a los estudiantes en conversaciones de fe, que oran con los estudiantes y unos con otros. Se encuentra en programas de estudio que incorporan creencias claves de la Iglesia Adventista,12 en puntos de intersección con las diversas disciplinas.

Un compromiso con la excelencia también crea un marco, dentro del contexto de la fe, en el que alimenta y reconoce la investigación y los emprendimientos creativos.13 Esto incluye la promoción de investigaciones en colaboración entre el personal docente y la investigación estudiantil, además de brindar apoyo para presentar solicitudes que busquen financiamiento externo. Orienta asimismo las investigaciones para que hagan contribuciones significativas a la misión de la Iglesia Adventista y a la sociedad. En general, el compromiso con la excelencia desarrolla una cultura institucional que da prioridad a las mejoras continuas de la calidad y se enfoca en los resultados fundamentales como medidas claves de excelencia.

Compromiso con la mayordomía

Un compromiso con la mayordomía busca garantizar que la institución de educación superior disfrute de solidez financiera y que los recursos estén dirigidos a apoyar la misión. Esto incluye el desarrollo de estrategias que contribuyan a la estabilidad financiera, dando prioridad al presupuesto en armonía con los objetivos institucionales, e identificando estrategias efectivas que resulten en contribuciones crecientes a la institución. Implica llevar a cabo periódicamente un análisis de eficiencia y efectividad de las diversas áreas de la institución, lo que incluye sus programas académicos.14

La mayordomía requiere cuidar bien de los jóvenes de la Iglesia Adventista.15 En consecuencia, la institución prepara e implementa estrategias que le permitirán servir a una proporción cada vez mayor de los jóvenes adventistas, tomando en cuenta la capacidad institucional y los puntos de réditos financieros óptimos.

Dentro del paradigma de la persona como un todo, el énfasis en la mayordomía da prioridad al énfasis en la salud y el bienestar en toda la institución.16 Esto incluye la promoción de un estilo de vida saludable en todos los programas académicos y servicios a los estudiantes. Incorpora la provisión de instalaciones y de responsables de la salud y el bienestar que pongan de relieve el compromiso de la institución.

Una institución adventista de educación superior también ejerce el cuidado responsable del ambiente institucional. Esto incluye el desarrollo, la renovación y la expansión de la infraestructura del campus, de manera que cumpla con las expectativas de una institución educacional de calidad, de conformidad con el plan estratégico de la institución. También requiere que la institución busque tener un “campus ecológico”, con el objetivo de que llegue a ser líder de recursos sustentables y la mayordomía del medioambiente.17

Compromiso con la comunidad

Una institución adventista de educación superior está comprometida con la formación de una comunidad solícita y comprensiva en la que los individuos se sientan valorados, amados y respetados. Se crean instancias para que el liderazgo, el personal docente y no docente se conecte entre sí y con los estudiantes, y para que estos interactúen y colaboren, en especial con estudiantes de otras disciplinas y programas.18

En las diversas áreas de la institución, el personal docente y no docente, así como los estudiantes, sienten que los líderes son accesibles y están dispuestos a escucharlos. Esto se produce cuando los administradores tienen como prioridad dialogar y consultar, escuchar y aprender de los principales entes que participan de la empresa educativa. Con este fin, los líderes establecen foros de consulta que se reúnen de manera periódica para brindar aportes informales y de temática abierta. Estos foros incluyen grupos de estudiantes, el personal docente y no docente, así como también exalumnos e individuos de la comunidad inmediata.

Como se destacó hasta aquí, la visión compartida se basa en una comprensión compartida. Para que esto se haga realidad, es necesario que los administradores cultiven relaciones y participen de diálogos para comprender el trasfondo, las fortalezas, las necesidades y los sueños de las diversas entidades, de los individuos que están en ellas, y de los que tienen una conexión estrecha con la institución. Como resultado de estas interacciones, comenzarán a aparecer ciertos temas relacionados con la identidad de la institución, su posicionamiento (dónde está y dónde quiere estar respecto de sus objetivos), y la planificación (cómo podría alcanzar estos objetivos). Estos temas son entonces incorporados como elementos claves del proceso de planificación estratégica.

El compromiso con la comunidad también afirma la diversidad dentro del marco bíblico, y celebra sus contribuciones con la familia de la institución.19 Fomenta la sensibilidad y la comprensión entre las diversas culturas y busca desarrollar una robusta comunidad internacional y multiétnica de estudiosos. También toma en cuenta el ejercicio del concepto bíblico de la libertad, siempre dentro del marco de la identidad y la misión institucionales.20 Como corolario, los administradores se esfuerzan por edificar la capacidad en toda la institución. Esto requiere que se brinden oportunidades para el desarrollo profesional y el crecimiento personal. También incluye el desarrollo del liderazgo dentro de la institución mediante tareas de mentoría y planificación de la sucesión.

El objetivo final es edificar una comunidad para el cumplimiento de la misión. Cuando una comunidad cohesiva se dedica a cumplir la misión, se obtienen resultados significativos.

Compromiso con la participación

Como la participación es una prioridad, los líderes juntamente con el personal docente, no docente, y los estudiantes, se esfuerzan por expandir la presencia y reputación de la institución en la comunidad local, en la región e internacionalmente, de manera que se enfoque en la misión. Para ello, la institución identifica e implementa estrategias para satisfacer las necesidades y añadir valor a la comunidad circundante y a todos los entes involucrados. Organiza y lleva a cabo conferencias profesionales y eventos relacionados con la iglesia. Promueve la educación adventista en sociedad con otras instituciones educativas adventistas, contribuyendo a un enfoque de la educación adventista basado en los sistemas.

Como los líderes de la institución están comprometidos con la participación, amplían las oportunidades para que los estudiantes y el personal participen de actividades de testificación y servicio en el ámbito local y a mayores distancias. La administración académica fomenta el aprendizaje del servicio en las asignaturas y programas, mientras que diversas entidades dentro de la institución promueven el servicio voluntario y la participación comunitaria mediante diversos formatos.21 Como resultado, los graduados comprenden que el propósito de la vida es marcar una diferencia a favor de Dios en este mundo.

Los líderes institucionales también se esfuerzan por satisfacer las necesidades de todas las partes involucradas al ofrecer programas y cursos tanto formales como informales. Esto implica llevar a cabo encuestas de mercado sobre las necesidades e intereses, así como dialogar con los líderes de la iglesia, en especial los que cumplen funciones en los territorios de influencia. También puede implicar la exploración de enfoques innovadores de la implementación de la oferta educativa.

En términos generales, un compromiso con la participación afirma que la institución educativa constituye una socia estratégica en el cumplimiento de la misión global de la Iglesia Adventista.

Compromiso con la fe

En una institución adventista de educación superior, la prioridad dominante es el compromiso con la fe. Por ello, el liderazgo defiende las Escrituras como la norma más elevada de la institución.22 La fe es presentada como el fundamento de todas las disciplinas y asignaturas, la razón de ser de cada iniciativa y programa. Los líderes oran con fervor pidiendo que el Espíritu de Dios pueda difundirse en el campus y dirigir cada actividad y decisión.23 El resultado es una comunidad institucional que busca cumplir la comisión evangélica y que defiende las creencias y prácticas de la Iglesia Adventista.

A lo largo y a lo ancho de la institución hay un énfasis deliberado y abarcador en la vida espiritual. Con los aportes del personal y los estudiantes, se diseña con detenimiento un Plan Maestro de Desarrollo Espiritual, que también es implementado, evaluado y actualizado con frecuencia.24 El énfasis está en fortalecer la fe mediante una programación espiritual activa y la participación de los estudiantes en el liderazgo espiritual. El resultado deseado es que tanto los estudiantes como el personal profundicen su relación con Cristo,25 se comprometan con el estudio de su Palabra,26 experimenten una transformación en sus vidas,27 y participen de la misión de la iglesia mediante la adoración, la testificación y el servicio.28 En esencia, la institución se enfoca en la formación de discípulos y, a su vez, en formadores de discípulos.

En su compromiso con la fe, los líderes se aseguran que cada área de la institución esté alineada con la misión distintiva y enfocada en la misión que tiene la institución y, por extensión, la Iglesia Adventista. Juntos, los integrantes de la familia institucional exploran y extienden maneras de alimentar la fe mediante la enseñanza y el aprendizaje, así como mediante las actividades creativas y eruditas. En último término, el carácter espiritual y moral de la institución es tomado en cuenta como la medida definitoria de su éxito.29

Conclusión

Para cumplir con el propósito dado por Dios y servir de manera efectiva a todas las partes involucradas, una institución adventista de educación superior tiene que desarrollar un carácter especial. Tiene que ser distintiva por diseño.30 En este proceso, como lo hemos notado, son claves ciertos compromisos.

En resumen, la junta directiva, la administración y la comunidad educativa en general tienen que definir de manera intencional el énfasis singular de la institución y clarificar esas características definitorias que la pondrán aparte de otras instituciones, sean públicas o privadas. La institución en general tiene que comprometerse con una comprensión espiritual de la excelencia, en la que la investigación, la docencia y la enseñanza-aprendizaje estén centradas en Cristo, tengan base bíblica, se conecten con los estudiantes y puedan aplicarse en la sociedad. La institución de educación superior tiene que ser un lugar en el que los recursos estén enfocados en la misión, la comunidad pueda desarrollarse, y donde la familia institucional participe de la testificación y el servicio.

Por sobre todo, una institución adventista de educación superior tiene que ser un lugar en el que se afirme la fe,31 donde los estudiantes no solo aprendan sobre Dios sino que sean enseñados por él.32 Es insuficiente que los jóvenes de una institución educativa adventista se preparen simplemente para una profesión o una carrera. Ellos son candidatos al cielo y en consecuencia, la institución tiene que brindar a los jóvenes una educación que sea consecuente con la fe, que esté alineada con los principios y valores y bíblicos, que desarrolle una cosmovisión bíblica, y que forme el carácter de manera que soporte la prueba del tiempo.33

La educación adventista auténtica es distintiva. Como educadores y líderes adventistas, tenemos que valorar lo auténtico por sobre la falsificación, lo verdadero por sobre el fingimiento. ¿Serán nuestros estudiantes enseñados por Dios? ¿Serán educados para la eternidad? Nuestras elecciones del presente moldearán el futuro.

Este artículo ha sido sometido a una revisión de pares.

John Wesley Taylor V

John Wesley Taylor V, PhD, EdD, ha sido director asociado de Educación de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día desde 2010. Obtuvo un Doctorado en Educación (PhD) de la Universidad de Andrews y un Doctorado en Educación (EdD) en Psicología Educativa en la Universidad de Virginia (Charlottsville, Virginia). Este artículo se basa en una presentación en una Conferencia sobre Identidad Adventista, del 13 al 15 de octubre de 2022, en la Universidad de Andrews. El correo electrónico del Dr. Taylor es [email protected].

Citación recomendada:

John Wesley Taylor V, “¿Qué carácter especial tiene una institución adventista de educación superior?,” Revista de Educación Adventista 41:1 (Enero–Marzo, 2017). Disponible en https://www.journalofadventisteducation.org/es/2017.2.5.es.

NOTAS Y REFERENCIAS

  1. Aunque este artículo hace énfasis en la educación superior, gran parte del marco presentado también podría ser aplicado a las escuelas secundarias e incluso a las escuelas primarias.
  2. Mateo 28:18-20.
  3. El cumplimiento de la misión en una institución adventista de educación superior vincula los planes y la acción con la misión de la institución, así como también con las prioridades misioneras y estratégicas de la Iglesia Adventista, con un énfasis especial en el propósito redentor de la educación adventista. La misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día puede ser consultada en las Declaraciones Oficiales de la Iglesia Adventista, “Mission Statement of the Seventh-day Adventist Church”, 13 de octubre de 2009, at https://www.adventist.org/en/ information/official-statements/statements/article/go/-/mission-statement-of-the-seventh-day-adventist-church/. “Reach the World: Strategic Plan 2015–2020” está disponible en https://www.adventistarchives.org/reach-the-world-doc.pdf.
  4. Véase “Statement of Seventh-day Adventist Educational Philosophy”, disponible en http://education.gc.adventist.org/publications.html, así como un número especial de la Revista de educación adventista 73:1 (Octubre/Noviembre 2010), que se enfoca en la filosofía de la educación adventista, y que está disponible en www.journalofadventisteducation.org.
  5. Las tendencias significativas pueden incluir, entre otras, cuerpos estudiantiles cada vez más diversos, una expansión de las modalidades de oferta de la enseñanza, las expectativas relacionadas con las oportunidades de financiamiento, así como la creciente secularización de la educación superior en la sociedad contemporánea.
  6. Lucas 2:52, por ejemplo, expresa que Jesús se desarrolló en cuatro áreas: “en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente” (NVI); en esencia, el desarrollo integral de la persona. En este sentido, Elena White escribe: “La verdadera educación significa más que la prosecución de un determinado curso de estudio. Significa más que una preparación para la vida actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la existencia accesible al hombre. Es el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales. Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero” La educación, p. 13.
  7. Cuando enseñaba, Jesús solía preguntar a sus estudiantes: “¿Tú qué piensas?” (por ej., en Mateo 17:25; 18:12; 21:28; 22:42). Elena White también enfatiza la importancia del pensamiento de alto nivel: “Todo ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejante a la del Creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer […]. La obra de la verdadera educación consiste en desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres” La educación, p. 16.
  8. En la parábola de Cristo sobre la casa construida sobre la roca en contraste con la que fue construida sobre la arena (Mateo 7:24–27), la clave fue que un constructor puso en práctica sus conocimientos. Véase también Mateo 7:21.
  9. Véase Proverbios 24:23; Juan 7:24; 2 Corintios 10:12; y 1 Tesalonicenses 5:21.
  10. Véase, por ejemplo, 1 Corintios 2:12; 10:31; 2 Corintios 10:5; y Colosenses 3:17.
  11. La formación del carácter es destacada en pasajes tales como Ezequiel 44:23; Miqueas 6:8; Filipenses 4:8; y 2 Pedro 1:5-7. Se afirma a Dios como la Fuente del conocimiento y la verdad en Proverbios 2:6; 9:10; Daniel 2:21; Juan 1:17; y Colosenses 2:2-3, entre otros.
  12. Pueden incorporarse creencias claves tales como la creación, la naturaleza de la humanidad, el gran conflicto, el sábado, la mayordomía, el matrimonio y la familia, y la segunda venida de Cristo. Por una visión general de las 28 Creencias Fundamentales de la Iglesia Adventista en el sitio web https://www.adventist.org/en/beliefs/.
  13. A lo largo de la Biblia, hallamos ejemplos de investigación (por ej., en Números 13:17-20; 1 Crónicas 26:31–32; Ester 6:1; Job 29:16; Daniel 1:12-16; 9:2; Hechos 17:11), así como de principios de investigación (por ej., en Job 8:8; Eclesiastés 7:25; Mateo 7:7). Las Escrituras también presentan casos de emprendimientos creativos (por ej., en Éxodo 2:3-4; 31:1-5; 1 Reyes 3:16-28; Mateo 13:52; Marcos 2:4; Lucas 19:4). Elena White destaca la importancia del pensamiento creativo: “Al trabajar, idear y planificar, se presentarán continuamente nuevos métodos ante su mente y, al usarlos, los poderes del intelecto se verán incrementados” (“Go Ye Into All the World,” Review and Herald, 11 de junio de 1895). “Cualquiera haya sido vuestra práctica anterior, no es necesario repetirla vez tras vez de la misma manera. Dios quiere que sigamos métodos nuevos y no probados. Irrumpid sobre la gente; sorprendedla” El evangelismo, p. 96.
  14. Los factores de eficiencia incluyen la utilización habilidosa de las finanzas, el personal y las instalaciones, entre otras. La efectividad es revisada en términos de calidad del producto y contribución a la misión.
  15. Como líderes y educadores, tenemos que hacer frente a la pregunta: “¿Dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?” (Jeremías 13:20).
  16. Véase 1 Corintios 6:19, 20; 10:31; y 3 Juan 2. Elena White escribe: “Cuando los estudiantes abandonan el colegio debieran tener mejor salud y mejor entendimiento de las leyes de la vida que cuando ingresaron en él. La salud debe protegerse de modo tan sagrado como el carácter” La educación cristiana, p. 289.
  17. En la creación, Adán y Eva recibieron la comisión de servir y preservar el planeta y todo lo que estaba en él (Génesis 2:15). Esta es una tarea divina que nunca fue cancelada (véase también Deuteronomio 20:19; Juan 6:12; y Apocalipsis 11:18). La Iglesia Adventista ha emitido declaraciones oficiales respecto de la responsabilidad cristiana de cuidar el medio ambiente, como por ejemplo la “Declaración sobre el medio ambiente” de 1995, disponible en https://www.adventist.org/en/information/official-statements/statements/article/go/0/environment/.
  18. Una dimensión particularmente importante incluye la creación de comunidad para los alumnos de primer año y los que llegan desde otra institución, con el objetivo de incrementar la retención estudiantil.
  19. Elena White escribió: “Tiene que existir unidad en la diversidad. Ese es el plan de Dios, el principio que recorre todo el universo. En el sabio arreglo de Dios hay diversidad, y sin embargo, él ha relacionado tanto una parte con las demás, que todas funcionan en armonía para llevar a cabo su gran plan de extender el conocimiento de Dios y de Jesucristo a quien ha enviado” (Carta 71, 1894). “En la obra de salvar almas, el Señor convoca a obreros que tienen diferentes planes e ideas y diversos métodos de trabajar. Pero con esta diversidad de mentes, se ha de revelar una unidad de propósito” Consejos para los maestros, p. 517. Véase también Manuscrito 67, 1897, párrafo 8, y Manuscrito 71, 1903, párrafo 5.
  20. Cuando una orquesta ejecuta una obra, hay tres libertades involucradas: En primer lugar, el instrumentista no toca en forma mecánica, sino que tiene cierta libertad de ejecutar como músico profesional. Esa libertad, sin embargo, tiene que ubicarse dentro de la libertad que tiene el conductor de indicar cuándo comenzar y terminar y, lo que es más importante, cómo interpretar la obra. La libertad del conductor, sin embargo, respeta la tercera libertad, la del compositor que incorporó una intención al crear la composición, y quien espera que ese mensaje sea transmitido con fidelidad. De manera similar, en un marco educacional, hay tres libertades fundamentales: la que tiene el estudiante para aprender, la del maestro para enseñar, y la de la institución para cumplir su misión.
  21. Véase Mateo 10:8; 22:37-39; Juan 13:12-16, 34, 35; Hechos 20:35; 1 Corintios 13:2, 3; Gálatas 5:13; Efesios 4:28; Filipenses 2:4; 1 Pedro 4:10. Elena White enfatizó: “El verdadero objeto de la educación es formar hombres y mujeres idóneos para servir” Consejos para los maestros, p. 479. “Los estudiantes […] no tienen que mirar hacia adelante a un tiempo en que, después que las clases han terminado, harán alguna obra grande para Dios, sino que deben estudiar ahora, durante su vida estudiantil, para ver cómo pueden unirse con Cristo en un servicio abnegado por los demás” Consejos para los maestros, p. 533.
  22. “¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20). Véase también Deuteronomio 12:32; Mateo 4:4; 2 Timoteo 3:16, 17; 2 Pedro 1:19.
  23. La presencia y la obra del Espíritu Santo es fundamental. Cristo dijo: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).
  24. La obra Spiritual Master Planning: A Short Guide puede ser consultada en http://education.gc.adventist.org/documents/Spiritual%20Master%20Planning%20Short%20Guide.pdf.
  25. Véase Oseas 11:4; Marcos 3:14; Juan 15:4; Santiago 4:8; y Apocalipsis 3:20. En referencia a esta relación salvífica, Elena White escribió: “La redención es el fundamento de la verdadera educación” La educación, p. 15. “Lo más importante debería ser la conversión de los estudiantes, para que tengan un nuevo corazón y vida. El objeto del Gran Maestro es la restauración de la imagen de Dios en el alma” Fundamentals of Christian Education, p. 30.
  26. Véase Salmos 119:105; Juan 5:39; 2 Timoteo 3:16, 17; y 2 Pedro 1:19. Elena White afirma: “[La Palabra de Dios] es el fundamento de todo verdadero conocimiento” La educación La educación cristiana, p. 113. De manera similar, escribe: “Debe hacerse de la Biblia el fundamento del estudio y de la enseñanza. El conocimiento esencial es el conocimiento de Dios y de Aquel a quien envió” El ministerio de curación, p. 312. Véase también Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 201; Consejos para los maestros, pp. 195, 197; y Fundamentals of Christian Education, p. 451.
  27. Romanos 12:2; 2 Corintios 3:18; 5:17; Gálatas 2:20; Efesios 4:23, 24; Colosenses 3:10; 1 Pedro 2:21; 1 Juan 2:6.
  28. 1 Crónicas 16:29; Salmos 95:6; Isaías 43:10; Mateo 5:13-15; 18:20; 22:38, 39; 28:18-20; Gálatas 5:13; Hebreos 10:25.
  29. Elena White observó respecto de las iglesias algo que se aplica también a las instituciones educativas: “Si rebajáis las normas para aseguraros de la popularidad y el aumento en número, y luego os regocijáis por este incremento, manifestáis una gran ceguera. Si los números fueran evidencia del éxito, Satanás podría reclamar la preminencia, porque en este mundo sus seguidores constituyen la mayoría. Es el grado de fuerza moral que infiltra el colegio lo que constituye una prueba de su prosperidad. Es la virtud, la inteligencia y la devoción de la gente que integra nuestras iglesias, y no sus números, lo que debiera ser causa de gozo y de gratitud” Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 30.
  30. Véase la lista recomendada de lecturas.
  31. Salmos 78:4, 7, por ejemplo, expresa: “contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, su potencia y las maravillas que hizo […], a fin de que pongan en Dios su confianza”.
  32. Isaías 54:13. Véase también Juan 6:45; 2 Corintios 5:20; y 1 Pedro 4:11.
  33. Salmos 144:12.